Las querellas de Morena
Le estará quedando claro a Morena que es más fácil criticar al INE y al Trife que prescindir de ellos. De no ser por la intervención de estas instancias, a las que los candidatos de Morena y el presidente López Obrador le muestran poco o ningún respeto, Morena estaría hoy en un pleito sin salida sobre cómo elegir a sus dirigentes.
Morena ha dado pruebas de que no puede hacer elecciones internas, pues carece de las reglas necesarias y del respeto a esas reglas.
Pienso que el único que podría establecer reglas y disciplinas exigibles electorales dentro del partido es el Presidente de la República, pues es el liderato que nadie cuestiona en el partido y al que nadie podría vencer en una puja interna.
Pero el Presidente no ha mostrado ningún interés en ordenar a su partido y lo ha dejado al aire de sus corrientes y pugnas internas, acaso para mostrar a sus seguidores que, en efecto, no pueden caminar solos sin él, y a sabiendas de que, en el último momento, su palabra será la decisiva.
La seguirá siendo, gane quien gane, porque la querella de Morena por su presidencia dejará a todos debilitados y a la dirigencia final con una larga tarea de cicatrización y con corrientes internas difíciles de contentar o disciplinar a la hora decisiva, que es la de la nominación de candidaturas para 2021.
No creo que el Presidente haya renunciado a ejercer el poder de gran elector que tiene sobre Morena, pero la verdad no alcanzo a entender su juego.
Entre las formas clásicas de mandar sobre otros, hay la técnica de mantenerlos divididos, de modo que subordinados y aliados necesiten siempre, en última instancia, el arbitrio del jefe o del líder, cuando ya no se pueden aplazar más las decisiones y alguien tiene que tomarlas.
Algo de eso sucede claramente entre los actuales candidatos a la presidencia del partido, que escenifican en público un pleito a muerte entre sí, pero muestran también un compromiso a muerte de que sus actos y sus planes solo pretenden servir, acompañar, defender los intereses y los deseos del Presidente.