Comprar afuera, quebrar adentro
Ahorrar enorgullece al Presidente López Obrador el comparativo de costos entre su única gira fuera del país contra una similar de Enrique Peña Nieto en 2016 inflama su pecho: gastó 18 veces menos. Lo acompañó la tercera parte de la comitiva que a EPN; erogó el doble de tiempo en trasladarse y nos ahorró millones gracias a su austeridad republicana. Predicar con el ejemplo es galón indisputable de AMLO.
Para 2021 y 2022 el Gobierno federal anuncia que comprará en el extranjero 120 mil mdp en medicamentos e insumos médicos. En la 4T, el desabasto de medicinas y tratamientos especializados es talón de Aquiles.
Desde el año pasado, Salud ha denunciado que en gobiernos anteriores prevalecía un monopolio en la venta y distribución de medicamentos. En el sector, el Presidente afirmó en su momento que sólo 10 empresas abastecían 80 por ciento de todas las medicinas que se adquirían, incluso a sobreprecio.
Para 2020, las compras consolidadas, ya no desde el IMSS, sino desde Hacienda, acabaron en un carnaval burocrático; en plena Navidad, desde la Secretaría de Gobernación (para conciliar entre Hacienda y Salud) cientos de proveedores, incluso los vetados, corrieron a surtir con asignaciones directas (sello de la casa) la emergencia del Gobierno.
En los próximos dos años, el secretario de Salud, Jorge Alcocer, anunció que las compras consolidadas del sector se harán en el extranjero. A finales de enero, el Gobierno publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto que autoriza la compra de medicamentos en el extranjero cuando “hay monopolios y sabotaje”.
Además, pedirá a la ONU ayuda con las licitaciones. Igual que el apoyo solicitado, sin éxito, para la venta sinfín del avión presidencial. Naciones Unidas no es beneficencia global; cuenta con una pequeña oficina que apoya en esas tareas en naciones infradesarrolladas, nada más.
Comprar a India, Pakistán o Bangladesh medicamentos no avalados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) obligará, como se hizo recientemente, a permitir excepciones sin verificar la eficiencia terapéutica de fármacos.
Además deja fuera a laboratorios nacionales y proveedores europeos, estadounidenses o canadienses, con quienes tenemos acuerdos comerciales; afectará a empresas que operan en México y cumplen con normas y requisitos biotecnológicos.
En aras de castigar a quienes nadie les ha demostrado la comisión de delitos (contubernio, complot, acaparamiento, simulación), a pesar de que la 4T lo sospeche, intuya y denuncie, miles de empleos se perderán; representaciones de transnacionales asentadas en el país cerrarán sus puertas para que sus matrices busquen afuera por lo que adentro se cancela.
En franca depresión de la economía nacional, 120 mil mdp del Gobierno saldrán para estimular la economía de Asia. Si el anuncio es para asustar o para sentar mejores condiciones de negociación o ajustar malas prácticas en el sector, entonces también sufrimos desabasto de recursos políticos y administrativos para hacer lo que se debe, como se debe.