Otro endeudamiento
Eolo Pacheco |
2016-07-18
El gobierno de Morelos contratará un nuevo crédito, al hacerlo la deuda estatal superará los diez mil millones de pesos, algo nunca antes visto en la historia de esta tierra. Todos los diputados estuvieron de acuerdo en esto, todos. ¿Cuáles son las razones para aprobarle todo a Graco?
El congreso de Morelos autorizó la contratación de un nuevo crédito al gobernador Graco Ramírez; ahora serán poco más de 2 mil millones de pesos que se destinarán, la mayor parte, a pagar intereses de la deuda anterior y al desarrollo de infraestructura carretera y de transporte (el Morebús). Los pasivos que recibió la administración perredista al iniciar su gestión en el 2012 eran de poco más de mil 400 millones de pesos; con este nuevo empréstito los pasivos del estado superarán los 10 mil millones de pesos.
No conozco los razonamientos de los diputados para aprobar este nuevo crédito; de hecho pocos podrían saber las motivos, porque la sesión en la que todos (todos) los legisladores dieron luz verde a esta nueva petición fue privada, sin acceso a prensa y aún no hay una postura institucional.
La única voz oficial que ha confirmado esta nueva deuda es el propio gobernador, quien con enjundia celebra la decisión de los diputados y la elogia al tiempo de festinar que también le concedieron la autorización para transformar el Fondo Morelos en una banca estatal. Todo eso ocurrió aquella noche en donde nadie, salvo los diputados, tuvo acceso a las instalaciones legislativas de Cataluña, habilitadas nuevamente como sede legislativa alterna.
No alcanzo a entender la lógica de los legisladores al actuar como lo hacen. Puedo comprender que los perredistas y sus aliados apuesten su resto por la causa graquista, que pierdan el pudor y decidan ir por todo en el último tercio del sexenio, a unos meses (dicen) de que Graco Ramírez abandone el cargo y emprenda una nueva andanza política, ahora en busca de la candidatura presidencial. ¿Pero y los panistas? ¿Los priístas? ¿Los verdes? ¿Los aliancistas?
Esta ocasión no existió presión de las dirigencias nacionales, como ocurrió la vez que tuvieron que votar en contra del juicio político; tampoco hubo llamados del gobierno federal como cuando (dijeron) invalidaron las observaciones que hicieron al uso del crédito pasado por parte de la Auditoría Superior de Fiscalización (ahora denominada ESAF). No. Esta vez la decisión fue totalmente local y exclusiva de los diputados; todos estuvieron de acuerdo en la contratación de un nuevo crédito, la creación de un banco estatal y la modificación al funcionamiento del Instituto de crédito de los trabajadores de Morelos.
Tratando de ser prudente, sin ánimo de prejuzgar a los legisladores o poner en duda la honorabilidad de sus argumentos, lo único que puedo decir es que no entiendo el porqué de sus decisiones. No las entiendo, insisto, porque hasta ahora ninguno de ellos ha dado la cara, ha explicado las razones de su voto, ni tampoco la cámara de diputados ha informado lo que se hizo y porqué se hizo. Mucho es interpretación, porque aún no hay información oficial de lo acontecido.
No tengo memoria de un momento como el actual en el parlamento morelense. No me alcanza la mente para ubicar un punto así en la historia legislativa de Morelos. Reitero: no hablo de las razones del voto (de esas cada quien puede sacar sus propias conclusiones) sino de la forma como operativamente está actuando el congreso: sesiones privadas en medio de la noche, sin acceso a medios, en sede alterna, resguardados por policías y sin emitir una comunicación oficial de lo que sesiona y resuelve en la representación del pueblo.
Quizá estos comentarios incomoden a los diputados. Muy probablemente monten en cólera y se ofendan porque un ciudadano cualquiera como yo tenga dudas respecto a su actuar y quiera conocer lo que están haciendo con el estado. Somos muchos los que observamos en este proceder algo que no está bien, que necesita ser revisado y que complica el de por si enrarecido ambiente de Morelos. Si algún comentario les ofende o incomoda les expreso mi disculpa pública, pero insisto: los diputados son nuestros representantes y están obligados a rendirnos cuentas.
