Cuernavaca, prioridad
La próxima elección capitalina puede traer muchas sorpresas; nada está definido aún.
Ganar la elección en la capital no es una opción para el gobierno de Cuauhtémoc Blanco, es una necesidad; recuperar el control del ayuntamiento de Cuernavaca es un objetivo prioritario para el Partido Encuentro Social/Solidario, casi tanto como obtener los votos suficientes para mantener el registro. El problema está a la vista: el PES necesita un buen candidato para competir y aún no lo tiene… aunque ya está en pláticas con uno.
Dos razones obligan al gobernador y a su partido a acelerar la marcha en la competencia por la capital: 1- Retomar el control de la ciudad para utilizarla como plataforma y proyección política rumbo al 2021 y 2- Frenar cualquier tipo de revisión, denuncia o investigación por acciones realizadas en la administración 2015-2018.
Los señalamientos que hace un par de días hizo el diputado José Casas respecto al gobierno de Cuernavaca en la administración anterior exponen un aspecto importante en la lucha electoral: la posibilidad de que existan acciones susceptibles de una actuación legal; los hechos estarían vigentes y sería posible proceder legalmente en contra los responsables.
Casas González se ha caracterizado en los últimos meses por apuntar sus baterías en contra de Cuauhtémoc Blanco y en contra algunos miembros de su gabinete; una y otra vez expone acciones presuntamente irregulares y señala hechos que, de confirmarse, tendrían consecuencias. El problema es que el legislador no ha sabido controlas sus impulsos, ni ha procedido de la mejor manera, es decir, se documenta bien, pero a la hora de exponer utiliza expresiones que deslegitiman su contenido.
Lo que no se puede pasar por alto es la posibilidad de que lo que se hizo en el pasado reciente en Cuernavaca pudiera ser peligroso para la investidura del gobernador, por las consecuencias resarcitorias que habría en ciertos temas; José Casas y Antonio Villalobos han coincidido en el mismo punto y ambos, por separado, han relacionado la crisis de la capital con acciones cometidas en el pasado. ¿Qué tanto habrá de cierto en las acusaciones?
En principio se puede pensar que ganar la elección en Cuernavaca es un objetivo meramente electoral del gobernador, un camino para controlar la vitrina social más llamativa del estado y apuntalar a su candidato en el 2024. Pero es posible que también se busque ese lugar para tener a alguien aliado que ayude a corregir ciertos errores cometidos o a borrar evidencias que pudieran implicar sanciones resarcitorias en contra del mandatario estatal.
Hay un punto es clave en esta historia: el Partido Encuentro Social por si solo no tiene posibilidad de ganar la próxima elección en Cuernavaca, ni siquiera tienen un candidato rentable que los meta a la pelea; su dirigente estatal y más visible prospecto parece haber decidido no competir.
El PES necesita la coalición con Morena para capitalizar la fuerza electoral de ese partido y requiere de una figura con rentabilidad propia que genere unidad cuando desde México obliguen al Movimiento de Regeneración Nacional a ir en alianza con ellos.
La tarea no es sencilla: primero necesitan concretar la coalición Juntos Haremos Historia y en ella Jorge Argüelles no encaja como candidato, porque no pasa en Morena y está abiertamente confrontado con el PT; después necesitan un aspirante que una a las tres expresiones políticas, que aproveche la ventaja electoral de Morena y acepte la condición de cuidar la espalda al gobernador y no utilizar la alcaldía como trampolín para la elección del 2024.
Superado esto al PES (ambos PES) les falta conseguir candidatos rentables en todas las demás posiciones para alcanzar los sufragios necesarios para conservar el registro. Esto ocurrirá con dos partidos hermanos compitiendo entre sí, Encuentro Social y Encuentro Solidario, ambos representados por figuras muy cercanas al gobernador, uno y otro cargando con la imagen de Cuauhtémoc Blanco y la imagen de su gobierno.
Según lo expuesto por la dirigencia nacional del nuevo PES, la actuación de los dos PES será en pistas distintas, es decir, Encuentro Social Morelos liderado por Argüelles Victorero postulará solo a candidatos a cargos locales en tanto que Encuentro Solidario, en el estado presidido por Ulises Blanco Molina, se encargará de impulsar a los cinco candidatos a las diputaciones federales. No chocan, según ellos, pero evidentemente se harán sombra. Pero regresemos a la capital:
Ganar la próxima elección en Cuernavaca se ha convertido en la mayor prioridad del PES y del gobierno estatal, ambos necesitan ese espacio no solo por lo que representa en la sucesión, sino porque ahí comienzan a surgir señales de alerta sobre hechos que en el futuro cercano podrían dar pie a acciones legales en contra del jefe del ejecutivo.
