La necedad del basurero
En 2016, al final de mi entrevista para MILENIO con Mercedes Doretti y Miguel Nieva, del Equipo Argentino de Antropología Forense, después de presentar su informe de actividades que incluyó la conclusión de que no hay evidencia en el basurero de Cocula que sustente las declaraciones de imputados respecto a que los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa fueron quemados ahí, o que no existían elementos científicos suficientes para vincular los restos hallados en el basurero de Cocula con aquellos recuperados, según la PGR, en la bolsa del Río San Juan les pedí que, del uno al 10, me dijeran cómo evaluaban su trabajo en México en comparación con los muchos países donde han prestado su conocimiento.
Ambos sonrieron nerviosos. Nieva dijo mirando a Doretti: “el más difícil...”; “sí, muy difícil”, completó ella. 32 años de trabajo con misiones en más de 30 países y todos los continentes…y México era el más difícil.
Nunca les hice la pregunta de la misma manera, pero sé que los miembros del GIEI responderían algo similar.
Es cierto que lo anunciado hasta ayer por la FGR no cambia el sentido general de lo que sabemos del crimen y sus autores. Pero sí destruye la actuación de la PGR de aquellos días por su terquedad con el basurero como único destino final y por lo tanto su desidia para buscar otros destinos posibles para los normalistas.
El GIEI y la Comisión Nacional de Derechos Humanos señalaron una y otra vez con base en sus investigaciones la posibilidad de otros lugares donde podrían haber terminado los normalistas. Se toparon con la cerrazón gubernamental. La Fiscalía ayer mencionó que el lugar del nuevo hallazgo está referido en el expediente y nunca se exploró.
Escribí después de aquella entrevista con los forenses que el gobierno parecía bipolar. Por un lado, había invitado a dos instancias internacionales de amplísimo prestigio a colaborar con la investigación para después pelearse con ellas cuando no coincidieron con la PGR hasta la última palabra.
Nunca entendieron que era mucho más importante encontrar a los jóvenes, al menos empeñarse en encontrarlos y demostrarlo, que meter a decenas a la cárcel —decenas que luego salieron, por cierto—.
Por razones que no conozco, en el gobierno anterior se amarraron ciegamente al basurero de Cocula y ahí, ellos sí, se quedaron para siempre.
@puigcarlos