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USO DE RAZÓN

Arranca Trump, bajo el volcán

Hoy arranca, bajo fuego tupido, la Convención Republicana para formalizar la candidatura de Donald Trump a mantenerse otros cuatro años en la Casa Blanca.

Con 170 mil estadounidenses muertos por Covid debido –según señalan las encuestas– a su ineptitud, Trump está siendo apaleado desde todos los flancos. Fue una semana de pesadilla, que tratará de revertir desde hoy en Charlotte, Carolina del Norte.

Se confirmó la intervención rusa. El Comité de Inteligencia del Senado concluyó, en un documento de mil páginas, que hubo participación activa de los servicios de inteligencia de Moscú para dañar la candidatura de Hillary Clinton en 2016.

Señala el Comité de Inteligencia, compuesto por mayoría de republicanos, que hubo “clara coordinación entre los rusos y la campaña de Trump, aunque no hay evidencia de un acuerdo explícito”.

Roger Stone, colaborador de siempre de Donald Trump, habló en múltiples ocasiones con su jefe sobre los archivos electrónicos robados por los rusos, y pidió favores a Wikileaks: soltar los documentos sustraídos por los agentes del Kremlin para opacar una filtración en la que Trump se burlaba de agredir sexualmente a mujeres.

Con todas sus letras el Informe del Comité de Inteligencia señala a Konstantin Kilimnik, “un antiguo socio comercial del ex coordinador de la campaña de Trump, Paul Manafort, era un oficial de inteligencia ruso y, en primer lugar, pudo haber estado vinculado con el robo y la filtración de correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata por parte del ejército ruso”. Es decir, de que los oficiales del Kremlin los robaron para hacer beneficiar a Trump, no hay dudas.

El Comité senatorial, en su informe del martes, confirmó lo señalado por el FBI y el ex fiscal Robert Mueller. ¿Por qué no es destituido Trump? Por una palabra: los senadores republicanos dicen que lo entablado con los agentes de Putin no es “colusión”, sino “coordinación”. Pero lo admiten.

Sus amigos, en la cárcel. El jueves de la semana negra para Donald Trump, a las 7:15 de la mañana, fue detenido en un lujoso yate en la costa de Connecticut el estratega y arquitecto de su victoria en 2016, Steve

Bannon. ¿Por qué? Por ladrón. Junto con tres compinches montaron a inicio del año pasado una asociación para recaudar fondos y construir el muro fronterizo con México: We Build the Wall. Se robaron parte del dinero aportado por los antimexicanos, que abrieron sus chequeras al ser convencidos por estos supremacistas blancos.

Bannon, ex presidente ejecutivo de la plataforma informativa ultranacionalista Breitbart News, quien se presentaba como “un chico populista del Tea Party” y soñaba con una “red populista global” (según The Guardian), fue Consejero de Seguridad Nacional de Trump al inicio de su gobierno y renunció por sus choques con Jared Kushner.

Toda esa historia regresa ahora, en la recta final de la campaña presidencial.

Los nombres de Bannon y Trump están ligados de manera indisoluble por dos decisiones que marcan al actual presidente: el muro con México, y el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático.

Resulta que Bannon y sus amigos Brian Kolfage (creador de sitios web de apoyo a Trump con noticias falsas), Timothy Shea (fabricante de un refresco energético con propaganda agresiva de Trump –“para contener lágrimas liberales”–), y Andrew Badolato (traficante de facturas falsas para evadir impuestos), crearon We Build the Wall y recolectaron 25 millones de dólares. Parte del dinero lo usaron para arreglos de sus casas, reparación del yate, un carro de golf, cirugía estética y pago de tarjetas de crédito, según la acusación citada por The New York Times, que destinó a cuatro reporteros a seguir el caso.

Los amigos de Trump y su estafa con el muro estuvieron en todos los noticieros y portadas de los periódicos. Más otros, cuando menos siete, en la cárcel. Destacan, además de Bannon, Michael Flynn, ex asesor de seguridad nacional, su abogado Michael Cohen, y Paul Manafort, su jefe de campaña en 2016 (condenado a siete años de prisión, hace un par de semanas salió a su casa a cumplir arresto domiciliario por riesgo de coronavirus).

Trump, un peligro para Estados Unidos: ex mandos de seguridad. Setenta ex altos funcionarios de seguridad nacional publicaron una carta en la que advierten que Donald Trump “no está apto para servir como presidente”, que “se ha aliado con dictadores”, es “incapaz de liderar al país en una crisis nacional” y “sabotea a los expertos de salud pública”.

En su mayoría republicanos, los ex funcionarios de seguridad nacional llaman a votar por Biden. Y explican: “Algunos mantenemos posiciones políticas que difieren de las de Joe Biden y su partido, (pero) el momento de debatir esas políticas llegará más tarde… Por ahora es imperativo que detengamos el ataque de Trump a los valores institucionales de nuestra nación y restablezcamos los fundamentos morales de nuestra democracia”.

El misterio de sus impuestos. El mismo jueves (20) que atraparon a Bannon, un juez de Manhattan ordenó a Trump entregar sus declaraciones fiscales y detallar transacciones que están bajo sospecha. Perdió su penúltima batalla sobre el tema. El presidente apeló ante la Suprema Corte, donde seguramente será rechazada, pero le permite ganar tiempo y que su situación fiscal se haga pública hasta después de las elecciones. El tema, sin embargo, está en la opinión pública. Y tarde o temprano caerá en manos del fiscal de distrito que está tras ocho años de posibles irregularidades en el pago de impuestos y negocios de Trump. Ese fiscal se llama Cyrus Vance Jr., demócrata, hijo del ex secretario de Estado Cyrus Vance, durante la presidencia de James Carter.

La hermana. Donald no tiene principios. Por si faltara algo, ayer The Washington Post dio a conocer una conversación telefónica en la que Maryanne Trump, ex juez federal, afirma que su hermano es un mentiroso sin principios.

Así arranca hoy la Convención Republicana, con el candidato en el papel de Geoffrey Firmin, el personaje autodestructivo, atormentado por sus fantasmas, que se consume en la Cuernavaca de Malcom Lowry, en su novela Bajo el Volcán.

Ámbito: 
Nacional