La guerra con otro nombre
En los últimos años de su sexenio, el gobierno de Felipe Calderón quiso modificar la narrativa que ellos mismos habían creado de una “guerra contra el narcotráfico”. La palabra implicaba lo que vimos, el Ejército contra los delincuentes con el poder de fuego que ambas cosas implicaban.
A pesar de las correcciones que quisieron hacer, la palabra perduró y los hechos la verificaron. Las tasas de letalidad en los enfrentamientos, las masacres de parte de los delincuentes, la desaparición de las organizaciones en que las fuerzas armadas se concentraron en terminar como Los Zetas, las muertes, las desapariciones forzadas, la ausencia de procesos judiciales exitosos…todo dijo claramente: guerra.
Desde su campaña en 2018 y después de tomar posesión, Andrés Manuel López Obrador declaró terminada la guerra contra el narcotráfico. Lo ha repetido una y otra vez. La estrategia “es otra”. Primero con aquella simpleza de abrazos y no balazos y, últimamente, él y su secretario de seguridad pública hablan de inteligencia en lugar de fuerza.
Genio en la construcción de narrativas que muchas veces tienen poca relación con la realidad, el Presidente ha insistido en esta idea con poca relación con sus acciones concretas de lucha contra las organizaciones criminales.
La conformación de la Guardia Nacional donde 8 de cada 10 elementos vienen del Ejército y la Marina, y todos sus mandos. La coordinación de toda la estrategia, al menos en lo operativo, a cargo del secretario de Defensa Nacional; a partir del anuncio de la semana pasada, la administración de aduanas y puertos para desde ahí impedir el enorme negocio que hacen las organizaciones que trafican; la lucha contra el huachicol y la lucha contra el más extendido cártel de nuestros tiempos, el del Mencho.
Hay muchas maneras de declarar la guerra. Si son el Ejército y la Marina quienes hacen los rondines, los arrestos, las búsquedas de los líderes, ahora quienes vigilan las aduanas, si tienen gracias a un decreto la posibilidad de ser los principales actores en la seguridad pública, todo esto con la justicia ausente, el mensaje de la realidad es más fuerte que el de la retórica, al menos para el enemigo.
Creo que el video del CJNG que conocimos el viernes demuestra que más allá de la retórica gubernamental, la otra parte, el “enemigo” sí cree, sí sabe que están, que siguen en guerra.
@puigcarlos