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SERPIENTES Y ESCALERAS

Villalobos

El peor momento para el alcalde de Cuernavaca es ahora. Se juega el todo o nada.

El alcalde de Cuernavaca enfrenta un momento clave en su corta carrera política; denunciado, señalado y perseguido, Antonio Villalobos no puede perder tiempo ni oportunidades para poner de nuevo en ritmo a su administración. Lo que vive el presidente municipal es consecuencia de malas decisiones tomadas en su equipo, errores en la selección de sus aliados, un mal asesoramiento y el interés por sacarlo de la boleta electoral del 2021. La lucha del edil no es solo por la continuidad individual, su figura representa el rostro más llamativo de Morena en las próximas elecciones.

Independientemente de los señalamientos, el contenido de las denuncias y la intervención de factores externos en la capital, observemos el tema desde un ángulo electoral:

Antonio Villalobos asumió la presidencia municipal de Cuernavaca de manera circunstancial, luego de que el candidato de Morena fue retirado de la contienda a pesar de haber obtenido el triunfo en las urnas; en su calidad de presidente municipal suplente, Villalobos Adán asumió el control de la ciudad en medio de polémica y ataques, pero con el apoyo de la dirigencia nacional de su partido.

Los primeros meses de su administración fueron turbulentos, llenos de conflictos, debates estériles y confrontación. El novel gobernante asumió una postura de choque con el gobernador, se distanció de los legisladores y perdió contacto con su partido; alguien convenció a Villalobos de que no necesitaba alianzas para gobernar y que su carisma personal era su mejor carta de presentación con la gente. Bajo esa lógica el alcalde de la capital se fue quedando solo.

Luego vino un reacomodo de piezas en su gabinete y comenzó una nueva etapa; el jefe de gobierno hizo a un lado a quienes lo hacían pelear y llevaban las riendas del municipio; Villalobos suspendió el discurso de choque y se dedicó a administrar la ciudad, cuidó la calidad de los servicios municipales, llenó su agenda de actividades ciudadanas y disminuyó (no mucho) el protagonismo personal que le caracterizó desde el primer día de su administración.

Al mandatario le ha ayudado que dentro de su equipo hay algunos elementos que dan resultados y realizan tareas permanentes de diálogo y consenso político, lo cual le garantiza gobernabilidad. La estabilidad política que del ayuntamiento no es casual, ni producto solo del manejo del edil, detrás está el secretario del ayuntamiento, quien lo mismo dialoga con los regidores que desactiva problemas sociales en las colonias. Erick Santiago Romero es una pieza importante en el ayuntamiento.

Tras meses de enfrentamiento constante, el municipio entró a una dinámica distinta, de diálogo en las calles, trabajo en las colonias y atención puntual en los servicios. Frente a la polémica que siempre ha provocado esta administración, hubo un buen manejo de los servicios (excepto en el Sapac), lo cual disminuyó el desgaste personal del ayuntamiento y de su titular; bajo esa nueva línea el alcalde y el gobernador se reencontraron y las instituciones comenzaron a trabajar en sincronía. Entonces llegó el covid.

La pandemia por coronavirus puso contra la pared a todos, sin embargo este fenómeno mostró un rostro que nadie había visto (ni esperaba) del ayuntamiento. El gobierno capitalino fue quien más rápido entendió el problema y mejor actuó frente a la situación; Villalobos convocó a especialistas, empresarios, representantes sociales y científicos, formó un comité que le ayudó a tomar decisiones y puso a la ciudad en sincronía con la línea que marcó el Consejo de Salubridad General.

Sin buscarlo, Cuernavaca se convirtió en referencia para el resto de los municipios; el manejo de la pandemia en la capital fue eficiente y oportuno, lo cual retribuyó al edil un mejor ambiente social; las acciones que más brillaron en estos meses fueron las relacionadas con el confinamiento, la entrega de apoyos alimentarios a sectores vulnerables y por supuesto, el eficiente servicio de recolección de basura.

