Trump aprieta el paso y…
Los problemas que el presidente Trump no podrá resolver antes de las elecciones son tan grandes como 180 mil muertos por Covid, desempleo de dos dígitos y caída histórica de la economía, pero la violencia está siendo la llave que, en sus cálculos, le puede abrir las puertas de la Casa Blanca por segunda vez.
Pasó el tiempo de las ventajas de Biden por 12 o 15 puntos.
El promedio que marcaban las encuestas en la segunda quincena de agosto, era de 6.2 puntos de Biden sobre Trump.
Una reciente, finalizada el 31 de agosto, hecha por Emerson, apunta que la ventaja de Biden se reduce a sólo dos puntos porcentuales.
Sin embargo, tres encuestas publicadas ayer daban a Biden una todavía sólida ventaja.
Reuters/Ipsos/USA Today, indican que Trump tiene el 40 por ciento de las intenciones de voto, contra 47 de Joe Biden.
La encuesta Nacional de Grinnel College da 41 por ciento a Trump y 49 a Biden.
Y la que presentó Suffolk University, da 43 puntos al presidente y 50 por ciento al candidato demócrata.
Biden sigue arriba en todos los sondeos, pero las elecciones no son mañana sino dentro de dos meses.
En los estados que el sitio especializado Real Clear Politics denomina “campos de batalla”, que por lo general definen la elección presidencial (Wisconsin, Carolina del Norte, Florida, Pensilvania, Michigan y Arizona), la ventaja de Biden era de 4.3 puntos porcentuales, al 16 de agosto.
Dos semanas después, el 30 de agosto, la ventaja promedio del candidato demócrata descendió a 2.7 puntos.
En Wisconsin, donde se dieron los hechos violentos con la agresión a tiros (siete, por la espalda) de la policía a un ciudadano negro desarmado, delante de su familia, y luego el asesinato de dos manifestantes a manos de un adolescente trumpista en medio de incendios y ataques mutuos, la ventaja de Biden cayó de 6.5 puntos, a 3.5.
Se mueve la aguja de las encuestas. Y el energético que la altera es el miedo.
La estrategia es tan añeja como la política: crea incendios y luego te presentas como el único bombero que los puede apagar.
Con la proclama “Ley y Orden”, y las acusaciones a las autoridades locales (demócratas) de ser blandengues ante la violencia callejera, Trump todavía se mueve en las encuestas.
Las bombas incendiarias y los disparos le ayudan al presidente.
Tan es así que en la Convención republicana mostraron un impactante video con una calle completamente envuelta en llamas, y abajo la leyenda: “la América de Biden”. Pero había truco: las imágenes correspondían a incidentes ocurridos hace tiempo en Barcelona, España.
No lo necesitaban, porque en Estados Unidos hay llamas, hay disparos y hay muertos por motivos políticos y raciales.
El problema que tendrá la Unión Americana, gane quien gane, será apagar el incendio en una sociedad polarizada.
Desconozco si hay un plan deliberado para los hechos concretos de violencia ocurridos en estos días. Sin embargo son producto de la mayor embestida racista, desde el poder, en medio siglo.
Luego del enfrentamiento a golpes entre simpatizantes y opositores a Trump en el centro de Portland el pasado domingo, que dejó un muerto por herida de bala en el pecho, Trump disparó más de noventa tuits en que acusaba a los demócratas de no contener la violencia.
En uno de ellos, puso: “La gente de Portland no tolerará más la inseguridad. El alcalde es un TONTO. ¡Traigan a la Guardia Nacional! ¡¡¡LEY Y ORDEN!!!”.
Ted Wheeler, alcalde de Portland, le contestó: “El presidente quiere que Wheeler detenga la violencia que él ayudó a crear… ¿Se pregunta, señor presidente, por qué es la primera vez en décadas que los estadounidenses han visto este nivel de violencia? Eres tú el que ha creado el odio y la división”.
El subjefe de la campaña de Biden, apuntó: “Ha alentado (Trump) a sus seguidores a salir, a ser agresivos… Es mejor para este presidente si hay más anarquía, más violencia, más caos. En cada oportunidad ha tratado de avivar las llamas”.
Los enfrentamientos en Portland se dieron cuando una caravana de vehículos con simpatizantes de Trump se desvió de su ruta y chocó con una marcha en protesta por el asesinato de dos manifestantes en Kenosha, Wisconsin.
Los manifestantes de Kenosha –que protestaban por la agresión a tiros contra Jacob Blake, de parte de la policía, que lo dejó paralítico–, fueron asesinados por un adolescente de 17 años, con una AR-15, que vino desde el vecino estado de Illinois a unirse al grupo armado Back the Blue, para enfrentar a los que protestaban por los abusos de la policía contra los negros.
Así en clima de polarización en Estados Unidos.
Por cierto, el manifestante muerto el domingo en Portland pertenecía al grupo paramilitar proTrump, Patriot Prayer, que según su página de Facebook cuenta con 40 mil integrantes.
Sí, Trump puede ganar. Más puntual: aún no pierde. Avivar la polarización le deja dividendos porque las emociones –el miedo– pueden más que las razones de la pandemia y la economía. Al menos eso cree su equipo de campaña, y él mismo.
El problema está en que una vez encendida la llama de la violencia no se va a poder frenar, sobre todo si gana.