La actividad económica en México retrocederá un 10,2 %, 2,7 puntos más que lo calculado en junio: OCDE
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revisó este miércoles a la baja su proyección de crecimiento económico para 2020 en Argentina y México y aumentó la de Brasil.
En su informe de perspectivas intermedias, que repasa las previsiones de junio, el organismo con sede en París consideró que el producto interior bruto (PIB) argentino caerá este año un 11,2 %, 2,9 puntos porcentuales más que hace tres meses.
La actividad económica en México retrocederá un 10,2 %, 2,7 puntos más que lo calculado en junio, mientras que la caída en Brasil se limitará al 6,5 %, lo que supone una mejora de nueve décimas porcentuales.
La organización recalcó que el empeoramiento de sus previsiones refleja la expansión del coronavirus, altos niveles de pobreza e informalidad laboral en esos países y medidas de confinamiento más estrictas durante un periodo prolongado.
Para 2021 empeora su proyección para Argentina (+3,2 %) y Brasil (+3,6 %), con nueve y seis décimas menos respectivamente, y en México, con un avance del 3 %, no modifica la previsión de su informe semestral del pasado junio.
La organización admite, no obstante, que sus cálculos están llenos de incertidumbres y sujetos al avance de la COVID-19 y a las políticas fiscales y de estímulo que los gobiernos apliquen para contener sus consecuencias.
A nivel mundial, considera que el impacto de la pandemia sobre la economía provocará este año una caída de la actividad del 4,5 %, frente a la del 6 % en junio, mientras que para el año que viene reduce en dos décimas su estimación, hasta un avance del 5 %.
Para el conjunto del G20, su proyección reduce al 4,1 % la caída en 2020, frente a la del 5,7 de junio en su escenario más optimista, sin una segunda ola de la epidemia, y mejora en dos décimas la subida de 2021, hasta el 5,7 %.
La OCDE advierte de que la recuperación ha perdido impulso desde el verano y tiene claro que deben mantenerse las políticas de apoyo fiscal, monetario y estructural para preservar la confianza y limitar el impacto de la crisis.