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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

En el zoológico una señora le preguntó al encargado de los reptiles: "¿Qué hace usted cuando lo muerde una serpiente?" Explicó el hombre: "Me chupo la parte donde me mordió, para extraer el veneno". Inquirió de nuevo la visitante, ahora con tono picaresco: "¿Y si alguna vez la serpiente lo muerde en una parte que usted no se pueda alcanzar?" Respondió el individuo: "Señora: ese día sabré si entre mis compañeros tengo un verdadero amigo"... La mamá de Pepito dio a luz gemelos. La maestra le preguntó al chiquillo: "¿Cómo está tu mamá?" "Bien -respondió Pepito-. Tuvo un bebé y el repuesto"... La esposa de don Algón les contó a sus amigas: "Un día fui a la oficina de mi esposo y conocí a su secretaria. Era una espléndida morena, sensual y exuberante. Me preocupé, y esa noche le dije a mi marido: 'No tiene caso estar gastando en secretaria. Despídela. Yo iré a trabajar en su lugar. Con el dinero que ahorraremos podremos comprar a plazos un departamento en Cancún'. En efecto, poco después mi esposo compró ahí un departamento". "¡Fantástico! -dijo una de las amigas-. ¿Ya lo estrenaste?" "No -respondió mohína la señora-. Ya lo estrenó la que era su secretaria"... Un tipo le contó a su amigo: "He estado engañando a mi mujer. Voy a pedirle perdón". Llega a su casa el arrepentido esposo, confesó su infidelidad y le pidió a su señora que lo perdonara. "Te perdonaré -contestó ella- si me dices el nombre de la mujer con la que me engañaste". "Eso no te lo puedo decir -respondió el hombre-. Soy un caballero". "Ya sé -dijo la esposa-. Ha de ser la vecina del 14. Le encantan los maridos ajenos". Él calló. "O si no -prosiguió la señora-, ha de ser la comadre Ardilia. Más de una vez le ha puesto los cuernos al compadre". El marido guardó silencio. "Si no es ninguna de ellas -prosigue la señora- entonces ha de ser Coñeta, mi mejor amiga. Es ligera de cascos". Al día siguiente el amigo del tipo le preguntó: "¿Te perdonó tu esposa?" "No -respondió él-. Pero me dio muy buenas pistas"... Si hoy por hoy se hiciera una encuesta entre los mexicanos se encontraría que lo que más los irrita es la corrupción, más la impunidad de que gozan quienes con ella se han enriquecido. Hay en el país problemas graves, como la pobreza y la inseguridad. Parece ser, por desgracia, que nos hemos acostumbrado ya a vivir con esos males. Los que derivan de la corrupción, sin embargo, exasperan a los ciudadanos, que ya no se resignan a ver las deficiencias de la vida pública como inevitables, sino como algo que se puede remediar. Antes, al hablar de los políticos en el poder, decía la voz popular con cinismo resignado: "Que roben, pero que hagan". Ahora esos latrocinios son objeto de dura reprobación, y la ciudadanía pide castigo para los culpables. La lucha contra la corrupción debe continuar... Un hombre de muy baja estatura llegó con un doctor. Le dijo preocupado: "Tengo un continuo dolor en la entrepierna, y siempre traigo inflamados los testículos". El galeno lo examinó. Luego, sin decir palabra, trajo unas tijeras de tamaño impresionante. "¡Santa Críspida! -exclamó con angustia el petiso-. ¿Qué me va a cortar, doctor?" "A usted nada -contestó el facultativo-. Pero a sus botas les voy a cortar la parte de arriba. Eso es lo que está causando el problema"... Himenia Camafría, madura señorita soltera, llegó a la farmacia y le preguntó al encargado: "¿Venden aquí condones extragrandes?" "Sí -contestó el hombre-. ¿Quiere uno?" Respondió Himenia: "No. ¿Le importa si me siento a esperar que llegue un cliente y lo pida?"... FIN.

 

Ámbito: 
Nacional
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