Caso Zapotitla
El primer interesado en que las cosas se aclaren debe ser el diputado.
El Partido Encuentro Social tiene en Morelos un escenario electoral muy complicado en el 2021; se trata de una institución que deberá luchar para mantener su registro y necesita ganar espacios de representación para apoyar al gobernador en la segunda mitad de su sexenio. Las cosas no pintan fáciles para el PES y se pueden complicar con el reciente escándalo que involucra a uno de sus integrantes, el diputado local Marcos Zapotitla. Los estrategas del partido deben elegir entre defender la figura de su correligionario o cuidar el futuro de Cuauhtémoc Blanco.
Para dimensionar la situación que enfrenta el legislador Marcos Zapotitla hay que entender el contexto que se vive actualmente en México y en Morelos; la lucha por los derechos y las garantías de la mujer viene desde hace varios años, representa un enorme esfuerzo impulsado por muchos organismos sociales, civiles, de derechos humanos y por supuesto de las propias mujeres.
La situación de violencia que enfrentan las damas en México es terrible, de manera cotidiana son lastimadas y cada día se conocen hechos que las agreden física o sicológicamente. Morelos es un estado que se ubica en los primeros lugares de agresiones contra la mujer, en feminicidios, en trata, en acoso y hasta en violencia política.
Dentro del parlamento morelense varias diputadas han elevado la voz debido a los ataques políticos y segregación por parte de algunos de sus compañeros de legislatura. Organizaciones ciudadanas, de derechos humanos y observatorios de violencia denuncian que el esfuerzo para proteger al sector femenino en México no es suficiente, porque todos los días se presentan acciones que vulneran su integridad.
El propio gobernador Cuauhtémoc Blanco se ha manifestado una y otra vez en favor de los derechos de las mujeres, se ha pronunciado de manera firme en contra de quienes atentan contra ellas de cualquier manera y ha sido enfático en su llamado a dar la lucha frontal contra aquellos que las intimiden o vulneren.
Hablar de violencia contra las mujeres no es un asunto menor, ni sencillo; hay incontables historias que confirman que el problema está ahí, sigue creciendo y muchas veces se oculta o se protege por un manto de impunidad.
Por todo lo anterior el caso Zapotitla no es cosa simple de resolver, ni se logrará tratando de desviar la atención. El legislador y sus aliados trataron desesperadamente de ocultar lo sucedido, pero el tema se les fue de las manos cuando la Fiscalía General del Estado entregó formalmente al congreso la solicitud de desafuero. En ese momento el asunto dejó de ser un rumor de pasillo, como ha ocurrido con otras acusaciones de maltrato y acoso sexual contra el mismo Zapotitla; cuando la FGE notificó al parlamento, la difusión del asunto fue inevitable.
Pero más allá del interés político o partidista que pudiese existir para “cuidar” la imagen del legislador y de su partido, lo debería interesar a todos, empezando por el acusado, es que la situación se aclare totalmente. Hay un punto hasta donde las instituciones pueden tratar de proteger políticamente a quien comete un error, pero en casos como este, cuando se habla de un tema tan delicado para la sociedad, lo conveniente es que el proceso sea transparente y la verdad se exponga sin filtros.
Supongo que a Marcos Zapotitla le preocupa que su nombre esté vinculado a un hecho tan deleznable como lo es una violación, precisamente por ello considero que él debería ser el primer interesado en enfrentar legal y personalmente el tema, para que su apellido y el de su familia no quede manchado por una situación tan grave como la que le achacan.
Pongámonos del lado de la denunciante, tratemos de entender el difícil momento que enfrenta y el valor que se requiere para actuar contra una figura política. Lamentablemente casos como este son constantes en México y la mayoría queda impune, porque las leyes están hechas a favor de los agresores y el sistema los protege, especialmente cuando tienen poder económico o político.
