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TRASCENDIÓ

Trascendió

Que entendiendo el sigilo que amerita el traslado de un reo de alta peligrosidad no en términos de violencia física, sino por las grabaciones que dice tener, lo cierto es que Santiago Nieto y Alfonso Durazo solo contribuyeron a la confusión e hicieron trastabillar al Presidente, pues el primero le malinformó que Emilio Lozoya estaba en el reclusorio y el segundo que no, que de ahí se lo habían llevado al hospital. Atrapado fuera de base por segunda vez más tarde, el secretario de Seguridad fue reprendido por su jefe: “¿Tienes la información o le preguntamos a la fiscalía?” No la tenía, acaso porque andaba en temas más importantes, y todo quedó en manos de la FGR.

Que hablando de no perder el protagonismo y apersonarse en la agenda mediática, centrada en la caótica extradición del ex director de Pemex, la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, tuvo a bien recordar en su cuenta de Twitter que la dependencia a su cargo ya inhabilitó a Emilio Lozoya por 10 años. Como si después del caso que enfrenta, el aludido quisiera o pudiera volver a trabajar en el gobierno federal.

Que por cierto, el gobernador de Colima, Ignacio Peralta, pidió al Presidente respaldo para combatir la violencia en el puerto de Manzanillo, derivada de la disputa por el control territorial entre la delincuencia organizada asentada en la región. Y no es para menos la preocupación, pues de acuerdo con estadísticas oficiales, es la entidad con más homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, la mayoría relacionados con los enfrentamientos entre bandas o con ejecuciones como la de un juez y su esposa hace un par de meses.

Ámbito: 
Nacional