Condena y solidaridad
Significativa, pero también necesaria, nos dicen, la reacción de condena al atentado contra el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch. Ciudadanos, políticos, empresarios, todos expresaron repudio a una acción violenta inédita en la capital, y un cierre de filas con la autoridad en materia de seguridad, representada por el propio funcionario atacado, y por la cabeza política de la capital, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Un respaldo que ésta agradeció en sus redes y que representa un mensaje de confianza de cara a las acciones que se deban realizar para contener la amenaza real y palpable del crimen, que quedó ayer más que demostrada.
• Resultados posibles
La captura de 19 presuntos agresores o copartícipes del ataque a Omar García Harfuch en diferentes acciones y en al menos dos entidades dio cuenta de las capacidades de la autoridad para, nos aseguran, reaccionar y marcar un compromiso con la justicia y en contra de la impunidad —a reserva de que los procesos legales que de esas detenciones se puedan derivar—, se traduzcan igualmente en resultados. La estrategia general contra el crimen, independientemente de los acentos y matices con que se quiera presentar a la gente desde el Gobierno, puede ser efectiva cuando corre por un camino distante de la motivación política de corto plazo.
• Que la polarización no ensucie
Esa ruta de acción, sin embargo, debiera permanecer aséptica —como ya se vio que lo ha estado— de los debates encendidos, a veces encarnizados, que tienen su principal espacio de expresión en las redes sociales, en donde lo común es polarizar incluso a veces con planteamientos extremos como varios que se destacaron ayer. En el mundo real, donde ayer tuvo lugar el artero ataque contra el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, con armas de alto poder y con logísticas de por medio, la polarización sólo puede fragmentar la unidad de propósito que requiere la acción titánica de enfrentar a la criminalidad atendiendo por supuesto sus causas, pero también dimensionando su capacidad destructiva —para impedir que sus niveles de amenaza crezcan— y también sus consecuencias. Las expresiones de apoyo abonan por lo pronto a un principio de esperanza.
• La sana discrepancia
El que aprovechó la presencia del Presidente en su entidad para clarificar el sentido de la controversia constitucional, que interpuso por el decreto por el tema de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad y también marcar los límites que tienen las legítimas diferencias sobre temas políticos fue el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles. Del primer tema explicó que sólo busca determinar los alcances. Del segundo, aprovechó para reconocer la vocación por la libertad del mandatario para permitir que los gobernadores digan lo que sienten y piensan. “Porque hay una frase que usa el Presidente y yo comparto: mi pecho no es bodega, y yo digo lo que pienso (…) pero al Presidente le refrendo mi respeto; jamás seré grosero o desatento”. El mandatario de Michoacán se manejó, nos dicen, en un adecuado punto intermedio: sin ceder, ni chocar.
• Cuarta baja de la 4T
Así que se agregó una nueva baja, la cuarta, en las filas femeninas de la 4T. Ahora fue Candelaria Ochoa, titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, la que dimitió a su cargo o estaría en vías de hacerlo a la brevedad. Nos aseguran que aunque nada tiene que ver con las otras tres renuncias de mujeres, ésta es la tercera que impacta en los marcos de actuación de la Secretaría de Gobernación, cuya Subsecretaría de Derechos Humanos está a cargo de Alejandro Encinas. Antes renunciaron Mónica Maccise al Conapred y Mara Gómez, a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas. Hasta ahora han trascendido supuestas diferencias que habría tenido con superiores, aunque lo realmente trascendente es el hueco que se hace de mujeres que tenían una voz relevante en el tema de los derechos de las mujeres y la igualdad.
• Ya son 9 en frente de gobernadores
Y los que siguen manteniendo reuniones semanales, en las que van marcando una ruta conjunta de actuación ante la pandemia del Covid-19, pero también estableciendo contraposiciones respecto a derroteros marcados por el Gobierno federal, son los gobernadores de Tamaulipas, Guanajuato, Durango, Coahuila, Colima, Michoacán y Nuevo León, además del de Jalisco —que ayer no asistió— y a los que se agregó el de Chihuahua. Resulta que el frente de mandatarios estatales decidió ayer mandar una tercera solicitud de audiencia al Presidente de la República para tratar el tema de la pandemia y ahora también anunciaron un acuerdo para unir estrategias y acciones para aprovechar sus respectivas ventajas en el marco de la próxima entrada en vigor del T-MEC. Por cierto que con la incorporación de Javier Corral, suman ya nueve gobernadores, en este frente que comenzó con tres.