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Lozoya negociará; pondrá a políticos

Emilio Lozoya Austin llegó a la Ciudad de México, en calidad de extraditado, para afrontar acusaciones de lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho, por presuntos sobornos de Altos Hornos de México (AHMSA) y Odebrecht.

En punto de las 00:43 horas de este viernes, el avión Bombardier Challenger 605 de la Fiscalía General de la República (FGR), con el ex director de Pemex a bordo, aterrizó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

Catorce meses después de haberse evadido de la justicia, Lozoya Austin fue repatriado en un vuelo de 13 horas con 50 minutos de duración, que partió a las 11:19 horas -tiempo del centro de México- del Aeropuerto Madrid-Barajas y tuvo una escala en Gander, Canadá.

El extraditable será sujeto a una revisión médica en un módulo del hangar de la FGR, donde también le notificarán su estatus legal y le ejecutarán las dos órdenes de aprehensión, previo a ponerlo a disposición de las autoridades judiciales.

Los casos por los que debe responder ante la justicia son dos.

Se asegura que al aceptar su extradición es el primer paso para negociar libertad o condena ligera a cambio también de dar datos de políticos implicados

Una imputación por el delito de lavado de dinero, relacionada con el presunto cobro de un soborno de 3.5 millones de dólares de Altos Hornos de México para que Pemex comprara a la acerera la planta “chatarra” de Agronitrogenados, en Veracruz, por 273 millones de dólares.

Y otra por lavado, asociación delictuosa y cohecho, en un expediente cuya vertiente principal es el uso de 1.2 millones de dólares de los sobornos de Odebrecht para pagar más del 60 por ciento de una casa en Ixtapa, adquirida por su esposa Marielle Helene Eckes.

La primera corresponde a una orden de aprehensión librada el 25 de mayo de 2019 y la segunda a la que fue girada el 4 de julio siguiente. En ambos casos, ninguno de los delitos tiene prevista la prisión preventiva oficiosa y teóricamente permitirían al extraditable llevar sus procesos en libertad.

El ex director de Pemex fue detenido el 12 de febrero pasado en Málaga, España, después de permanecer prófugo durante nueve meses, y el pasado 29 de junio decidió allanarse a la extradición para volver a México.

Pero Lozoya regresó tras negociar con la Fiscalía General de la República un criterio de oportunidad que lo convirtió en testigo colaborador de investigaciones por delitos más graves a los que le imputan.

El ex funcionario ofreció por lo menos 12 videos que exhiben los pagos de sobornos que hizo a políticos y ex legisladores del PAN, PRD, PVEM y PRI, a cambio de votar por las reformas del Pacto por México.

También hizo nuevas declaraciones ministeriales en la que manifiesta algo ya dicho en su nombre por el anterior de sus abogados, Javier Coello Trejo, en el sentido de que el ex Presidente Enrique Peña Nieto y el ex Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, están vinculados a operaciones que causaron un grave daño al patrimonio de Pemex, como la compra de Agronitrogenados.

La FGR no ha informado hasta el momento cuál será el destino inmediato de Lozoya, tras su llegada, y por lo menos hasta la medianoche no había solicitado a los jueces del Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Norte programar las audiencias de imputación.

Extraoficialmente se ha dicho que, como medida de prevención sanitaria, Lozoya podría ser trasladado a una clínica privada o incluso al Hospital Central Militar para una posible cuarentena.

Si bien la figura del criterio de oportunidad permite a las Fiscalías extinguir o cancelar la acción penal, a cambio de que el beneficiario aporte información esencial para perseguir un delito de mayor gravedad, la FGR no ha pedido cancelar las dos órdenes de aprehensión por las que Lozoya fue extraditado.

Lo anterior implica que el escenario sea ponerlo a disposición de Artemio Zúñiga Mendoza y Jesús Eduardo Vázquez Rea, los jueces federales de control del Reclusorio Norte que libraron las órdenes de aprehensión.

Antes, la FGR debe solicitar a los jueces fecha y hora de las dos audiencias iniciales, mismas que serán programadas en función de los calendarios preestablecidos y la disponibilidad de las salas judiciales. Lo mismo pueden citar a las partes un par de horas después de las solicitudes, que demorar más tiempo.

Otro aspecto a considerar es que, con motivo de la emergencia sanitaria por Covid-19, las audiencias pueden llevarse a cabo por videoconferencias. Sin excepción, por disposición del Consejo de la Judicatura Federal, serán a puerta cerrada, sin acceso del público ni la prensa.

En las dos audiencias iniciales, la FGR formulará las respectivas imputaciones y, luego de un debate, el juzgador determinará si concede la libertad provisional a Lozoya o le impone la prisión preventiva justificada ante el riesgo de fuga, aunque los delitos no ameriten la prisión en automático.

Aunque parece remoto, porque por lo general los jueces consideran que existe un riesgo de fuga cuando un imputado huye del País para evadir la justicia, este fin de semana Lozoya tendrá la oportunidad de luchar para conseguir su libertad provisional desde las audiencias iniciales.

En estas mismas diligencias, tendrá la opción de solicitar que le definan la vinculación a proceso o duplicar por 144 horas el plazo para que los jueces resuelvan su situación jurídica.

De optar por la duplicidad, la próxima semana tendrían lugar otras dos nuevas audiencias, esta vez de vinculación a proceso. Será también una primera prueba para las investigaciones y los datos de prueba que presentó la FGR ante la justicia federal para perseguir al personaje que, de acuerdo con el senador Ricardo Monreal, detonará un “temblor político”.

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Nacional
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