¿Omisión o complicidad? Probar la funcionalidad de un mando único policial que más que combatir la delincuencia, ha convertido al estado en dantesco infierno con sus abusos y excesos. Hace unos días, Graco buscó los reflectores nacionales y fustigó a sus homólogos, que “defienden en abstracto” el municipalismo en detrimento de la seguridad de los ayuntamientos. Advirtió que la debilidad estructural ha generado que sean fácilmente penetradas por el crimen organizado. Urgiendo echar andar a nivel nacional el Mando Único, en una más de sus gastadas peroratas, el mandatario morelense vuelve a mostrarse omiso y/o cómplice de la delincuencia organizada, al insistir que grupos criminales le han sugerido pactar un acuerdo político y económico a fin de que les permita realizar sus actividades en la entidad. Aquí es donde la duda de los morelenses se acrecienta y la pregunta brota sola ante la resistencia a denunciar. Está coludido, es cómplice de lo que pregona combatir, ¿es él quien dirige el crimen organizado? Tal cual es su costumbre, mintió una vez más sobre un Morelos seguro que solo existe en su distorsionada imaginación. Los secuestros no han desaparecido en Morelos: cinco en enero y ocho en febrero; muertes violentas: 89. Preocupante también la desaparición de menores, cuyas edades fluctúan entre los 7 y los 17 años. Este es el Morelos seguro de Graco Ramírez