El reposicionamiento del gobierno capitalino ante la crisis del covid no agradó a todos; los ataques surgieron desde varios lados, incluyendo Morena, específicamente de aquellos que aspiran a ocupar la presidencia municipal en el 2021. Hubo muchos señalamientos, pero ninguno con la contundencia necesaria para preocupar al edil… hasta que apareció la demanda en la fiscalía anticorrupción.

Esta última denuncia llegó en un momento muy complicado para el ayuntamiento y se combinó con otros aspectos que han generado una crisis muy severa en el municipio, la más grave en lo que va de la administración y tan seria que puede acabar con las esperanzas políticas y personales de su titular.

Antonio Villalobos está solo contra todos, no tiene buena relación con los legisladores (locales y federales) y nuevamente está confrontado con el gobierno estatal; su dirigencia estatal no lo apoya, carece de aliados que lo refuercen y sigue sin entender la gravedad del problema. La mala asesoría y el distanciamiento con todos los actores de poder le están pasando la factura.

Las opciones para que el presidente municipal salga delante de esta crisis son muy pocas y en ningún caso lo puede hacer solo. Antonio Villalobos necesita actuar de inmediato, debe atender legalmente las demandas presentadas ante la Fiscalía Anticorrupción y requiere echar mano de acciones puntuales que le ayuden a obtener solvencia económica inmediata para atender la operación del municipio y evitar que los servicios colapsen.

Políticamente debe trazar una ruta que le ayude a establecer relación con los demás actores políticos locales y nacionales, que lo saquen del conflicto y lo hagan ver como un aliado en lugar de un enemigo. Antonio Villalobos es la figura más representativa que tiene Morena en el estado, es el mejor posicionado en la capital y quien más posibilidades tiene de refrendar el triunfo del Movimiento de Regeneración Nacional en la capital de Morelos; así se tiene que presentar con la dirigencia nacional de su partido.

Lo que enfrenta Villalobos Adán no es cosa menor, ni tampoco es un asunto exclusivamente jurídico. Aunque las denuncias (dicen) fueron alentadas por gente que fue muy cercana a él y el proceso legal podría llevar tiempo, un ingrediente político puede hacer que los impartidores de justicia aceleren los procesos con el ánimo de dejarlo fuera de la contienda electoral del próximo año. Por eso necesita una defensa legal y política.

En Morelos se han hecho muchas denuncias por actos de corrupción, se han señalado a distintos actores políticos en diversas administraciones y en todos los casos se ha hablado de desvíos millonarios. Diputados, funcionarios, alcaldes y hasta empresarios han sido puestos en la mira, pero casi nunca ha pasado nada porque las autoridades en turno no han querido.

Lo de Villalobos es llamativo desde el actuar del fiscal: salvo cuando persiguió al exrector Alejandro Vera por ordenes del gobernador Graco Ramírez, nunca habíamos visto a Juan Salazar proceder con tanta celeridad y fuerza como ahora.

Independientemente de lo que contengan las denuncias y el destino final de los procesos, lo que tenemos enfrente es el posible descabezamiento de Morena en Cuernavaca, un hecho que de manera natural afectaría al resto de los candidatos de ese partido.

Si descalifican a Antonio Villalobos de la carrera electoral del 2021, el Movimiento de Regeneración Nacional no solo perderá a su candidato mejor posicionado, también se quedará con el desprestigio de que uno de sus miembros más representativos fue sancionado por actos de corrupción.

Si Morena no tiene un mejor candidato en Cuernavaca y el gobernador no puede impulsar a nadie desde su partido para que ocupe la candidatura capitalina por esa coalición ¿Cuál es el sentido de desaparecer electoralmente a Villalobos?

posdata

La cuarentena dio un respiro a algunos de los múltiples problemas legales que enfrentan; el cierre de juzgados permitió a ciertos personajes gozar de un tiempo fuera en su lucha contra la justicia y a favor de la impunidad. Tal es el caso del ex alcalde de Jiutepec Manuel Agüero Tovar.

La administración de Rafael Reyes Reyes inició 18 carpetas de investigación por probables conductas delictivas como peculado, ejercicio abusivo de funciones, abuso de autoridad y ejercicio ilícito cometidas por su antecesor; en tres de ellas se ha formulado imputación.

