El Ejército y los abrazos fallidos
Ahora que está legalizada la presencia del Ejército haciendo labores de seguridad pública en el país —aunque técnicamente falta una decisión de la Suprema Corte sobre el último decreto del Presidente—, sugiero que por lo menos cambiemos el uso de algunas de las palabras que utilizamos al reportar las actividades de soldados haciendo de policías. Cambiemos, o por lo menos utilicemos con mayor precisión, dos: “enfrentamiento” y “abaten”.
Va, elegida al azar entre varios portales, una nota del 30 de abril.
“Elementos de la Sedena y presuntos integrantes de la ‘Tropa del infierno’, brazo armado del Cártel del Noreste, se enfrentaron en Nuevo Laredo, Tamaulipas, dejando a siete presuntos gatilleros de la organización criminal muertos. La Secretaría de la Defensa Nacional informó que la balacera inició alrededor de las 17:30 horas de ayer miércoles, cuando los elementos de las fuerzas armadas realizaban recorridos de vigilancia en la colonia Manuel Cavazos Lerma, ubicada al poniente de la ciudad. Ahí, los presuntos gatilleros de la “Tropa del infierno” habrían tratado de emboscarlos a bordo de camionetas, lo que ocasionó que los soldados repelieran la agresión y comenzara una persecución que culminó cerca del puente Cavazos Lerma”.
Va, elegida de la misma manera una nota de la semana pasada: “La madrugada de este viernes, elementos del Ejército mexicano abatieron a 12 presuntos integrantes de la llamada ‘Tropa del Infierno’, brazo armado del Cártel del Noreste; el enfrentamiento se dio tras repeler una agresión por parte de los supuestos narcotraficantes en Nuevo Laredo, Tamaulipas. La emboscada era para el convoy del 16 regimiento de Caballería motorizada; sin embargo, se enfrentaron con los presuntos delincuentes y no hubo bajas de los militares, solo resultaron dañados tres vehículos por disparos de arma de fuego”.
Algunas conclusiones: Los delincuentes del crimen organizado en Tamaulipas, en particular estos de la Tropa del Infierno, no tienen idea de cómo emboscar o agredir a quienes dan rondines. El Ejército mexicano se siente más cómodo repeliendo agresiones que dando abrazos. En México, hace tiempo, abatir siempre y solamente quiere decir matar y, cuando se trata del Ejército, los enfrentamientos siempre son un tanto desiguales.
Y la más importante: no nos confundamos, vivimos en 2010.
@puigcarlos