Fábula del edificio y los corruptos
Lo pone muy bien Sabina Berman: había un edificio con algunos corruptos adentro. Volaron el edificio y desaparecieron los corruptos, pero el edificio desapareció también.
Se refiere Sabina a lo sucedido con la desaparición de los fideicomisos decretada por la Cámara de Diputados.
El Presidente ha prometido revelar quiénes son los corruptos desaparecidos con el edificio. Al momento de escribir esto, no lo sabemos aún.
Sabemos, en cambio, por la calidad informativa de las quejas de los agraviados, que el edificio albergaba buena parte de los dineros indispensables para la academia, la cultura, el cine y la ciencia de nuestro país.
En el edificio estaban algunos de los recursos estratégicos de esas comunidades. Ahí se tenían radicados, por ejemplo, fondos que permitían planear las investigaciones de manera multianual y hasta ahorrarle dinero al gobierno, pues gracias a esos fideicomisos muchas instituciones podían conseguir fondos no gubernamentales de empresas y fundaciones.
Me refiero en particular a los fideicomisos mencionados, aunque el alegato podría extenderse a fideicomisos de obvia pertinencia como el del fondo de desastres naturales.
La realidad es experta en símbolos, no deja de ser elocuente el hecho de que el mismo día en que ponían fin al fondo para desastres naturales, estaba inundado medio Tabasco y el huracán Delta avanzaba sobre Quintana Roo y Yucatán.
Mi alegato se constriñe sin embargo a los fideicomisos de la ciencia, la cultura, el cine y la academia, porque me parece que no representan una cantidad de dinero que vaya a cambiar nada con su asignación dentro del presupuesto y en cambio van a afectar seriamente a quienes los han perdido.
Venimos a entender en el proceso de esta decisión que dichos fideicomisos eran muy rendidores y cuestión de vida o muerte para partes sustantivas de la inteligencia y la creatividad mexicanas, un sector donde el actual gobierno tiene muchos simpatizantes y promotores.
Creo que es un pleito que el gobierno debe ahorrarse: es por muy poco dinero y agravia a una comunidad clave a la hora de la legitimidad y de los votos.
Ningún gobierno puede pelearse con su inteligencia sin perder tarde o temprano el pleito por su lugar en la historia.