Adiós, Hugo; hola, Esteban
Ayer, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas lo dijo así: “Ahora nos enfrentamos a una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, minar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades arraigadas. Las repercusiones que ello tendrá, entre otras esferas, en la nutrición infantil, el matrimonio infantil y la igualdad de género son profundamente preocupantes”.
Se refiere a la educación, a la imposiblidad de regresar a clases presenciales en muchos países por un buen rato, y lo que eso significa para el futuro de tantos.
El lunes, el secretario de Educación Pública ratificó que no se regresará a clases presenciales hasta que el semáforo epidemiológico esté en verde —y ese color parece hoy estar muy lejos—y que la educación sería en casa, esta vez con clases a través de la televisión abierta nacional.
Le gusta recordar al Presidente de la República que en la política muchas veces hay que optar entre inconvenientes. Y así tocó ahora. Creo que es la menos mala de las opciones. Pero todo dependerá de lo que la Secretaría de Educación Pública y las autoridades educativas estatales hagan en los próximos días y semanas.
Es evidente, después de las dos primeras conferencias vespertinas y los materiales hasta hoy disponibles, que el plan fue decidido no hace mucho y está en construcción. Pero es de eso, de cómo se construye este nuevo plan, de lo que depende el tamaño del desastre, ya de por sí enorme —La ONU dixit—.
Tal vez lo primero sería poner en el centro de la atención la educación. No media hora a las cinco de la tarde como telonero de no se cuántas presentaciones más. Total, para como anda el desgaste del protagonista de la conferencia de las siete, con 15 minutos para el reporte diario ya tenemos.
Decenas de millones de alumnos, maestros y padres de familia no tienen ni experiencia ni idea de qué se va a tratar esto. Sin guía, sin tutoría, el desastre puede ser aún peor de lo que de por sí, irremediablemente, será.
Y mientras tanto ¿qué tal convocar a los mejores pedagogos, sociólogos y psicólogos mexicanos para definir cómo entrarle a esta dimensión desconocida? Los próximos meses son los más importantes de la carrera de Esteban Moctezuma. Más que aquel enero cuando lo mandaron a la selva.
@puigcarlos