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DÍA CON DÍA

La caída social

La caída económica de México prolonga su sombra larga sobre el futuro inmediato del país. La proyección de The Economist, citada ayer en este espacio, dice que para volver a lo que era la economía mexicana en 2019, México tendrá que esperar hasta mediados del año 2025, varios meses después de terminado el actual gobierno.

Las consecuencias sociales de la caída económica del pasado semestre apenas pueden exagerarse. Se han perdido en estos meses 925 mil empleos formales.

La población en pobreza extrema, según el Coneval ,podría aumentar en 10 millones 700 mil personas. Es decir, 10 millones 700 mil mexicanos que eran pobres se volverán pobres extremos.

La población en situación de pobreza, por su parte, podría aumentar hasta en 9 millones 800 personas. Es decir, casi 10 millones de mexicanos que no eran pobres empezarán a serlo.

Ninguna de las crisis anteriores produjo tantos pobres como los que está produciendo esta. A ello habría que sumar un encogimiento de las clases medias, de sus ingresos, de sus oportunidades de empleo, de su movilidad social, de su horizonte de futuro

Los registros del Inegi sobre el comportamiento de las empresas en los últimos meses dan una idea del achatamiento de ese sector, fundamental en toda sociedad moderna, en toda economía moderna y en toda democracia moderna.

Según las cifras del Inegi, en estos meses trágicos casi 45 por ciento de las empresas han despedido gente, “reducido personal”. Y casi 50 por ciento de ellas han reducido remuneraciones y prestaciones al personal que conservaron.

Es decir, que no solo se perdieron muchos empleos por despidos, sino que muchos de los que no se perdieron vieron reducido su valor, su paga. Tenemos millones de personas que conservaron su empleo pero disminuyeron sus ingresos y son más pobres hoy, respecto de sí mismos, de lo que eran hace seis meses.

Del total de las empresas de que hablamos, solo 7.8 por ciento recibió apoyos gubernamentales durante los últimos meses. Han tenido que rascarse con sus uñas.

Pemex, en cambio, recibió las mayores transferencias gubernamentales de su historia. Pero perdió en estos seis meses la friolera de 606 mil millones: se rascó con las uñas de todos, a costillas de todos, en medio de la caída social de casi todos.

hector.aguilarcamin@milenio.com

Ámbito: 
Nacional