Trump versus Kamala
No hay nada mejor para un candidato como Donald Trump que ir perdiendo en todas las encuestas y que una decisión, como la que tomó Joseph Biden, sea celebrada casi universalmente en la mayoría de los medios como la decisión que “amarrará” su triunfo.
Eso no quita que todo indica que Biden ha elegido bien. A una mujer, morena, con experiencia y buenos resultados en asuntos tan complejos como la procuración de justicia. Es una decisión pensando en demográficos específicos para quitarle a Trump —aún más de lo que los había perdido— y tratar de atraer grupos que hace cuatro años abandonaron a Hillary Clinton.
La elección de Biden, además, tenía una relevancia especial en comparación con las elecciones de otros candidatos en el pasado porque es posible que éste, por su edad, por que él mismo lo ha insinuado, en caso de ser electo en noviembre no intente la reelección cuatro años después.
La presencia de Kamala Harris en la decisión de quienes acudan a las urnas en noviembre será de mayor peso que la de otros candidatos a la vicepresidencia.
Dicho esto, el entusiasmo de medios, analistas y el establishment demócrata y republicano anti-Trump con base en las encuestas puede ser prematuro y hasta benéfico para el presidente.
Por más que sus números estén a la baja, la base trumpiana está viva y activa. El Partido Republicano sigue —inexplicable e irracionalmente—entregado a él.
El discurso trumpiano polarizador, racista, que apela a la destrucción del adversario, funciona de hecho mejor desde la desventaja. Si tu base cree que la pareja Biden-Harris va a llevar a tu país a la anarquía social en una nación llena de migrantes y te van a quitar todo lo que tienes, pues con más razón te movilizas, convences al vecino y vas a votar sea como sea en noviembre.
Y nada más peligroso para un candidato que sus posibles votantes sientan que ya ganó.
Nate Silver, el genio de los datos y las predicciones fundador de FiveThirtyEight, inició ayer su serie de cálculos sobre las elecciones de noviembre advirtiendo que, según su primer análisis de encuestas y datos, es demasiado temprano en el proceso descontar al presidente y enumera múltiples razones con datos en la mano (https://53eig.ht/2DZCyjY).
Lo único seguro es que será una campaña llena de insultos, como lo demostraron el presidente y sus seguidores minutos después del nombramiento de Kamala Harris.
@puigcarlos