Con una nueva dirigencia nacional y en alianza con otras fuerzas políticas de oposición al Gobierno federal es como el Partido de la Revolución Democrática ha decidido caminar durante el último año de la LXIV Legislatura y rumbo a las elecciones del 2021, fórmula que con el apoyo de la ciudadanía espera le permita renovarse
Después de mucho ruido político, de prometer convertirse en una oposición real al Gobierno federal, e incluso ante amagues de cambiar de nombre y de ceder su registro, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), recurrió a un viejo conocido para intentar renovarse y emerger en el momento más incierto de sus 31 años de historia.
Sobre los hombros de Jesús Zambrano, recién nombrado presidente del Sol Azteca, recaen no sólo la supervivencia, sino hacerle honor a su historia y volver a convertirlo en el instituto político opositor de centroizquierda.
En el camino, los perredistas tienen dos pruebas de fuego casi inmediatas. Una de ellas es lograr ser en el Legislativo una oposición real a Morena, un partido que trabaja bajo las órdenes de un viejo aliado, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este septiembre, también arranca el proceso electoral más grande de la historia del país y el más importante para Morena, ya que demostrará si el efecto de López Obrador sigue vigente y es suficiente para obtener gran parte de los puestos de gobierno en juego y la mayoría en la Cámara baja para seguir cimentando la Cuarta Transformación, o bien si el electorado da un voto de castigo al Gobierno federal por el manejo de la pandemia y las crisis económica, de salud y de seguridad.
Por su parte, el PRD, se juega el registro y la permanencia en la cancha electoral, además de buscar arrebatarle a Morena la mayoría de puestos posibles, tanto en los gobiernos y congresos locales como en San Lázaro. Su posición es la de herir o morir.
Para lograr sus objetivos y sobrevivir, el PRD tendrá que buscar aliados, lo cual se podría convertir en un arma de doble filo a causa de los señalamientos de corrupción y de recibir sobornos de los que han sido acusados tanto en el PRI como en el PAN.
Por lo pronto, en la Cámara baja, cuatro diputados perredistas se sumaron al tricolor para ayudarlos a ser tercera fuerza política y quedarse con la presidencia de la Mesa Directiva en el último año legislativo en San Lázaro.
Tras este movimiento, las siglas PRI y PRD se podrían volver a ver en los próximos meses. Por lo pronto, los de la Revolución Democrática deben de reconciliarse internamente, unir tribus y demostrar que aprendieron las lecciones del pasado que los llevaron casi a la extinción.
Nuevo liderazgo, vieja cara
Con 242 votos a favor, Jesús Zambrano fue elegido hace unos días como dirigente nacional del PRD rumbo a las elecciones de 2021.
Con esta decisión tomada en el X Consejo Nacional del partido, “Los Chuchos” o corriente “Nueva Izquierda”, volvió a tomar el control del instituto político, después de que “Los Galileos” y otras tribus buscarán utilizar su registro para convertirlo en Futuro 21.
Al respecto, Jesús Zambrano comenta que llega en un punto crítico después de que en las elecciones de 2018 tuvieran su momento más difícil gracias al efecto producido por uno de sus excompañeros de lucha con los que fundó el PRD.
“Llego con el mejor de los ánimos, llego a un PRD que después de las elecciones de 2018 atraviesa por una situación complicada, en medio de una crisis en el sistema de partidos políticos que generó el fenómeno pejista. Aunque no pocos repiten que estamos a punto de la extinción y que vamos a perder el registro, la verdad no es así.
“El PRD es un partido con mucha historia, con muchos cuadros en todo el país, claro, en algunas regiones menos fuertes que en otras, pero tenemos una gran militancia de cerca de un millón 300 mil afiliados”, comenta a Reporte Índigo.
La primera parte de la estrategia para que el Sol Azteca vuelva a brillar, revela Zambrano, es reorganizar los cuadros desde sus estructuras municipales, después seguir con los órganos directivos estatales para poder vincularse con la sociedad y así abanderar sus causas
Lo siguiente, es cambiar la correlación de fuerzas políticas en el 2021 para evitar que la aplanadora de Morena siga barriendo todo a su paso.
“Estamos en un escenario de afianzamiento de las tendencias autoritarias del Gobierno de López Obrador que no respeta el Estado de Derecho, que ha entrado a eliminar los contrapesos institucionales, a buscar esa desarticulación o sometimiento pleno de los órganos autónomos en un constante ataque al árbitro electoral.
“López Obrador ha polarizado por completo la vida nacional con la descalificación a todas las expresiones que critiquen a su gobierno. En este escenario, la tarea más importante es cambiar la correlación de fuerzas en el 2021 para evitar que continúe el deterioro de la vida institucional y del país en general”, agrega.
