Nos va a pegar la “segunda ola”
En este espacio le hemos advertido desde hace semanas que existía la probabilidad de un repunte de los contagios de Covid-19 en los últimos meses del año.
El argumento es muy simple. En países en donde incluso hubo más restricciones que en México, con el fin del confinamiento y la llegada del frío comenzó una nueva ola de contagios. Era previsible que una situación parecida se presentara en algún momento en México.
El viernes pasado, el propio doctor López-Gatell reconoció que hay entidades de la República en donde esto ya está ocurriendo. En la Ciudad de México, aunque nuevamente se decidió mantener el semáforo naranja, las autoridades lo pusieron con carácter de alerta y señalaron la posibilidad de dar marcha atrás y reinstalar algunas restricciones en ciertas áreas o sectores si la ocupación hospitalaria continúa creciendo.
Estamos muy lejos de observar aún en nuestro país una aceleración de los contagios como la producida en Europa o incluso en algunas ciudades de los Estados Unidos… pero para allá vamos.
El nivel de nuevas restricciones que ya se está aplicando en Europa va a obligar a una reconsideración de las previsiones económicas para el cierre de este año y para el 2021.
No está en el escenario aún la posibilidad de un confinamiento generalizado, pero ninguna autoridad sanitaria la excluye si las cosas se llegaran a complicar en extremo.
¿En qué medida estos hechos pueden afectar el ritmo de la recuperación económica en México?
De manera muy directa.
En Estados Unidos, ante la polarización política, no se ha logrado acordar un nuevo paquete de estímulos económicos. El ambiente de incertidumbre generado por el repunte de la pandemia y la situación política ya se refleja en el comportamiento de algunos indicadores. Quizás el más importante de ellos, por el impacto directo en nuestro país sea la producción industrial, la cual cayó en 0.6 por ciento en septiembre, luego de cuatro meses de alzas continuas.
En contra de todas las predicciones, las remesas han seguido subiendo. Pero si no se logra un próximo paquete de estímulos económicos en EU en el corto plazo, no sería difícil que también estos envíos de dinero de los mexicanos en el exterior se vieran impactados.
Un menor ritmo de la economía norteamericana va a afectar a México. Pero aun en el ambiente interno podríamos observar nuevamente una caída de la actividad económica debido a la cautela de los consumidores, a la incertidumbre de los inversionistas y a las restricciones del gasto público.
El efecto para el 2020 ya no cambiará mucho las cosas. Difícilmente la economía va a caer en un rango diferente del que va de 9 a 10 por ciento. Lo crítico es lo que pueda suceder en el 2021.
La estimación de la Secretaría de Hacienda, de un crecimiento de 4.6 por ciento del PIB para el próximo año, se puede ver cada vez más alejada de las posibilidades reales si de nueva cuenta el crecimiento de los contagios afecta de modo importante al gasto de los consumidores y a las inversiones.
Pero, además, podría meter en problemas a las finanzas públicas si no se alcanzan las metas de ingresos que se han fijado en la ley, la cual por cierto tiene que estar aprobada el día de mañana por los diputados y en 11 días más también por los senadores.
Apenas hace unas cuantas semanas, cuando se construyeron las previsiones económicas oficiales para el cierre de 2020 y el próximo año, las circunstancias vinculadas con el crecimiento de los contagios no eran tan graves como está sucediendo en este momento.
Así que más vale que los legisladores vean con cuidado lo que van a aprobar para que luego no haya sorpresas desagradables.