De chapulines, desplazados y sinvergüenzas
El día de la primera votación para decidir la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados hay un momento de esos que serían de risa, si no es que… pues no deberían serlo. La confusión era de tal magnitud, hasta entre aquellos que se supone no se confunden, que cuando Mario Delgado se abstuvo y la decisión apareció en el tablero, varios de sus correligionarios corrieron a cambiar su voto de a favor a abstención.
¿Qué no ya habíamos quedado? Deben haber pensado algunos. Córrele, cámbiale, vota como Delgado. Un día después, por supuesto, después de una conversación con la secretaria de Gobernación, sí, con ella, Delgado ya votó a favor y con él los otros.
Dijo el colimense, muy serio, como se pone él cuando sube a la tribuna que exigía: “una Mesa Directiva respetuosa e institucional, no necesitamos más porque aquí manda la mayoría y está muy claro quién tiene la mayoría. No nos van a desplazar en las decisiones”.
La verdad es que el diputado Delgado no se debería preocupar, la Mesa Directiva no desplaza a nadie de nada más que algunas oportunidades mediáticas, y a los legisladores morenistas quien sí los ha desplazado de muchas decisiones es su líder que despacha en Palacio Nacional.
Al minidrama de la semana llegamos además después de uno de esos espectáculos que no por lamentable dejan de ser didácticos y explican la condición en la que están nuestros partidos políticos y su relación con la ciudadanía.
Para cumplir una regla creada hace un cuarto de siglo, cuando por primera vez la cámara reflejó la pluralidad del país, vimos a diputados saltar de una bancada a otra como quien cruza una calle sin fijarse. Que si un puñado brincan para acá, pues otro puñado brincan para el otro lado, que si ya cumplimos el objetivo, regresémonos o vámonos por el otro lado.
Pequeño detalle, detrás de cada uno de ellos hay votos de ciudadanos que fueron a una urna y decidieron —no que a ellos les importe—; luego no nos quejemos de la imagen de los políticos frente a la ciudadanía.
Por cierto, hoy el INE aprueba un puñado más de varios partidos políticos. La pandemia no deja de darnos regalos...
@puigcarlos