En naranja ¿rumbo al abismo?
Algunas notas del fin de semana:
Israel, país que pensó haber controlado el virus en el primer confinamiento entre marzo y principios de abril, anunció ayer un nuevo y estricto confinamiento con duración de tres semanas y que consiste, entre otras cosas, en que no más de 10 personas pueden reunirse en interiores, mientras que los grupos de 20 personas pueden estar al aire libre. Cierran escuelas y los centros comerciales; los ciudadanos deben permanecer a menos de 500 metros de sus hogares, con la excepción de viajar a los lugares de trabajo; oficinas y empresas no gubernamentales pueden permanecer abiertas, pero no deben aceptar clientes. Supermercados y las farmacias pueden permanecer abiertos al público.
Inglaterra y Gales anunciaron nuevas medidas restrictivas después de tres días de infecciones en números que no se veían desde mayo. En EU, el inicio de clases ha visto la acumulación de casos en comunidades estudiantiles, 36 mil solo en una semana. Y en aquel país, el Medio Oeste que parecía haberse salvado de lo padecido en otras regiones comienza a ver un número de infecciones que no había visto en todo el año.
Portugal tuvo el doble de casos que hace una semana. Francia tuvo el mayor número de casos en una semana apenas el sábado…Y así me puedo seguir.
Ayer, la Organización Mundial de la Salud reportó un récord de contagios en 24 horas. Todos estos ejemplos están viendo las consecuencias de sus diferentes maneras de regresar a algo que se pareciera a la normalidad.
El semáforo epidemiológico de buena parte de México está en color naranja. Es cierto que nuestro naranja es, como buena parte de la estrategia gubernamental, un poco a medias. Y ahora peor, entre la necesidad económica y lo larguísimo del semiconfinamiento, cada vez en la realidad somos menos naranja.
Aún así, algún día estaremos oficialmente en verde —hace dos semanas, según López-Gatell, algunas proyecciones matemáticas decían que esto podría ser a finales de octubre, pero se ve complicado—; pero algún día regresarán, por ejemplo, las escuelas y lo que eso significa para la movilidad.
Me pregunto si hay una estrategia para este momento aprendiendo de lo que está sucediendo en otros países en otros días. O si en serio se creen eso de que vamos bien, mejor que la mayoría de los países, desechando las ideas que no son de ellos… porque me temo que si es así...
@puigcarlos