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SERPIENTES Y ESCALERAS

El candidato Argüelles

Antes de ser diputado pocos lo conocían en Morelos; ahora quiere gobernar Cuernavaca.

Todo indica que la carta política con la que el PES y el gobernador Cuauhtémoc Blanco jugarán en la próxima elección capitalina es el diputado federal Jorge Argüelles Victorero. El también dirigente estatal de Encuentro Social se ha convertido en una figura clave en la administración estatal, junto con el delegado federal Hugo Eric Flores son la dupla que orienta políticamente al mandatario y ambos conducen la estrategia electoral del 2021. La apuesta con el diputado Belindo es por todo o nada.

La experiencia política del legislador federal de Encuentro Social es corta; mantiene una estrecha relación con Manlio Fabio Beltrones, fue militante del Partido Revolucionario Institucional, en el 2018 intentó competir por el tricolor, pero ni su dinero la fuerza del bronto-priísta lograron darle una candidatura.

En su peregrinar político Argüelles tuvo acercamiento con otras fuerzas partidistas hasta que la coyuntura lo llevó al PES y de ahí saltó al proyecto electoral de Cuauhtémoc Blanco. Argüelles Victorero fue incluido en una lista de candidaturas federales que la coalición Juntos Haremos Historia acordó con Beltrones a través del PSD. La ola obradorista lo hizo ganar la elección del 2018, aunque de los 5 candidatos federales que compitieron en Morelos fue el que menos votos obtuvo.

Durante la campaña y los primeros meses del sexenio el diputado federal no formó parte del círculo cercano del gobernador, pero al paso del tiempo se fue colando con el apoyo de Hugo Eric Flores; hoy es uno de los personajes que más influyen en el jefe del ejecutivo y el delfín para la reelección del 2024.

Fuera de su grisáceo paso por el PRI y su tímido desempeño como legislador federal poco se sabe de Jorge Argüelles Victorero; la semana pasada se difundió una carta de residencia expedida a su nombre por el ayudante municipal del poblado de Chamilpa en la que se hace constar que el susodicho legislador es vecino de esa comunidad desde hace al menos diez años, lo cual hace suponer que la utilizará para validar su registro como candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca.

Pero más allá de su escueta trayectoria política y su controvertida residencia en Morelos, lo que hay que observar es su falta de identidad con la ciudadanía a la que representa. Jorge Argüelles viene a Morelos solo a reunirse con el gobernador y sus únicas apariciones son en eventos del gobierno del estado.

Argüelles es coordinador de los diputados de Encuentro Social en el congreso federal y dirigente estatal del PES, pero en ninguna de las dos posiciones se ha interesado por impulsar el desarrollo del estado o crear una estructura política en la entidad. El trabajo político que realiza Argüelles es en mesas nacionales y en la oficina del gobernador, no quiere mezclarse con los morelenses, ni se identifica con las necesidades de la gente de aquí.

Argüelles Victorero confía en el impulso que una vez más le puede dar Morena, en el voto en cascada que tiene ese partido y en la falta de acuerdos en la oposición. Incluso en su rol de asesor político del gobernador Cuauhtémoc Blanco el diputado ha dejado de lado la necesidad de mejorar la imagen del ejecutivo estatal, de ayudarlo a mantener la gobernabilidad o de fortalecer los trabajos del gobierno de Morelos.

Aunque la posición actual del pupilo de Manlio Fabio Beltrones es políticamente buena, no tiene la fuerza y rentabilidad electoral para ganar la elección. Explico: con su influencia en el congreso federal y el gobierno estatal Argüelles debía ser un constructor de puentes políticos y de diálogo del ejecutivo, un solucionador de problemas y la figura consentida por propios y extraños. En una administración que se ha caracterizado por pelearse con todos Argüelles pudo ser el conciliador, el que construye, pero contrario a ello lleva a Cuauhtémoc Blanco a escenarios bélicos innecesarios, empezando con la dirigencia y la militancia de Morena.