Recordemos algo: esta legislatura es la primera que podrá buscar la reelección y sus integrantes son beneficiarios del ajuste constitucional que les permite ir de nueva cuenta por el voto popular para el mismo cargo. Esa circunstancia me hizo pensar que veríamos un congreso distinto, con integrantes más preocupado por su futuro, de la opinión de los ciudadanos y comprometidos con el futuro de su estado. ¿Qué paso? ¿En qué me equivoque?
Quizá hay razones técnicas y argumentos válidos para entender lo que hicieron los legisladores, no lo se. Probablemente cualquiera de los 30 integrantes de la cámara es capaz de convencernos que sus decisiones son razonadas, tienen fundamentos y representan lo mejor para todos, puede ser. El problema es que no lo sabemos… y no lo sabemos porque la última sesión fue en secreto, como si se tratara de un aquelarre que no debe ser visto ni conocido por nadie. ¿Por qué?
En el futuro cercano los diputados tendrán que rendir cuentas de sus actos a los ciudadanos y hablar de las decisiones que tomaron. Pronto, cuando varios de ellos busquen de nueva cuenta el voto popular, tendrán que ver a la cara a sus representados y explicar los motivos por los que una y otra vez apoyaron a Graco Ramírez y le permitieron endeudar a Morelos por al menos tres décadas.
Hay varios diputados a los que conozco en lo personal, a quienes respeto y a quienes tengo un aprecio personal. A todos, a los que nunca he visto (pero se que existen) y con los que cotidianamente convivo expreso mi respeto, mi cariño, pero manifiesto públicamente mi desacuerdo por su actuar, por la opacidad de sus actos y porque no son capaces de dar la cara a su gente y explicar lo que están haciendo.
Seguramente cada uno de ellos tiene sus razones, espero que así sea. Como muchos ciudadanos ya no espero nada de esta legislatura; entiendo el rol político que están jugando y los compromisos que han adquirido. Cuando estén en su casa frente a su familia y vean a la cara a sus hijos, a sus padres o a sus hermanos, ojalá estén convencidos de que lo que hicieron fue por el bien de ellos, por el bien de todos.
- posdata
Los perredistas han decidido apostar todo por Graco. Desde hace tiempo ese partido quedó sometido completamente a la voluntad del gobernador a través de su hijo y ello parece haber sido aceptado por la militancia.
Probablemente dentro de las filas del Sol Azteca hay un convencimiento pleno de que lo que hace el tabasqueño al frente del estado es bueno o simplemente han decidido dejar de lado la rebeldía característica de los hombres y las mujeres de la izquierda mexicana.
Hablar del PRD en Morelos es hablar de Graco Ramírez, de Elena, de Rodrigo, de José Domingo, de Messeguer, de Capella, de Hortencia, de Lucía, de MMG… y de la nueva visión.
La apuesta electoral del PRD en el 2018 está puesta totalmente en manos de Graco Ramírez; su hijo presume números, afirma que el triunfo del 2015 demostró que van por buen camino y anticipa que en el 2018 las cosas irán mejor.
La demostración del éxito perredista y del convencimiento de su trabajo es claro: regidores del PSD en Cuernavaca se han pasado a las filas del PRD, lo mismo que un diputado de Nueva Alianza. Ángel García Yáñez, el único legislador federal aliancista que llega por la vía uninominal está a un paso de irse al PRD y Amado Orihuela, el ex candidato del PRI al gobierno de Morelos ya es parte del equipo estratégico de Rodrigo Gayosso.
Ahí está la prueba de que vamos por buen camino, insiste el hijastro pródigo. En el congreso ya no hay oposición y ahora hasta los panistas apoyan nuestras iniciativas y votan a favor de Graco, presume orgulloso.
Queda claro el enorme poder de convencimiento del joven dirigente. Es claro que estas adhesiones son resultado de su capacidad de operación política, de su habilidad para argumentar, de su inteligencia innata y de los enormes logros obtenidos por su padrastro. En ningún caso hablamos de negociaciones económicas ni mucho menos de compromisos monetarios, eso no cabe en la mente del calvo personaje.
