López-Gatell escupe al cielo
Si no por su evidente ineficiencia como “estratega” frente a la pandemia o por confundir la epidemiología con el cómodo conteo de contagios y muertes, Hugo López-Gatell debe ser echado del servicio público por calumniador.
Cualquiera que honrara el cargo de subsecretario de Estado, así sea de dientes para afuera, habría acusado recibo de la propuesta de seis ex secretarios federales de Salud y correr la cortesía de la vamos a estudiar y punto, pero su “educación” solo es aparente y cometió la bajeza de escupir al cielo: se pitorreó de quienes hicieron mucho más que él para atender los padecimientos de la población que no puede pagar servicios médicos privados.
Trató a los seis como si el nivel de responsabilidades que tuvieron hubiera sido menor que la suya (de facto, la simple recopilación de cifras de ingresos a hospitales y actas de defunción).
A López-Gatell se le desparrama una vergonzante vocación política para quedar bien con quien cometió el error de tenerle confianza, el presidente de la República.
Su impudicia llegó al grado de que, como admitió cínicamente, sin conocer las sugerencias de quienes encabezaron el sistema nacional de salud pública, tergiversó el sentido de la recomendación al insinuar que es para terminar con la pandemia, y se burló: “Si hay un grupo selecto de ex secretarios que tienen la fórmula para controlar la epidemia en seis u ocho semanas, podría dar lugar a una especie de patente, porque eso se necesita en todo el mundo…”.
Inconsciente de su pequeñez ante doctores de la talla de Julio Frenk (tan torpe o incapaz que la Universidad de Miami lo tiene de rector) o los ex rectores de la UNAM Guillermo Soberón y José Narro y de su inferioridad frente a Mercedes Juan o José Ángel Córdova y Salomón Chertorivski, López-Gatell se dio el lujo de descalificarlos con insidias como éstas:
—“Siempre es alentador ver que la gente tiene iniciativa…”.
—“No sé si la complejidad del documento les llevó mucho tiempo, no les reclamamos que lo hayan hecho antes, pero si hay una fórmula tan innovadora lo hubieran presentado antes…”.
—“Habrá que ver si los ex secretarios tienen alguna vinculación política, ninguna vinculación empresarial, por ejemplo en comercialización de medicamentos…”.
—“No sé si hablan de la carencia de hospitales, en particular el ex secretario Narro”.
—“Si es verdad, como dicen los ex secretarios, que se logra eliminar la epidemia, quiere decir que hay una fórmula que el mundo entero no ha considerado”.
¿De dónde sacó que sus aludidos afirmaran lo que les endilga?
Si sus canallescos y despreciativos comentarios escandalizan, lo de la “carencia de hospitales” indigna porque habla como si los existentes que heredó hubieran sido construidos y equipados durante su deplorable gestión como subsecretario.
Frenk resumió bien su fracaso empleando el sustantivo que López-Gatell usó como inalcanzable de 60 mil decesos que hoy suman 70 mil: “Empezamos a caer en la normalización de la catástrofe…”.
¿Así o más claro?