Diputados: las maromas dela mayoría
La ley de coaliciones electorales le permitió a Morena violar la constitución usando leyes secundarias.
La ley de coaliciones permite a los partidos coaligados registrar candidatos de un partido con las siglas de otro. Permite una simulación. En el caso de la coalición Juntos Haremos Historia, dos partidos comparsas, el PT y el PES, fueron fortalecidos con candidatos y votos de Morena, el partido serio de la coalición.
De 43.6 por ciento de los votos que obtuvo la coalición, el PT aportó 3.9 por ciento de los votos y el PES, 2.4: ni siquiera alcanzó su registro.
De los 220 triunfos de mayoría obtenidos por Morena y por su coalición, 213 se explican por votos emitidos solo para Morena, pero 114 de esos triunfos se endosaron al PT (58) y al PES (56).
Esto le permitió a Morena reducir su número oficial de triunfos, dispersar sus ganancias entre sus aliados y obtener una mejor tajada de diputados plurinominales: 85 de los 200, con lo cual redujo el pastel disponible para sus opositores.
Fue así como con 43.6 por ciento de los votos, la coalición Juntos Haremos Historia obtuvo 61.6 por ciento de las curules, esto es, 308 diputados. Se trata de una maniobra legal cuyo resultado, sin embargo, viola literalmente la Constitución, la cual dice:
“En ningún caso, un partido político podrá contar con un número de diputados... que exceda en ocho puntos a su porcentaje de votación nacional emitida” (Artículo 54).
Terminada la elección y asignadas las curules de la nueva legislatura, Morena empezó el proceso contrario: engrosar su bancada mediante el paso voluntario a Morena de los diputados prestados al PT y al PES.
La astucia y la eficacia de la maniobra apenas pueden exagerarse. Morena empezó la legislatura con 196 diputaciones en septiembre de 2018, pero en abril de 2019, según los registros de votación de la Cámara, tenía ya 257 diputados, seis más que la mayoría absoluta.
Muy hábil todo, muy astuto, muy anticonstitucional