La estrategia fallida, falta de coordinación con los municipios, y conductas sociales de riesgo llevaron a alcanzar la cifra en sólo cinco meses
Fueron tres meses de inactividad, tiempo que la autoridad se estableció como meta para contener la letalidad por coronavirus; a pesar de las pérdidas, en el empleo, en la productividad, en el avance social y la convivencia en general, y el haber perdido casi medio año de vida, aparentemente el resultado no fue el óptimo y la entidad superó los mil muertos. Ni los decretos, ni los llamados, tampoco los avisos y los operativos desplegados resultaron, muchos se quedaron en el camino, y otros, tarde o temprano, tendrán que vivir el calvario y la incertidumbre de la enfermedad.
Las alarmas comenzaron a encenderse desde el 1 de marzo. Entonces la autoridad en Morelos, mientras la Ciudad de México reportaba los dos primeros casos, prometía que estaba lista. “Sabemos que se van a presentar casos en el estado por la cercanía, pero también manifestarle a la gente que este tipo de infección tiene una letalidad menor que la influenza, en palabras muy simples y llanas: los pacientes que mueren por esta infección son, en número, menos que los que mueren por influenza, hay un mayor número de decesos por influenza que por Coronavirus”, presumían.
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En voz de Marco Antonio Cantú Cuevas, se decía los pacientes que desarrollan el Covid-19 no presentan complicaciones, “los que presentan complicaciones son un porcentaje bajo y de estos todavía un porcentaje más bajo son los que pudieran presentar algún deceso”.
El funcionario estatal comentaba ese primer día de marzo que “el gobierno local está preparado para atender los primeros casos de pacientes contagiados de esa enfermedad. Estamos muy atentos y ya estamos preparados; quiero recalcar, en este momento en Morelos no tenemos ningún caso ni confirmado ni sospechoso de coronavirus”. Incluso señalaba que el Hospital Parres sería suficiente para atender los casos.
El 19 de marzo finalmente en Morelos se confirmaban los dos primeros casos de contagio uno en Cuernavaca y otro en Cuautla. “Tenemos un total de 14 casos, diez de los cuales ya fueron negativos, dos casos que todavía tenemos sospechosos, que no están confirmados, y repito, dos casos positivos”.
Para el 25 de marzo los contagios iban en aumento luego de un inicio lento. A pesar de no haberse registrado un solo deceso, el Gobierno de Morelos informó la suspensión de actividades públicas del Gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, así como eventos no esenciales de su gobierno, por un periodo de 30 días, como medida de refuerzo para el combate al virus en la entidad. El 28 de marzo se reportó de manera oficial el primer deceso.
A partir del 3 de abril los casos fueron incrementando considerablemente; en esa fecha ya sumaban 12 casos confirmados y aumentó a 47 el número de personas con sospecha de contagio, se reportaban 103 negativos y se mantienen tres defunciones. Al ocho de mayo, en Morelos habían fallecido 10 personas víctimas de la enfermedad viral.
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Entonces llegó el confinamiento. Entre las recomendaciones, se decretaron la sana distancia para toda la población, entre otras medidas preventivas como la higiene de las manos con frecuencia, usando agua y jabón o un desinfectante para manos a base de alcohol con concentración entre 60 y 70 por ciento.
“Debemos recordar que este esfuerzo colectivo de conservar el resguardo en casa es temporal y de gran beneficio para todos; es de suma importancia que las personas mantengan la calma, implementen actividades que les permitan convivir en familia sanamente, mantengan estilos de vida saludables y se informen únicamente por las vías oficiales”, informaba el secretario de Salud en la conferencia diaria que se implementó desde el inicio de la contingencia sanitaria.
El 15 de junio Morelos pasaba a la llamada fase 3. La Secretaría de Salud informaba que en esa fecha en Morelos se habían confirmado mil 938 casos de coronavirus, 272 activos, descartado mil 695 y permanecían como sospechosos 433; se han registrado 359 defunciones.