Hay razones suficientes para suponer que en el 2021 habrá una alianza electoral entre el Partido encuentro Social y Morena, también para imaginar que derivado de un acuerdo político con el presidente de México, la candidatura en Cuernavaca será para quien el gobernador Cuauhtémoc Blanco decida. Y ese será Jorge Argüelles.

Pero aunque el diputado federal sea candidato a la presidencia municipal de la capital, no hay ninguna garantía de que vaya a ganar la próxima elección. Dentro del gabinete estatal hay voces que expresan su incomodidad por proyectar hacia la sucesión a una figura sin arraigo, carente de identidad y sin ninguna rentabilidad electoral.

Los estrategas electorales del gobierno están perdiendo de vista elementos que van a influir en el proceso electoral y que pueden arruinar sus planes; obtener la candidatura es un asunto sencillo si se compara con ganar una elección en donde las huestes de Morena no se identificarán con ese candidato, con la ciudadanía que no lo conoce y una oposición dispuesta a hacer un frente común para detenerlo.

El pobre posicionamiento político de Argüelles es consecuencia de su ausencia en la entidad y se agrava con las desafortunadas expresiones que ha tenido, como cuando dijo que la matanza de diez personas en la colonia Antonio Barona de Cuernavaca fue la consecuencia de un conflicto entre grupos de la delincuencia organizada. A propósito de esto último, diversos liderazgos de esa colonia se han manifestado abiertamente en contra del diputado Jorge Argüelles Victorero por esos dichos; La Barona, además, es la colonia más grande y poblada de la capital.

Postular a Jorge Argüelles Victorero para la alcaldía de Cuernavaca es una apuesta muy alta del PES y del gobernador; el candidato a la presidencia municipal es el motor de las demás posiciones, es decir, catapulta a quienes vayan a las diputaciones locales y federal; además esa candidatura es una posición clave porque representa el trampolín para la contienda del 2024.

Si Jorge Argüelles es candidato en Cuernavaca y gana la elección del 2021, seguramente será postulado a la gubernatura de Morelos en el 2024. Pero si pierde la elección quedará fuera de toda posibilidad, perderá la mejor vitrina política del estado y dará pie a una derrota electoral del PES y Morena en las elecciones sexenales; en ese caso Cuauhtémoc Blanco se quedará sin candidato para sucederlo.

Nadie tiene certeza del resultado de las elecciones del próximo año en la capital; ningún partido, ni Morena que hoy gobierna, puede asumirse como ganador porque existen distintos elementos que complican los escenarios futuros. En el caso del PES-Morena el panorama es complejo porque la candidatura capitalina podría volver a ser para Encuentro Social y recordemos que hoy ese partido no gobierna por los conflictos en los que ellos mismos se metieron.

Las semanas y los meses siguientes son claves para todos los partidos y fundamentales en el caso de Argüelles. El diputado está en a pelea y como todos tiene posibilidades de triunfo, pero necesita replantear totalmente su estrategia y manejo para meterse realmente a la competencia.

Los liderazgos no se construyen de la noche a la mañana; la percepción es un aspecto fundamental en cualquier campaña y esta depende de muchos tópicos que hoy no están atendiendo ni el gobierno estatal ni el PES.

Jorge Argüelles Victorero puede ser el candidato de la coalición Morena-PES, pero eso no le garantiza ganar la elección. Si el gobernador Cuauhtémoc Blanco pierde la contienda en Cuernavaca no tendrá a nadie con quien jugar en la elección del 2024, ni alguien que le cuide la espalda cuando deje el cargo.

En el 24 o antes.

posdata

Después de la primera mitad de su sexenio, Marco Adame Castillo anunció un ambicioso programa de rescate del Rio Apaltlaco, el afluente más grande y contaminado de la entidad. Se trataría, dijo, de un esfuerzo sin precedentes para rescatar esa vertiente y revertir la histórica contaminación de que era objeto.

