La realidad es necia y contrapeso
El nuevo diagnóstico oficial; veamos la siguiente diapositiva
Florestán
La fuerza del presidente Andrés Manuel López Obrador no la tuvo ninguno de sus recientes antecesores.
Ya la hubieran querido Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, juntos.
En este gobierno, la palabra del Presidente es la ley y no hay quien la desmienta, solo la realidad. Pero la naturaleza, sabia, le ha dado su peso y contrapeso.
Porque podrá hablar de los avances de sus programas sociales, en los que no hay forma de comprobar, pero no en el incremento de esta epidemia de coronavirus ni el consiguiente derrumbe económico, aunque siempre tenga otros datos de lo que hasta él ya se ríe cuando lo dice.
El domingo reiteró que los contagios iban hacia abajo, para que el martes se alcanzara el récord con 7 mil 51 casos y sumar 304 mil 435. Ayer, cuando el discurso oficial insistía que la pandemia se había domado, los infectados subieron en 6 mil 149, hasta 317 mil 635, y los fallecimientos en 579, para un total de 36 mil 327, superando los 35 mil 620 homicidios violentos de todo el año pasado.
Y eso que aún no tocamos el fondo ni el plazo, que no hay, de esta crisis sanitaria que ha llevado a la peor caída de la economía de la que tampoco conocemos profundidad ni duración.
Pero el presidente López Obrador repite que la pandemia va para abajo, lo que no es así, y que en la economía que ya tocamos fondo, lo tampoco es verdad, ¡ojalá lo fuera!
Y puedo entender su prédica voluntarista, pero esto no es un asunto de fe, sino de hechos, ante un discurso que se gasta mientras la crisis sanitaria y económica siguen fuera de control.
Es ahí cuando la necia realidad se convierte en contrapeso, el único que enfrenta el presidente López Obrador y contra el que el discurso, su discurso, no alcanza.
RETALES
1. MAREO. Al Presidente nunca le han gustado los helicópteros; a mí, por gusto, tampoco, solo por necesidad profesional. Ayer un reportero le preguntó al salir de la refinería de Salamanca si iba a usar el que estaba allí y dijo que no. Me mareo, aseguró;
2. PERMISO. Alfonso Durazo dijo que no necesitó la semana que había pedido de permiso para separarse de su cargo y reapareció ayer en Irapuato en la gira del Presidente por tres de los estados más calientes: Guanajuato, con el mayor número de homicidios, Jalisco sede el cártel más poderoso, y Colima, los tres gobernados por la oposición; y
3. ARROGANTES. La secretaría de Cultura de Ciudad de México, a cargo de Alfonso Suárez del Real y Aguilera, subió una efeméride de la caída de Victoriano Huerta, el 15 de julio de 1914, y la ilustró con una foto de Francisco I. Madero. En su arrogancia, salieron a hablar de la Decena Trágica, el 9 de febrero de 1913 y a honrar la memoria de Madero con su figura en esa efeméride, triple maroma para negar el error.
Nos vemos mañana, pero en privado
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