Lozoya, la FGR y la letra escarlata
Frente al huracán que ha significado el acuerdo de Emilio Lozoya con la Fiscalía General de la República y la cascada de filtraciones de supuestas declaraciones iniciales del ex director de Pemex acusando a ex legisladores panistas de haber recibido millones para aprobar la reforma energética, millones entregados, según Lozoya, por órdenes de Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto, los panistas han corrido a medios a deslindarse y exigir “pruebas” y no los dichos del muy colaborador testigo de la fiscalía.
Nada sabemos de sus ex jefes. El peñanietismo se quedó mudo desde julio de hace dos años. Las filtraciones, por supuesto, no son inocentes. De hecho, tienen hasta donde sabemos poco que ver con los delitos específicos por los que se acusa a Lozoya y no está claro qué delitos se cuadrarían contra aquellos que han sido mencionados en columnas y notas periodísticas y la fiscalía ha callado sobre esto.
Pero el daño, el que importa, está hecho. Entre los panistas mencionados están dos gobernadores que llevan un tiempo jugando con la idea de hacerse figuras nacionales con su partido rumbo a 2024, y, claro, el ex candidato presidencial Ricardo Anaya, que hoy tiene a sus cercanos a cargo del partido y podría haber pensado en un regreso.
Es por eso por lo que el presidente López Obrador se ha regodeado en las mañaneras con la información filtrada que le sirve para empujar su proyecto de terminar con la única reforma del Pacto por México que quiere terminar y no lo ha logrado por la vía legislativa: la energética.
Ahora, debería estar claro que si bien lo que estamos leyendo y escuchando en estos días es políticamente una joya para el Presidente y su partido, todo esto tiene poco que ver con la justicia o el fin de la impunidad frente a la monumental corrupción vivida en el sexenio pasado.
En las próximas semanas será ese el reto más importante para Alejandro Gertz: si desde su oficina se armará un proceso judicial serio y documentado que frente a los tribunales demuestre lo que hoy nos dicen los diarios y revistas; o si quedará como un fiscal más, contento con haber hecho escándalo en medios y servir políticamente con las leyes como armas a quienes lo pusieron en el cargo, como lo hicieron quienes lo precedieron en ese puesto.
@puigcarlos