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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

Ira y temor

 

El agente viajero llegó a un pequeño pueblo y se instaló en el único hotel que había en el lugar. La habitación no tenía televisor, y él no llevaba ni siquiera una revista, de modo que abrió el cajón del buró y ahí encontró una Biblia. En la primera página leyó: "Si estás triste busca en la página 52. Si no hallas consuelo en tus aflicciones busca en la página 85. Si te sientes solo busca en la página 123". Más abajo había una anotación escrita a mano: "Y si nada de eso te da resultado llama a Rosibel, teléfono 8455-235-426. Ella te alegrará, te consolará y te acompañará"... En el restorán el cliente ordenó su comida. Le dijo al mesero: "Para empezar quiero la ensalada César". "No se la recomiendo -le dijo éste-. El chef no la sabe preparar como se debe, y además sirve una porción muy reducida. Está mejor la ensalada de berros". "Muy bien, tráigala -aceptó el señor-. Me gustaría luego un consomé al jerez". "¡Uh, no! -exclamó el mesero-. Es un líquido chirle; un caldo soso, insípido. Pida mejor la crema de calabaza". "Bueno, sírvamela -concedió el cliente-. En seguida tráigame el filete a la mostaza". "Ni por equivocación pida eso -manifestó el camarero-. En primer lugar no es filete: es bistec. Luego, la mostaza que usan es de pésima calidad, la más barata. En todo caso pida un sirloin. No es la gran cosa, pero le sabrá mejor que lo otro". "Bien -accedió el hombre-. Traiga el sirloin. De postre voy a pedir los duraznos Melba". "Permítame aconsejarle, señor -replicó el tipo- que ordene otra cosa. Las latas de durazno que tenemos son ya muy viejas; no le vaya a hacer daño ese postre. Pida algo del día; por ejemplo el flan de la casa". "Perfecto -admitió el señor-, tráigame el flan. Y para terminar ¿qué me aconseja? ¿Café o té?" "Pida lo que se le antoje -respondió secamente el mesero-. El gerente nos tiene prohibido hacer sugerencias a los clientes"... Entre los individuos, como entre las naciones, la ira y el temor obnubilan la razón. Hoy por hoy la irritación y el miedo se han enseñoreado del ánimo de los mexicanos. Hay indignación -no simple mal humor- por la corrupción de la clase política y la grosera impunidad que ampara a quienes roban valiéndose del cargo que detentan. Hay miedo por la inseguridad reinante, que hace que la vida cotidiana en muchas de nuestras ciudades sea una peligrosa aventura. La razón y el buen sentido, sin embargo, deben imperar. En el 2018 un voto fincado en el enojo o la desesperación puede ser riesgoso. El voto de castigo es válido, y hasta necesario, pero ese sufragio debe estar bien orientado, a fin de que no nos haga caer de la sartén al fuego. Elijamos bien: de nada sirve librarnos de un mal para llegar a otro aún más grave... A aquel tipo, hombre muy feo le decían El Nono. Cuando nació y lo vio por vez primera su mamá, la pobre empezó a gritar: "¡No, no!" Y así se le quedó: Nono... Cierto diplomático asistió a una recepción en una embajada. A la hora de servirse la cena se encontró sentado junto a una espléndida rubia de provocativas formas. Algunas copas de vino hicieron que la conversación con ella se volviera íntima, tanto que el hombre se sintió autorizado a poner discretamente la mano en la rodilla de su vecina por abajo del mantel. Al ver que ella no oponía resistencia empezó a subir la mano poco a poco, en busca de atractivos más recónditos. De pronto ella se inclinó y le dijo al oído: "No suba más la mano, señor embajador. Me llamo Jack y soy agente secreto al servicio de la CIA"... FIN.

 
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Nacional
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