Encuentro Social y sus distintas representaciones en los congresos, en el ejecutivo y en el partido deben tener muy clara la situación que enfrenta Zapotitla y tomar en cuenta la gravedad de la acusación. Por supuesto que existen maneras de cuidar políticamente al diputado y ayudarlo evadir su responsabilidad en un delito tan horrendo. Pero hacerlo sería un gravísimo error político y una terrible falta como seres humanos.
Lo que de ninguna manera se puede lograr en una situación como esta hacer es detener el juicio social, sobre todo porque al personaje en cuestión lo han señalado reiteradamente por ser un agresor de mujeres. El costo de defender lo indefendible puede ser muy alto para el Partido Encuentro Social; muy alto.
Pongámoslo de esta manera: si el diputado Marcos Zapotitla Becerro tiene la conciencia tranquila y sabe que es inocente de los señalamientos en su contra, no debería temer enfrentar el proceso sin fuero, con transparencia y sin protección política. Una violación no es cosa menor y ambas partes, acusador y acusado, tienen que demostrar legalmente que tienen la razón. Si Zapotitla no hizo lo que dicen que hizo ¿Cuál es su temor de perder el fuero?
El fondo en esta historia es la constante agresión de la que son objeto las mujeres, la lucha por la defensa de sus derechos, las garantías que merecen y su vida misma. Esta semana se registraron dos feminicidios más en Morelos y lo que sigue a este tipo de acontecimientos, lamentablemente, es el silencio, la impunidad y el olvido. Rara vez las autoridades detienen a los culpables.
A todos nos debe interesar que la acusación contra el legislador del PES se aclare, que se investigue y sancione; sí Marcos Zapotitla es inocente así debe quedar claro para todos, para que su nombre y el apellido de su familia no se manche, ni se piense que desde algún ámbito político o de poder se le trata de proteger a costa de la integridad de una dama. Pero si es culpable también tienen que haber consecuencias.
No se puede jugar ni negociar con un tema tan delicado como este, ni se debe dejar a la apreciación de nadie la comisión de un delito tan oscuro como lo es una violación. Frente al diputado ofendido hay una dama agraviada que se atrevió a dar la cara, a presentar una denuncia y asume las consecuencias de actuar en un camino que muchas mujeres violentadas prefieren evitar porque saben que al final llevan las de perder.
Por muchas razones el tema se tiene que aclarar.
posdata
Dicen que en el fútbol la suerte también juega, que portero sin suerte no es portero.
En el deporte como en la vida diaria y en la política la buena fortuna también es un elemento que se debe considerar al momento de hacer planes, diseñar estrategias y sobre todo, en la conducción diaria de las cosas.
Sergio Estrada Cajigal, por ejemplo, apostó su futuro a la suerte, a que las cosas le saldrían bien porque tenía buena fortuna y a que el tiempo arreglaría todo; los primeros años la estrategia le funcionó: cada vez que se metía en problemas surgía un conflicto mayor en otro lado que desviaba la atención de sus errores.
Por esa buena estrella el panista se volvió confiado y altanero, pero al final perdió todo; la fortuna es importante, pero se debe acompañar de acciones concretas para alcanzar una meta. En el ejercicio de gobierno la suerte ayuda, pero lo que da consistencia a las instituciones es el trabajo, los planes y los resultados.
Es cíclico que los gobiernos morelenses tengan buena fortuna sus primeros años; hagan memoria y encontrarán que en los últimos cuatro sexenios el arranque ha sido más o menos parejo y la suerte ha estado del lado de los gobernadores.
No hablo de ninguna manera de que todo lo hecho durante el primer tercio de la administración haya sido perfecto, por el contrario, en todos estos gobiernos se han cometido errores muy graves; a lo que me refiero es que en ese lapso siempre aparece algo más allá de las fronteras que opaca los yerros locales y ayuda a los mandatarios.
Eso sucede hoy en Morelos y se puede entender o leer de cualquier manera, como buena fortuna personal o como ayuda política federal. El punto es que las cosas empiezan a cambiar y los hechos diarios distan mucho de ser favorables para el estado y para sus instituciones.
