López Obrador da el banderazo de salida
Tal vez lo más importante del mensaje en el informe de gobierno del día de ayer, apenas el segundo de seis, ni siquiera cumplida la tercera parte de su gobierno, fueron las muchas líneas dedicadas por el Presidente de la República a esta idea de que lo más importante de su mandato o ya se hizo o está a punto de concluirse. La reiteración de que el primero de diciembre próximo estarán concluidas las reformas que habrán sentado las bases de la que llama Cuarta Transformación del país.
Después de eso, dijo, lo único que quedará es seguir revolucionando las conciencias para que nadie pueda cambiar lo hecho en estos 24 meses de gobierno. Eso querría decir que nos quedan cuatro años de mañaneras en sus muchos formatos y variedades.
Ya leeremos las verificaciones de los datos y cifras mencionados por el Presidente ayer, pero a nadie deben sorprender, así son los mensajes de los informes, ningún presidente ha utilizado el primero de septiembre para latiguearse.
Lo sorprendente, al menos para mí, es la sensación de misión cumplida. La ausencia de un mensaje de futuro, de invitación a una nueva épica, cualquiera que fuera, tan temprano en el sexenio. Más cuando viene de parte de Andrés Manuel López Obrador, el genio de las narrativas y la invitación a la acción.
Me recordaba ayer Nacho Marván que desde la campaña de 2006 López Obrador ya hablaba de dos años de transformación, dos de consolidación y dos de preparar la entrega.
El problema es que ese plan no contemplaba, entre muchas otras cosas, la profunda crisis que enfrentamos ni la falta de estructura en el movimiento que lo llevó a la Presidencia en 2018. Un plan como el que imaginaba López Obrador necesita una condición de bienestar en la población y de disciplina entre sus seguidores que no existen.
Y, por lo tanto, sus seguidores arrancarán desde ahora el camino hacia el futuro: hacia las gubernaturas, presidencias municipales y puestos legislativos que se disputan el próximo año —elección que, creo, ganarán mayoritariamente los candidatos de su partido gracias a la popularidad del Presidente y el desastre de la oposición— con miras siempre hacia 2024.
Lo que sucedió esta semana en la Cámara de Diputados será una anécdota tonta en comparación a lo que veremos. Creo que el Presidente dio el banderazo con demasiada anticipación.
@puigcarlos