Mario el soldado
Sabemos cuánto confía y prefiere el presidente López Obrador a las fuerzas armadas por encima de los civiles. Es más, ayer anunció que van a construir un segundo aeropuerto, el de Tulum, además de las muchas otras tareas que el gobierno les ha encomendado.
Hay una lógica, por supuesto. La formación militar no admite distracciones, ni pretextos, ni indisciplinas, ni opiniones. Construyen más barato y rápido porque trabajan más horas; soldados sobran y no andan rezongando. Se hace lo que indica el mando superior y ya está. Así se progresa en la institución.
Ayer, antes de la votación en la Cámara de Diputados, que aprobó la desaparición de decenas de fideicomisos para que devuelvan esos recursos a la Secretaría de Hacienda para que sea ésta quien disponga de ellos, Mario Delgado recibió a un grupo representativo de todas las áreas que se verán afectadas por la decisión. Es curioso verlo en algunos videos cuando escucha los argumentos de quienes, además, le llevaron decenas de miles de firmas en contra de lo que habría de decidir. No tuvo demasiadas respuestas, como no tuvo respuestas después del parlamento abierto, como no las ha tenido —al menos que tengan lógica— en las declaraciones que ha hecho en estos días.
Ha dicho que en algunos fideicomisos había corrupción, ha dicho que otros tienen un desempeño impecable, insiste en que los recursos se seguirán dando, pero que entiende el problema —que los fideicomisos solucionaban—de la multianualidad que impide el presupuesto federal, lo cual complica que se cumplan muchas cosas, y al final no le queda más que decir: “confíen”. Algo que él mismo complica porque argumenta que se necesitan los recursos de los fondos para usarlos en el combate a la pandemia, por lo que parece raro que prometa que los fondos seguirán dándose a ciencia, educación o conocimiento.
Delgado sabe el tamaño de destrucción que la decisión significa. Pero sabe también que no es momento para utilizar los conocimientos técnicos y de políticas públicas si lo que se quiere es avanzar su carrera política.
Ya ha advertido el Presidente que lo que importa es la lealtad. Y que esto de los fideicomisos lo prometió en campaña —la única y verdadera razón por la que ayer pasó lo que pasó—.
Mario ha visto cuánto le gusta al Presidente la disciplina y lealtad de las fuerzas armadas. Y Mario ha sido un soldado. En unos días llega el premio.
@puigcarlos