El gobierno de CdMx planeó la represión
Seis a uno fue la proporción de policías contra manifestantes en la marcha de mujeres del lunes 28 de septiembre para defender el derecho al aborto legal, seguro, libre y gratuito.
Esa tarde, entre granaderos, personal de tránsito y agentes había unos 3 mil efectivos para contener a dos contingentes cuyo número total no superaba las 500 personas.
La asimetría fue el principal motivo de la violencia, y también la logística planeada y desplegada para provocar.
Dos manifestaciones concurrieron al mismo sitio ese lunes. La primera partió de Monumento a la Revolución hacia la una treinta y estaba integrada por jóvenes encapuchadas y vestidas de negro que se autoidentifican como anarquistas.
A este grupo, de unas 100 personas, se le encapsuló durante más de seis horas. Tiempo de sobra para que los ánimos se caldearan.
Los videos que la autoridad hizo luego circular refieren solamente a la confrontación entre este contingente y la policía.
Poco antes de las tres de la tarde comenzó a congregarse otro grupo feminista que no comulga con las estrategias agresivas. Estaba integrado por unas 400 personas. Además de mujeres también había niños, hombres y adultos mayores.
El segundo contingente contaba con permiso de la autoridad para montar un templete en Plaza de la Constitución. Sin embargo, la fuerza policial bajo las órdenes de Omar García Harfuch les impidió el paso.
Asegura Yara Villaseñor, del colectivo Pan y Rosas, que fue el gobierno de CdMx quien propició la confrontación: “Yo fui testigo de los dos círculos policiales, uno dispuesto para hacer que los ánimos radicales estallaran, y otro que aprovechó el pretexto para violentar al resto”.
De manera indiscriminada, los agentes golpearon con toletes y escudos, y también arrojaron gases corrosivos que dejaron secuelas.
Bárbara Fazio tiene convicción de que esa tarde fueron objeto de un operativo diseñado con antelación para obtener reacciones reprehensibles que luego han servido para revictimizar al conjunto.
Zoom: Acepta Yara que el contingente anarquista es más fácil de infiltrar, ya que las jóvenes llevan el rostro cubierto y visten todas de negro. Esta es la pista política que merece ser investigada con seriedad.
@ricardomraphael