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ESTRATEGIAS

Un herrero con suerte

Érase una vez un muchacho con secundaria trunca dedicado al noble oficio de la herrería, cuya popularidad en su pueblo era tal que fue dos veces ayudante municipal, luego coordinador de ayudantes municipales hasta que, en su segundo intento y por circunstancias del destino, se convirtió en alcalde de su ciudad natal, Tlaltizapán de Zapata. Se llama Alfredo Domínguez Mandujano pero todos lo conocen como “Cuananis”.

En el 2015 se postuló por el Partido Encuentro Social pero perdió contra el priísta y ex diputado local David Salazar Guerrero. A partir de entonces se dedicó a reunir un equipo que le permitiera arribar a la presidencia municipal, además de que tenía muy buena relación con el entonces secretario de gobierno, Matías Quiroz Medina, quien había sido alcalde años antes. Esa relación y la popularidad de la que gozaba “El Cuananis” hizo que obtuviera sin mayor dificultad la candidatura por la coalición “Juntos por Morelos”, conformada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido Social Demócrata (PSD).

Desde entonces, “Cuananis” contó con el apoyo y asesoría del matrimonio conformado por Nancy Gómez Flores y Germán Rodríguez Sánchez. Ella, nacida en Zacatepec, Morelos el 15 de noviembre de 1978, regidora por el PRD durante el período 2003-2006, licenciada en Administración con especialidad en recursos humanos y administradora durante muchos años del balneario ejidal Santa Isabel. Él, con 16 años menos que ella y con estudios básicos de contabilidad. Decidieron unirse en matrimonio en 2017 y esa relación fue determinante para que Alfredo Domínguez ganara las elecciones de junio del 2018.

En las reuniones de campaña, ella ponía las instalaciones del balneario y él se encargaba de emborrachar a los invitados. Fue así como “El Cuananis” ganó con seis mil 463 votos contra cuatro mil 721 de Aristeo Rodríguez (PRI) su más cercano perseguidor. Según analizaron sus asesores, Alfredo Domínguez Mandujano pudo haber ganado desde la primera vez que se postuló, pero la gente no lo reconocía por su nombre de pila, de tal manera que cuando incluyeron en la boleta el apodo de “Cuananis”, la gente le dio el voto mayoritariamente.

Finalmente, el 31 de diciembre de 2018 “El Cuananis” tomó protesta con una plaza cívica llena de ciudadanos de las distintas comunidades del municipio, personalidades de la política, familiares, amigos y el cabildo que lo acompañará en la administración 20192021. “En su mensaje ya como presidente constitucional Alfredo Domínguez Mandujano dijo que su gobierno será apegado a los lineamientos que dictó el presidente de México Andrés Manuel López Obrador basado en la austeridad, cero corrupción, cercano a la gente y al servicio de los que menos tienen”, publicó el portal “El Pulso en Morelos”.

Hasta ahí la historia de ese ejemplo de superación personal de un hombre que, carente de estudios académicos, pudo llegar hasta el máximo cargo a nivel municipal, pero lo que vino después es digno de un guión de una película de Luis Estrada, el de “La Ley de Herodes”. Y es que, al igual que Juan Vargas (el personaje central de La Ley de Herodes), Alfredo Domínguez comenzó a gobernar con su muy peculiar estilo. Repartió los cargos entre sus amigos y compañeros de campaña sin importar si reunían los perfiles para ellos. Para empezar, nombró a Germán Rodríguez Sánchez como tesorero municipal. Su principal error es que “Cuananis” lleva un año festejando su triunfo, y cuando decimos festejando nos referimos a verdaderas borracheras en los establecimientos de la región, con cuentas de muchos miles de pesos, y algunas veces en las propias instalaciones del Ayuntamiento. A esas francachelas nunca faltan el tesorero German Rodríguez y el regidor priísta Cristian Gutiérrez, quien se ha convertido en su principal aliado en el Cabildo que le ha permitido absolutamente todo.

Esas celebraciones se han trasladado hasta el vecino país del norte, a donde los funcionarios antes mencionados han ido por lo menos dos veces en el último año, o ya de menos al puerto de Acapulco. Su afición a las bebidas alcohólicas (y todo lo que venga después) pudieran no tener importancia si ellos cumplieran a cabalidad con sus responsabilidades como servidores públicos. Sin embargo, el problema es que “El Cuananis” está gobernando “como Dios le dio a entender”, sin cumplir la normatividad aplicable en cada uno de sus actos.

Para empezar, ha incumplido sistemáticamente con el envío de información a la Plataforma Nacional de Transparencia. En el apartado donde deberían estar las declaraciones patrimoniales de cada uno de los funcionarios de Tlaltizapán, hay tres hojas donde viene borrado hasta la cantidad que devengan quincenalmente.

De toda la información que debería hacer pública (por ejemplo, la ficha personal de todos los servidores públicos con sus sueldos), no hay prácticamente nada. Hoy, el herrero que por azares del destino llegó a ser presidente municipal, está preocupado. Y no tanto por haber aparecido en una “narcomanta” donde lo acusan de estar “pagando piso” al Carrete; tampoco por la Carpeta de Investigación FECC/202001 que se está integrando en la Fiscalía Anticorrupción, y mucho menos por el atentado que sufrió su subordinado Efraín Castrejón. La preocupación que no lo deja dormir es que, la pareja que lo ayudó a llegar a la presidencia municipal y que decide mucho de lo que se hace en ese Ayuntamiento se agarró a golpes.

“El Tesorero del Ayuntamiento de Tlaltizapán, Morelos, Germán Rodríguez Sánchez fue acusado por la posible comisión del delito de violencia familiar, en agravio de su pareja sentimental. El pasado 22 de agosto, la víctima presentó querella en contra del hombre de 26 años a quien señaló de agredirla física, verbal y psicológicamente, dentro del domicilio que habitan en la colonia Otilio Montaño, de Tlaltizapán”, dice una nota publicada en el portal “24 Horas”.
Los días de su compañero de parrandas (y por lo tanto poseedor de toda la información comprometedora) como tesorero municipal están contados. Y no porque esté bajo proceso penal y tenga que ir a firmar cada mes a Atlacholoaya, sino porque la que sabe cómo administrar el municipio es Nancy Gómez, y ella no quiere volver a ver a Germán Rodríguez.
Así, un problema marital que se supone es parte de los “datos personales protegidos por la ley”, se convierte en información de interés público por las connotaciones antes descritas. Todo Tlaltizapán está atento al desenlace. HASTA MAÑANA

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