Las denuncias existen y las supuestas faltas siguen legalmente vigentes, pero nada ha sucedido porque las pruebas están en manos de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización y dicha dependencia depende del congreso estatal, hoy controlado por el PES y el gobierno de Blanco. El problema es que en unos meses esa situación cambiará, porque la legislatura 55 tendrá una conformación distinta, mayoritariamente opositora y en ese escenario es predecible que, de existir, los temas en cuestión verán la luz pública en el discurso de los enemigos del gobernador y en forma de acciones legales desde el parlamento contra Cuauhtémoc Blanco.
Es notoria la desesperación en los estrategas electorales del PES porque no tienen candidatos suficientes para competir, ni perfiles electoralmente rentables que les ayuden a mantener el registro; Argüelles Victorero perdió mucho tiempo en otras cosas y ahora necesita de toda la ayuda posible para armar un rompecabezas electoral que le permita alcanzar las metas necesarias para subsistir.
Un error clave en la estrategia del diputado es que no ha querido relacionarse con la sociedad local, apostó todo a su buena relación con el gobernador, pero descuidó el trabajo político de campo. Peor: Argüelles está abiertamente enemistado con Morena, con los demás partidos, con casi todos los actores políticos locales, con los medios de comunicación y con la sociedad. Jorge Argüelles se convirtió en una mala réplica de Rodrigo Gayosso, repitió sus formas, sus andares y hasta sus errores; seguramente obtendrá los mismos resultados.
Si el PES y el gobernador quieren mantenerse vivos en la carrera por la alcaldía, es urgente que den un golpe de timón, que replanteen su estrategia y definan lo antes posible a sus candidatos, principalmente en Cuernavaca; este último debe ser alguien que una a los tres partidos, que aporte rentabilidad a la coalición y rompa la imagen de derrota que ya se ha formado en torno a dicho proyecto.
Lo fácil sería que Jorge Argüelles Victorero fuera el candidato, pero las consecuencias de ello las sabemos todos. El reto del PES, del gobernador y de los aliados del régimen es encontrar a una figura que se anime a dar la cara por ellos, que acepte sus condiciones, que entienda lo que significa abanderar esa causa y por supuesto, que esté dispuesto a cederles el control de la capital y no aspirar a la gubernatura en el 2024.
Todo lo anterior sin descontar que debe ser un candidato socialmente atractivo y electoralmente rentable.
No es fácil encontrar a alguien así, pero dicen que ya andan en pláticas con uno.
posdata
En unas semanas más los partidos comenzarán a mostrar las cartas con las que competirán en el 2021, algunos pretenden definir a sus candidatos lo más pronto posible para aprovechar el tiempo porque debido a la pandemia las campañas se tendrán que hacer de forma diferente, con menos contacto físico. La proyección es que existirán al menos dos coaliciones: la de Morena-PES-PT y la de los opositores al gobernador Cuauhtémoc Blanco. El PAN insiste en ir solo y sin el mejor de sus candidatos; eso los puede dejar fuera de la competencia y sentenciar el futuro de los hermanos Terrazas.
El PRI pretende encabezar un bloque opositor, para eso dialoga con otras fuerzas políticas y con distintos personajes para formar un bloque amplio que le compita al partido oficial; en el Revolucionario Institucional la candidata natural es Maricela Velázquez, pero todos saben que con ella es imposible ganar; el tricolor busca una propuesta disruptiva, alguien que no milite en el PRI, que sea diferente y genere una expectativa de triunfo.
Jonathan Márquez se reúne todos los días con distintas personas, trata de armar una propuesta competitiva y pone especial atención en Cuernavaca; para la capital planea algo opuesto a lo visto en el pasado reciente, candidatos no priístas que ayuden al PRI a regresar a la senda del triunfo en uno de los peores momentos de su historia. Hacerlo no es sencillo, por eso la apuesta es alta: ofrecer todo sin pedir nada a cambio, es decir, el PRI solo sería el conducto para que algunos ciudadanos accedan al poder.