Para lograr dicha tarea, Zambrano comenta que la prioridad es conformar un bloque opositor que pueda obtener en las elecciones del año siguiente la mayoría en San Lázaro y ganar la mayor parte de puestos de elección que estén en juego.
“Tenemos que ir unidos, por separado lo único que hacemos es darle fuerza al discurso de quienes dicen que no existe la oposición. En parte tienen razón, la única manera de superar esta situación es la unidad de las fuerzas.
“López Obrador ya dijo que somos ‘los defensores del régimen pasado de corrupción’, pero es uno más de sus discursos de propaganda barata desde el gobierno para descalificar a todos los que no piensan como él”, acusa.
Finalmente, Zambrano señala que el frente para poder contener la Cuarta Transformación del país no solo debe de estar integrado por partidos políticos, sino también por sociedad civil, aunque hace un año ese intento fracasó.
Necesitamos un frente amplio que recoja las banderas esenciales de reclamo de la gente. Debemos de establecer un programa básico común y después ver dónde podemos ir juntos, cómo podemos hacer un frente no solo de partidos, sino con la sociedad civil, para postular candidaturas que sean competitivas
- Jesús Zambrano
Presidente del Sol Azteca
Futuro 21, oportunidad perdida del PRD
El 24 de agosto del año pasado, dirigentes del PRD y exmilitantes de otros partidos como el PRI y Nueva Alianza, presentaron el proyecto Futuro 21, a través del cual pretendían construir un nuevo partido ocupando el registro del PRD.
La nueva formación de centroizquierda fue impulsada desde la cúpula del PRD por Jesús Ortega, Miguel Ángel Mancera, Fernando Belaunzarán y Guadalupe Acosta Naranjo, además de expriistas como José Narro Robles y Beatriz Pagés; así como por Gabriel Quadri, excandidato presidencial del Nueva Alianza (Panal), e independientes como Julieta Fierro y Tere Vale.
El movimiento fue llamarada de petate, ya que para finales de año comenzaron a faltar Narro y Pagés. Incluso Quadri y el exembajador Ricardo Pascoe Pierce, revelaron que no estarían dispuestos a integrarse al PRD, y que solo lo harían a través de una plataforma que fuera incluyente, novedosa y compuesta por liberales progresistas, como en su inicio fue Futuro 21.
Al respecto, Fernando Belaunzarán, integrante de la dirección nacional del Partido de la Revolución Democrática, comenta que el PRD desaprovechó una gran oportunidad para renovarse.
El PRD desaprovechó una oportunidad de transformarse, renovarse, generar una narrativa que sedujera a los ciudadanos, que los entusiasmara. Pero se recicló. El PRD volvió a actuar de forma clientelar
- Fernando Belaunzarán
Integrante de la dirección nacional del Partido de la Revolución Democrática
“A pesar de eso nosotros no vamos a abrir un frente en el PRD, nosotros le deseamos éxito a Zambrano, ojalá que pueda dar buenas cuentas. Nosotros nos vamos a enfocar hacia afuera, el tema no es el partido, es el país, por la situación de emergencia que vivimos”, comenta.
El exlegislador coincide con Zambrano y señala que la prioridad debe de ser la de formar un contrapeso al poder, incluso sin importar que el PRD pierda el registro en las próximas elecciones.
“La prioridad no es el partido, por eso vamos a apoyar a quien tenga más posibilidades de vencer a Morena. La prioridad de algunos es el registro del partido, lo fundamental es evitar el retroceso autoritario. Vamos a buscar construir la alternativa en contra del régimen autoritario y corrupto”, agrega.
Para lograrlo, el miembro de “Los Galileos” opina que el PRD debe de abrirse más a la sociedad civil y junto con ellos conformar una agenda compartida que sea más representativa, ya que el cambio no vendrá de las cúpulas partidistas.
“La unidad opositora no puede venir de las cúpulas partidarias, tiene que ser resultado de la presión social que cada vez se ve más fuerte, como el desplegado de los intelectuales que pidieron la unidad para conservar la mayoría en la Cámara, nosotros vamos en ese espíritu.
“El cambio tiene que ser alrededor de la agenda ciudadana que han construido las organizaciones de la sociedad civil, el cambio se va a lograr hasta que irrumpan los ciudadanos, tiene que haber muchas candidaturas ciudadanas. El PRD tiene que abrirse porque está a prueba”, concluye.
La prioridad del Sol Azteca debe de ser la de formar un contrapeso al poder, incluso sin importar que el PRD pierda el registro en las próximas elecciones