Luego de la aplicación del semáforo rojo, para el estado por la gran cantidad de contagios, solo las actividades esenciales comenzaron a funcionar en la entidad; los comercios solo podían vender para llevar, pero a pesar de 3 mil casos positivos de coronavirus y casi 700 fallecidos, Cuernavaca era entonces, y hasta la fecha, el municipio con el mayor número de contagios.
Desde el 10 de julio pasado el gobierno federal evalúa con un semáforo de color a las entidades por la cantidad de contagios, Morelos apenas al final de ese mes pudo pasar del rojo al naranja y de ahí no ha podido avanzar.
Con el color naranja, algunos negocios comenzaron su apertura de un 30 a 50 por ciento de su capacidad, las industrias manufactureras, comercio, tiendas departamentales, servicios de preparación de alimentos y bebidas, así como de hospedaje y balnearios.
De ese tiempo a la fecha, la entidad no ha podido alcanzar el semáforo amarillo debido a la gran movilidad que se registra con el color naranja, donde a pesar de los llamados los ciudadanos nunca atendieron el resguardo total, la sana distancia y el uso obligatorios de cubre bocas.
PERO ¿CUÁLES FUERON LOS ACIERTOS Y DESACIERTOS?
Ante dicho panorama especialistas, integrantes de la Academia de Ciencias de Morelos (ACMor), refieren que el subregistro de muertes por Covid-19 podría llegar al triple de las cifras oficiales, lo que significaría que no serían mil, sino tres mil los que han perdido la batalla contra este virus.
"En el sector Salud se ha tratado la enfermedad como un padecimiento respiratorio cuando no debería ser así, este virus va más allá de eso; los registros son de personas que han fallecidos en hospitales, pero no se registran a quienes prefiere quedarse en casa a morir antes de acudir a algún médico por el miedo de no salir con vida o no volver a ver a sus familiares", opinó la Presidenta de la ACMor, Brenda Valderrama Blanco.
La estrategia de mitigación del virus ha fallado desde el manejo de las campañas publicitarias, confió; "se manejó como algo muy ligero y no con la severidad de la enfermedad”.
“No hay un mensaje consolidado que transmita la emergencia, en espectaculares hemos visto mensajes muy ligeros; tampoco informan qué hacer en una situación de emergencia si se tiene un paciente enfermo o un vecino, nos preocupa también la resistencia para forzar el uso de cubrebocas; la Secretaría de Movilidad no ha hecho nada para que se use en el transporte público, y mucho menos se ha tenido un control en plazas públicas como la Plaza de Armas, donde no hay nadie que cheque que la gente guarde la sana distancia ni tampoco el cubrebocas”.
Otro factor de los muchos que los científicos identifican es que la atención médica se ha basado en el uso de respiradores a los pacientes graves; “primero, no es una enfermedad respiratoria y no se soluciona con los respiradores, la falta de medicamentos especializados en algo tan complejo que no permite dar a los pacientes una atención oportuna, hay quienes deciden no ir al hospital porque temen contagiarse y prefieren quedarse en casa y no están entrando en la contabilidad”.
También están quedando fuera los “muertos por Covid, no de Covid, aquellos a quienes les han dejado de dar atención oportuna como los que deben tener una quimioterapia, que tienen problemas cardiacos, diabéticos, ellos deciden no ir al hospital; el número que reportan solo es de fallecidos a quienes se les aplico prueba y dio como positivo, no así de aquellos que murieron de otra cosa”, puntualizó.
Hoy Morelos suma ya más de mil decesos por Covid. Mil personas que perdieron la batalla contra el virus en medio de una estrategia fallida, que no logró, desde un inicio, frenar la movilidad en los municipios con mayor densidad poblacional, como Cuautla, Cuernavaca, Jiutepec, Jojutla y Temixco, las localidades que registran mayor número de contagios y decesos, pese a que en un inicio las autoridades de Salud refirieron que estaban preparadas para atender la emergencia sanitaria; sin embargo, al día de hoy, al parecer, la pandemia no está cerca de ser controlada.
Con información de Katy Cárdenas