Esta semana, por ejemplo, la agenda estatal se llenó de cosas negativas más allá de la violencia a la que ya nos hemos acostumbrado: se robaron un avión, acusaron a un diputado de violación y luego ocurre una balacera en una de las plazas comerciales más importantes de la capital. No hay manera de vender favorablemente o justificar alguna de esas historias.
Me refiero a un hecho intangible, pero palpable: la suerte juega en política y ahora está apostando en contra del régimen de Cuauhtémoc Blanco. Por eso es necesario que se ajusten piezas, que el gobernador exija más a su equipo y la lealtad se demuestre con resultados.
El futuro no es sencillo para nadie y políticamente la situación se va a complicar cada día más. El gobierno estatal y el PES tienen que dar un golpe de timón, necesitan mostrar una cara diferente a la gente y convencer de que están haciendo bien las cosas.
No olvidemos algo: la percepción es más fuerte que la realidad.
nota
Cuando finalmente rompió el silencio, el diputado Marcos Zapotitla negó las acusaciones de violación y adujo que se está orquestando un ataque político en su contra. Tratan de debilitar mi imagen, dijo, para no impulsar reformas en el poder judicial; “Yo no soy delincuente ni tengo familiares que sean jefes de plaza” afirmó nerviosamente el legislador.
Mi trabajo político es incómodo y no me van a callar ni me van a detener; se necesita más que eso, dijo Zapotitla en una poco efectiva rueda de prensa.
Preguntas:
¿Quién orquesta un ataque político en su contra y por qué?
¿Debilitar su imagen? ¿Cuál imagen? ¿Cuál trabajo político?
¿Quién tiene familiares que sean jefes de plaza? ¿Si lo sabe porqué no lo denuncia?
He tocado intereses muy fuertes, dice. ¿Cuándo? ¿Dónde? Porque desde en su curul o desde la tribuna no lo ha hecho.
Marcos Zapotitla ha sido un diputado intrascendente, un personaje político gris, sin resultados, sin ninguna propuesta legal, política o legislativa llamativa, ni posturas firmes, polémicas o contundentes que llamen la atención. ¿Callarlo? ¿Por qué? ¿Qué ha dicho?
El legislador del PES asume una postura de víctima frente a un delito muy grave del cual lo acusan; no le entra de lleno al tema, evade las preguntas y trata de desviar la atención llevando la historia al plano político, como si su figura, su nombre o su actuación ameritaran la atención o el interés de alguien.
Digámoslo como es: si no fuera por esta acusación, Marcos Zapotitla sería olvidado en cuanto termine su periodo como legislador; no ha hecho nada, no ha aportado nada, no ha trascendido de ninguna manera, ni merece reconocimiento por alguna acción legislativa llevada a cabo.
Precisamente por eso el diputado debe ser el primer interesado en que este señalamiento se aclare, pero a la vista de la ley, con transparencia y fuera del ámbito político; habla de salvaguardar su honor y se entiende, precisamente por ello es clave que enfrente la denuncia sin fuero, ni protección política.
post it
Datos publicados por organizaciones de derechos humanos, de mujeres, observatorios de violencia y diversas instituciones públicas y privadas confirman lo que es secreto a voces: hay muchos más delitos de violación de los que se denuncian. Y lo explican: las víctimas rara vez actúan legalmente, se quedan con su dolor y su vergüenza porque saben que la ley no está a su favor y los impartidores de justicia casi siempre apoyan al agresor.
Precisamente por esto la violencia contra las mujeres no para, porque el sistema juega en contra de ellas, incluido el juicio social.
Ahora que una dama se atreve a denunciar un hecho así, presuntamente cometido por un representante popular, la historia no puede ni debe ser escondida por nadie. Prestarse a la protección de un acto tan deleznable, es caer en lo más bajo y ruin del ser humano.
Todos tenemos hijas, hermanas o madre.
redes sociales
¿Dónde están las organizaciones de mujeres cuando ocurren casos como este?
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