En la primera carpeta se dictó auto de no vinculación a proceso por la disposición de 19 millones de pesos del impuesto predial correspondiente al ejercicio fiscal 2019; la sentencia fue apelada por el municipio y seguramente le darán la razón a la autoridad.

En la segunda se dictó auto de vinculación a proceso por el delito de ejercicio abusivo de funciones, situación que obliga al ex priista a acudir cada 15 días a firmar a la Unidad de Medidas Cautelares en el CERESO de Atlacholoaya.

La tercera está a la espera de que el órgano jurisdiccional señale la fecha para la continuación de la audiencia inicial que se detuvo con motivo de la pandemia; en los tres casos las investigaciones están a punto de ser judicializadas.

Las consecuencias que podrían acarrear estos procedimientos son la condena de Manuel Agüero Tovar, lo que además de que eventualmente lo privaría de su libertad, también le retiraría sus derechos políticos para competir en las elecciones del 2021.

Por cierto: dicen que el rubicundo perredista podría regresar a las filas del PRI a invitación directa del presidente Jonathan Márquez, quien lo querría como candidato tricolor en ese municipio.

Graco los hace y el PRI los junta. ¡Guacala!

nota

Una vez más los integrantes del movimiento anti obradorista Frena salieron a las calles en sus autos a manifestarse contra la política del presidente. En su tercera caravana en Cuernavaca el resultado fue mejor, tomando en cuenda que la participación ha ido incrementándose.

Frente a este grupo están quienes simpatizan con Andrés Manuel López Obrador y como él, dicen que se trata de un movimiento conservador, de gente fifí, que no es representativo, ni le provoca ningún tipo de incomodidad. Aún así están pendientes de Frena y siempre los tienen presentes en sus discursos.

Este movimiento ciudadano es peculiar por la forma como se lleva a cabo (en autos) pero no es distinto al que en otros tiempos encabezaba López Obrador. Es más: las consignas de Frena y las que en otro tiempo utilizaba López Obrador en sus marchas y plantones son muy parecidas.

Personalmente creo que este tipo de expresiones son parte de nuestra democracia y merecen respeto; tanto quienes apoyan al presidente como quienes se manifiestan en contra tienen derecho a expresar su opinión, siempre que se haga de manera respetuosa y sin dañar a los demás.

Muchos ciudadanos podemos estar a favor o en contra de un gobierno, pero la mayoría nos guardamos nuestra opinión para una mesa de café, para comentarlo en casa y en el trabajo o para publicarlo en alguna red social. Solo aquellos que rebasaron su nivel de tolerancia son capaces de salir a las calles a expresar su opinión. A ellos es a quienes debemos observar.

La caravana me deja una reflexión:

¿Imaginemos que cada uno de los que viajan en los autos de Frena se dediquen los próximos meses a convencer a tres personas de que no voten por Morena?

Justo así comenzó el movimiento a favor de López Obrador.

post it

En tiempos de pandemia la recolección de la basura es un asunto de enorme importancia sanitaria; en tiempos de crisis, además, es un aspecto que genera gobernabilidad y estabilidad.

Durante casi cuatro meses los ciudadanos nos resguardamos en casa para prevenir contagios de covid-19; solo algunas áreas esenciales como los servicios de limpia, no pudieron detener su marcha porque su trabajo es sustancial para que las ciudades no colapsen.

Cuernavaca tiene un sistema de recolección de desechos sólidos muy eficiente, el mejor de todo el estado. La ciudad siempre está limpia, los camiones pasan puntualmente a las casas y a diferencial del pasado reciente, cuando las bolsas se acumulaban en las esquinas, ahora la gente no ve en la basura un problema de la capital.

Los servicios públicos municipales son el sostén social del presidente municipal de Cuernavaca; la eficiencia de sus trabajadores, manteniendo la ciudad presentable, ha permitido al edil avanzar en otros asuntos sin la preocupación que siempre ha sido ese tema en otras administraciones.

Si el sistema de recolección de basura colapsa, la crisis en el ayuntamiento será irreversible. Un elemento más en su contra del alcalde en este momento podría volverse la gota que derrame el vaso y lo obligue a dejar el cargo antes de tiempo.

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