Por supuesto que dicho trabajo implicaría una multimillonaria inversión de recursos en la construcción masiva de plantas de tratamiento de aguas residuales; las contrataciones de tales obras estuvieron a cargo de la Ceama (hoy Ceagua) en ese momento a cargo de Fernando Bahena.

El dinero para llevar a cabo la construcción se erogó sin problema, las empresas tuvieron el visto bueno del estado (incluyendo el palomeo de la primera dama) y las obras se realizaron con constructores amigos de la familia gobernante. Al final del sexenio Marco Adame presumió ese proyecto, pero omitió decir que las plantas de tratamiento de agua no funcionaban, porque quedaron inconclusas y estaban desconectadas.

La construcción de plantas residuales fue uno de los grandes negocios del sexenio de Marco Adame Castillo, un negocio que quedó impune porque aunque el gobierno de Graco Ramírez lo señaló, nunca se interesó por actuar legalmente contra los responsables de dicho fraude; en lugar de hacerlo en el sexenio pasado se replicó la fórmula y además de plantas de tratamiento de agua, se construyeron plantas de valorización inservibles.

Esta semana la Comisión Estatal de Agua informó que reactivarán las 69 plantas de tratamiento de aguas residuales que se encuentran abandonadas en todo el estado, “Las plantas han sido abandonadas por años, han sido vandalizadas, se roban los transformadores y el equipo; ahora se requiere vigilancia y mantenimiento y un monto de siete millones de pesos para echar andar por lo menos 10 antes de que termine el año”.

Estas plantas no funcionan desde hace años, algunas porque los gobiernos municipales no tiene dinero para operarlas y otras porque al paso del tiempo fueron desmanteladas.

Este tipo de obras son importantes porque las necesidades hídricas de la entidad son enormes y en conjunto suman alrededor de 750 millones de pesos anuales; a la par está el hecho de que aunque se trata de un asunto de suma importancia, para la mayoría de las autoridades la inversión en este tema no es prioritario, porque la gente no percibe los beneficios.

En Morelos como en todo el país es urgente que se atienda el problema de la contaminación del agua, el daño que causa este mal es enorme, más grande que el que ocasiona la corrupción cometida por quienes han estado al frente de dichos proyectos.

En este caso en concreto, los ladrones quedaron impunes.

nota

El gobierno de Cuernavaca puso en marcha un programa emergente de bacheo para atender el grave deterioro de las calles y avenidas de la ciudad; con recursos extraordinarios el alcalde Villalobos ordenó meter acelerador en un tema que molesta a todos y desgasta gravemente la imagen de su gobierno.

En paralelo el gobierno municipal continuó el despido de personal del ayuntamiento, dentro de la reingeniería financiera anunciada hace algunas semanas; algunos de los trabajadores separados se manifestaron ayer y cuestionaron el actuar de su sindicato.

Los problemas en la capital no cesan y las cosas en lugar de mejorar se complican cada día; Antonio Villalobos tomó una decisión valiente al recortar la abultada nómina municipal, pero necesita de un trabajo extraordinario en cuestiones de imagen para que el recorte no dificulte más la agenda de su gobierno.

Todos aceptan que recortar la nómina era inevitable para evitar el colapso de la ciudad, pero también se entiende que al hacerlo el presidente se metió en camisa de once varas y complicó sus aspiraciones políticas personales.

post it

La inseguridad y la violencia siguen siendo temas sin resolver en la agenda estatal; los problemas están a la vista de todos.

Muchos critican los resultados del Mando Coordinado y el actuar de la CES; por su parte, dicen, el comisionado Guarneros está cansado, desmotivado y con ganas de irse porque “No tiene apoyo para realizar su trabajo”

¡Vaya escenario!

redes sociales

Cuentan los que saben que a pesar de que la SCJN echó abajo las reformas a la Ley Electoral, el PES aún se puede coaligar con otras fuerzas políticas en el 2021.

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