EN EL CASO de Javier Duarte, Roberto Borge y César Duarte, la pregunta no es si van a caer, sino cuándo.
LA TERCIA de defenestrados gobernadores ha escogido la peor ruta para concluir sus sexenios: regodearse en el desprestigio, boicotear a sus sucesores y perder el cobijo del gobierno federal.
EN Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua, el proceso de transición se ha convertido en proceso de confrontación con tres gobernadores empeñados en no dejar piedra sobre piedra de sus administraciones, y tres gobernadores electos ansiosos por cobrarles todas las que les hicieron.
A BORGE le quedan 70 días en el cargo y 70 a Duarte el chihuahuense, por lo que cualquier acción tendiente a apartarlos del poder tendría que hacerse en fast track. En cambio al Duarte veracruzano le quedan largos 137 días, tiempo más que suficiente para intentar cometer una locura.
NO SE lo digan a nadie pero en las oficinas del gobierno capitalino siguen sin entender por qué Pablo Gómez decidió convertir la sesión del Consejo Nacional del PRD en un rosario de quejas contra Miguel Ángel Mancera.
LA SORPRESA obedece a que el perredista jamás dijo nada durante los dos años que trabajó como asesor del propio Mancera, tiempo durante el cual, por supuesto, al cobrar no se quejaba.
¡AH, CARAY! En la SEP ya encontraron el modo de dialogar, acordar y concretar "modelos" con el magisterio, pues está convocando a la presentación del "Modelo Educativo y Propuesta Curricular de Educación Obligatoria".
SEGÚN la invitación, la ceremonia se llevará a cabo el miércoles 20 de julio y, pues, no deja de asombrar que más pronto que rapidito el subsecretario Javier Treviño haya sacado la chamba en estos días tan convulsos.
CON LA NOVEDAD de que la embajadora Martha Bárcena tuvo que descansar haciendo adobes diplomáticos.
LA REPRESENTANTE de México ante Turquía, tal y como se había dicho, emprendió sus vacaciones justo antes de la intentona golpista en contra del presidente Erdogan.
DE AHÍ QUE, en cuanto aterrizó en la Ciudad de México, en lugar de irse de paseo, tomó ahí mismo el Metrobús y se fue de volada a la Cancillería.
QUIENES la vieron cuentan que estuvo hasta la madrugada del sábado frente al teléfono y la computadora, coordinando desde aquí el trabajo en Ankara y triangulando llamadas para poner en contacto a los mexicanos radicados en Turquía con sus familiares. 'Ora sí que fueron unas vacaciones muy... ¡golpeadas!