El PAN ha estirado la cuerda al máximo y parece que la ha roto; todos saben que los hermanos Terrazas no dejarán pasar a Javier Bolaños pese a que es el candidato mejor posicionado de todos los partidos; hemos escuchado de boca de su presidente estatal que Acción Nacional no hará alianza con nadie, porque cree que tienen la fuerza suficiente para ganar solos. Los Terrazas aprovechan que Marko Cortés es el peor presidente nacional que ha tenido el PAN en toda su historia, incapaz de poner orden en sus filas a pesar de que su pasividad implique derrotas electorales.
Luego están los demás partidos, los pequeños, los nuevos y los candidatos independientes, todos tratando de conseguir al menos una regiduría y casi todos bajo un mismo discurso: atacar al gobierno.
En Cuernavaca las encuestas favorecen a Morena, pero no le garantizan el triunfo si no tienen un buen candidato. Hablando de personas, el mejor posicionado es Javier Bolaños, aunque parece que al panista no lo dejarán competir por su partido.
Quedan pocas semanas para que se aclaren las cosas; recordemos que los primeros días de enero comienzan las precampañas y que algunos partidos quieren tener definidos sus espacios desde el mes de diciembre.
En este momento todas las combinaciones son posibles.
nota
El exgobernador Graco Ramírez está de regreso, se frota las manos y viene por la revancha. En los últimos meses se ha dedicado a recopilar información sobre lo que ocurre en el gobierno estatal y ha retomado algunos espacios de diálogo en el plano local y nacional.
Dicen que lo que no mata fortalece y eso está sucediendo con el tabasqueño: la falta de contundencia en la actuación del gobierno de Cuauhtémoc Blanco lo blindó, le dio bríos y lo ha metido a una dinámica distinta, con una estrategia diferente: se acabó el miedo y ahora viene el ataque.
La comida en su casa fue casual, de reencuentro con sus excolaboradores y sin un tema en concreto; fueron alrededor de 64 asistentes y se acordó repetir la reunión cada año en las mismas fechas. En público no se dijo nada, se bromeó con el menú del día (la ensalada de impunidad), se recordaron algunos pasajes del sexenio y se mencionó del distanciamiento familiar con el hijastro incómodo. En corto el diálogo fue otro, ahí sí se abordaron temas políticos y habló de lo que viene, de las acciones a seguir.
Acudieron entre otros, Matías Quiroz y su esposa, Jorge Messeguer, Jaime Álvarez, Jorge López Flores, Francisco Santillán y Yaneli Fontes, esta última ex directora de la UPAC (ahora DGPAC), ex titular del IEBEM y gente cercana al exgobernador; la dama, cuentan, es buena conversadora y está muy bien enterada de las situaciones que se viven actualmente en el gobierno y en la familia de Cuauhtémoc Blanco.
Graco Ramírez está juntando varas para echar cuetes, reúne elementos que servirán para cumplir su propósito y que apuntalarán los ataques contra Cuauhtémoc Blanco. La información que obtiene el perredista es nueva, vigente, documentada y tiene que ver con actos que se realizan en la administración estatal, principalmente en la Dirección General de Procesos para la Adjudicación de Contratos a cargo de Efrén Hernández Mondragón y en la Secretaría de Salud, en donde ya ubicaron a Christian Carmona y a Daniel Juárez.
Los graquistas están de regreso.
post it
“Ante la difícil situación que sigue viviendo hoy nuestro estado de Morelos y sumándole lo complicado de la pandemia del covid-19 que vivimos no podemos permanecer callados ni indolentes ante lo que acontece día con día” dice la Diócesis de Cuernavaca al anunciar la sexta marcha por la paz en Morelos, este año de forma virtual por la pandemia.
“Morelos es un estado herido por la violencia la corrupción y la pandemia del covid-19” afirma el Obispo Ramón Castro Castro.
El activismo social de la iglesia católica parece estar reviviendo. Es importante que el gobierno estatal no pierda los canales de comunicación con ese importante sector de la sociedad.
redes sociales
Preciso un dato sobre la investigación que se lleva a cabo en la Secretaría de Salud de Morelos; la ex subdirectora de recursos materiales, Beatriz Díaz Rogel, no se encuentra prófuga de la justicia, ni forma parte de la trama; quien se encuentra evadido de la ley es solo el ex director de administración Mario Alberto Oliva Ruíz. Ofrezco a la dama una disculpa por mi imprecisión.
El tema inició en el sexenio de Marco Adame y continúa hasta ahora. Cuentan los que saben que habrá muchas sorpresas.
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