En el 2018 los argumentos electorales que tendrán los perredistas para convencer a la ciudadanía serán los logros de Graco Ramírez, lo hechos por él, por su gobierno y por su gente en materia de seguridad, la paz social, el desarrollo económico, el combate a la corrupción y a la impunidad, la educación, la salud, el campo y apoyo a sectores como los médicos, los maestros, los campesinos y los trabajadores del estado.
Frente a ellos la oferta será diametralmente opuesta y se podría simplificar en una sola frase: cárcel a Graco.
Veremos qué convence más al electorado.
- nota
De nueva cuenta surgen agresiones contra Hugo Salgado, muchas de ellas desde el anonimato y todas sin fundamento.
Son expresiones de odio que reflejan la frustración de quienes ven en el maestro un referente social y moral que nunca podrán tener.
Uno de quienes está detrás de estos ataques es el diputado Javier Estrada, miembro de una familia prominente del estado, en otro tiempo confundido, pero hoy profundamente ofuscado. Javier es un joven que se ha obsesionado con Hugo, expresa de manera violenta sus emociones y ha sido incapaz de comprender que los problemas familiares que enfrenta no pueden ser dirimidos legalmente en la cancha del notario.
Javier es un personaje al que todos conocemos. A diferencia del notario a quien muchos guardamos un profundo aprecio y respeto, al diputado se conoce por su personalidad violenta y su humor cambiante. En esta batalla el perdedor va a ser Javier: no hay argumentos legales ni ambiente social para que sus agresiones prosperen; por el contrario, esta línea van a complicarle la existencia y sus intereses personales.
La prudencia debe caber en el diputado. El apellido de su familia, su historia en esta ciudad, su carrera política y el legado que habrá de dejar a sus hijos es mucho más importante que un exabrupto momentáneo. Dialogando y conciliando puede obtener mucho más que agrediendo.
Hugo Salgado es un hombre de bien, una gente querida y respetada en nuestro estado, con familia que estaremos siempre a su lado y amigos que nunca le dejaran solo.
Mi respeto a Javier. Mi cariño a Hugo.
- post it
La ley que rige al Instituto de Crédito de los trabajadores de Morelos ha cambiado, fue modificada por los legisladores locales. Los ajustes hechos a la normatividad de esa importante institución que atiende los requerimientos crediticios de los empleados de los tres poderes no son claros, porque tampoco se sabe qué fue lo que hicieron los diputados.
Se conoce es el malestar de los trabajadores, su enojo por la forma como procedieron los diputados y los ajustes que, dicen ellos, afectan sus derechos y vulneran sus prestaciones. Ahora, cuentan, el instituto operará como un organismo bancario y los intereses que cobrará serán mayores; ya no habrá créditos blandos.
En alguna declaración al respecto algún diputado señala que se trata de hacer eficiente al instituto, de reducir la cartera vencida y volverlo más rentable. Eso suena bien, parece correcto y no es nada malo, salvo que un organismo como este no tiene los mismos fines que un banco ¿Por qué no explican lo que hicieron?
Recordemos que el Instituto de Crédito era, al menos hasta el sexenio pasado, una de las instituciones más fuertes y eficientes del gobierno estatal, operaba en números negros, tenía una cartera vencida muy baja y sus finanzas estaban sanas derivado de la buena administración que tenía. ¿Ya no es así?
Esta modificación a la ley del Instituto de Crédito ha causado malestar a los trabajadores, podría generar reclamos públicos y probablemente movilizaciones. Si se aumentan las tasas de interés los trabajadores no van a estar de acuerdo.
Pero a pesar de que se organicen manifestaciones no pasará nada. Estamos en un momento muy triste de la historia morelense en el que todo pasa y no pasa nada. Nunca antes padecimos tanta violencia e inseguridad, nunca vimos tanta corrupción e impunidad, nunca tuvimos un estado de derecho tan vulnerado y no hay antecedente de tanta arbitrariedad institucional.
Y nada pasa.
- redes sociales
Se acabó la oposición en el congreso. Esta vez hasta el PAN votó a favor de un nuevo endeudamiento para Morelos.
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