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OBSERVADOR POLÍTICO

¿Hay esperanza de México?

Hace dos años, en estas fechas Morena ya tenía prácticamente a sus candidatos en casi todos los cargos de elección popular. Hoy, a solo un mes y días de que inicie el proceso electoral constitucional del 2020-2021, el partido cuyo lema es: “La esperanza de México”, no solo no tiene definidos a sus abanderados, sino que vive una crisis interna severa porque les urge renovar sus dirigencias nacional y estatales. No es que quieran, están obligados por los tribunales federales tras el intento por perpetrarse aquellos que han estado en el cargo. En este momento, es vital que Movimiento de Regeneración Nacional se oxigene con caras nuevas ante los comicios del próximo año.

MORENA EMPANTANADA.- En tanto la calentura electoral se intensifica en Morelos, los militantes morenistas no desisten en su deseo de conocer el destino del casi millón de pesos mensual que le entrega el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana a su partido, para lo cual han entregado diversas solicitudes al CEN y al CDE, donde les han negado la información. Esta situación parece no ocuparle al secretario general en funciones de presidente, Gerardo Albarrán Cruz, quien está más preocupado en quién quedará como dirigente nacional de su partido y obvio, saber sí él se mantiene o tendrá que renunciar al cargo que le heredó Miguel Lucía Espejo.

Para muchos ciudadanos que se sienten traicionado ya no hay “esperanza de México”, por aquello de los compromisos y promesas que quedaron en el recuerdo, sin embargo, esto tampoco ha frenado la voracidad política de los representantes populares quiénes están desatados en sus adelantadas precampañas, la mayoría sin un proyecto definido y de manera timorata, entregan algún tipo de apoyo como despensas, tapas de huevo, arbolitos, y lo que está de moda, gel antibacterial y productos para prevenir la pandemia sin importarles que sus eventos los llevan a cabo sin los respectivos protocolos de sanidad, es decir, no respetan la sana distancia, muchos no portan los cubrebocas e incluso, criminal, se ha visto a personas de la tercera edad en las reuniones a personas vulnerables ante el covid-19.

Mientras esto sucede y en espera de saber que sucede con Morena y sus aspirantes, el edil Antonio Villalobos Adán, anda movido, intenso en sus actividades. Sin dejar de lado la persecución de que está siendo objeto por algunos de sus psuedofamiliares y pese a ello, no deja de realizar actividades políticas. Algunas destacables, la reunión con algunos actores como el ex candidato a la gubernatura de Morelos por el PRD, Rodrigo Gayosso, y recientemente, la visita al evento de afiliación del Partido del Trabajo donde estuvo su dirigente nacional, Alberto Anaya. Los chismosos aseguran que se está “amarrando” desde el PT una posible candidatura con la coalición que irá para el 21 con Morena, que tampoco descarta su reelección en la capital. “El Lobo”, sabe que está en la pelea para continuar en el cargo. Sin embargo, será fundamental lo que suceda con el partido de AMLO tanto en la dirigencia nacional como Morelos, sobre todo, después de que el pleno de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), revocó la suspensión de derechos partidistas que la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena que le había impuesto por seis meses a Alejandro Rojas Díaz Durán, al considerar que no se actualizó la infracción de actos anticipados de campaña que se le atribuyó. Es decir, Morena no valoró debidamente las pruebas en el procedimiento sancionador y tampoco se acreditó que el denunciado hubiera realizado actos anticipados de campaña en el contexto del procedimiento de renovación de dirigencias de Morena.

Y tras el descarte de Mario Delgado por sus actividades y compromisos legislativos, se consolida como uno de los fuertes aspirantes a suceder por la vía de la encuesta al interino en el CEN, Alfonso Ramírez Cuellar. El alcalde de Cuernavaca, por lo pronto, se deja querer con todos los partidos, con muchos políticos para ir sumando en lo que será una elección difícil y complicada para todos los contendientes. En Morena no hay nada claro y pese a que Alfonso Ramírez y Gerardo Albarrán, han reconocido que la reelección es un tema superado tanto en sus estatutos como en la Constitución, ahora tocará decidir quién será él o la candidata en el 21. Lo cierto es que el daño que sus líderes le han hecho al partido es inmenso y por ello, está empantanada en este momento.

PES Y JORGE ARGÜELLES.- El ex priista Jorge Argüelles Victorero (y amigo de Manlio Fabio Beltrones), originario de la Ciudad de México, presidente estatal del Partido Encuentro Social y diputado federal por el cuarto distrito electoral del que no se ha ido a parar a los municipios que supuestamente representa en el Congreso de la Unión, como son: Amacuzac, Coatlán del Río, Jojutla, Mazatepec, Miacatlán, Puente de Ixtla, Temixco, Tetecala, Tlaquiltenango y Zacatepec. Y ahora, pretende ser el candidato del PES para Cuernavaca y de ganar, situarse en la antesala de la gubernatura para el 24. Muy a pesar de quiénes lo critican y se quejan porque tiene en el abandono total a los habitantes de la zona del sur de Morelos, a donde dejó de ir tan pronto se convirtió en parlamentario federal. Pese a ello, sigue haciendo campaña, pese a que la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral (INE) resolvió imponer medida cautelar a 63 servidoras y servidores públicos de distintos niveles, cargos y procedencia partidista en 15 estados, entre ellos a Argüelles Victorero, por la promoción personalizada que realizó en la entrega de bienes y productos a la ciudadanía durante la contingencia sanitaria por la pandemia del covid-19. Lo que hizo el líder del PES fue irregular, grotesco y ofensivo y por ello le dieron un jalón de orejas en el órgano electoral nacional, ya que certificaron y documentaron publicaciones, notas y fotografías en páginas de internet y redes sociales promocionando su participación en la entrega de despensas. Incluso, se le inició una queja de oficio, por el posible uso de recursos públicos y promoción personalizada, violentando las condiciones de equidad de cara a los próximos procesos electorales federal y locales.

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