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DUDA RAZONABLE

Entumecidos frente a la tragedia

He escrito por acá más de una vez que nos hemos hecho expertos en contar nuestras tragedias. Coneval nos dice con precisión el inaceptable porcentaje de mexicanos que son pobres y los divide por carencias; el secretariado Ejecutivo nos revela cuántos mexicanos han sido asesinados por estado y ahora otro grupo lo hace cada día; sabemos cuántos ductos de combustible pinchan los delincuentes y cuántas mujeres son asesinadas cada día.

Desde marzo, todos los días, el gobierno nos informa de los muertos que han resultado positivos en una prueba de covid-19. Que si 10 más, que si 100 más, que si ahora 400, que si ya se acercan a los mil diarios. Desde ayer nos dice que hay muertos “estimados”, además de los confirmados por covid-19.

El lunes, la Comisión Nacional de Búsqueda informó que desde 1964 a la fecha hay 73 mil 249 desaparecidos, 85 por ciento de esos de 2006 hasta hoy. Que de 2006 a la fecha se han exhumado 6 mil 625 cuerpos de poco menos de cuatro mil fosas clandestinas.

Las cifras son escalofriantes. Todas. Pero por alguna razón ya no nos causan escalofrío. Ninguna cifra.

Llevamos demasiados años contando muertos, tantos, que hemos empezado a desarrollar una especie de entumecimiento psicológico. NO me invento el nombre, hay un fenómeno estudiado que se llama, en inglés, “psychophysical numbing”. Y hay varios estudios de este fenómeno con atrocidades masivas.

Hasta mayo de este año se nos han reportado 18 mil homicidios en país. Han muerto el doble de personas por el virus. Ambos números deberían causarnos algo más que el seguimiento diario y aburrido de una cifra.

Van 591 días en este sexenio. En ese lapso van 27 mil 871 personas reportadas como desaparecidas y no localizadas. Los números son de tal magnitud, llevamos tanto tiempo contándolos y obsesionados por contarlos lo mejor posible que han dejado de tener significado. Y estamos entumecidos, sin sensibilidad, todos, incluidas las autoridades de todos los niveles.

No digo que dejemos de contar. Pero me queda claro que nuestra obsesión con los números de muertos no ha hecho nada para evitarlos, ni en nosotros ni en nuestros gobiernos.

—Que fueron 600 más por el virus.

—Ah, okey.

—Que ayer 92 por la violencia.

—Híjole, qué mal… ¿qué hay de desayunar?

@puigcarlos

Ámbito: 
Nacional