¿Cuánto tolerarán a Trump los republicanos?
Un miércoles de agosto de 1974, un par de días después de que se conociera una de las evidencias más dañinas en contra de Richard Nixon y su papel en el escándalo de watergate, una delegación de legisladores republicanos encabezados por Barry Goldwater de Arizona, quien había sido candidato a la presidencia unos años antes, entró a la Casa Blanca a una reunión en la Oficina Oval con Richard Nixon.
El tono de la reunión se había negociado antes con el jefe de la oficina de la presidencia para no humillar a Nixon, pero el mensaje sería claro.
Goldwater le dijo al presidente que en el Senado le quedaba muy poco apoyo, tal vez 15 senadores, pero que los demás votarían en su contra en el proceso de juicio, y por lo tanto remoción de la presidencia, al que estaba sometido.
Nixon terminó la reunión diciendo que tenía una decisión muy importante que tomar, según contaron Bob Woodward y Carl Bernstein. Después de eso se reunió con su familia, sus hijas le pidieron que siguiera luchando. Horas después, renunció a la presidencia de EU y salió de la Casa Blanca.
En septiembre de 1974, Gerald Ford le concedió a Nixon un perdón sin condiciones por cualquier crimen cometido mientras fue presidente.
Dos años de escándalo, inestabilidad política, abusos de poder —incluyendo la renuncia de todo el liderazgo del Departamento de Justicia en 1973 después de recibir la orden de correr al fiscal que investigaba Watergate— se terminaron aquel día.
Son, por supuesto, otras circunstancias y personajes los de hoy en Washington, donde un presidente no quiere irse; y no solo eso, sino que toma decisiones como las que ha tomado Trump en la Defensa o respecto a preparar un presupuesto para los próximos años o insistir en que le robaron la elección y la ganará en la Suprema Corte, que tienen nerviosos, porque llevamos cuatro años viéndolo y escuchándolo, a EU y al mundo.
Los republicanos hasta hoy han insistido en la cantaleta de contar los votos “legales”. Pero Trump ya avanzó a estar seguro de que le robaron la elección.
Recordé aquel momento de la democracia mexicana, porque pienso que hoy en día solo los republicanos pueden convencer en las próximas semanas a su presidente que no haga volar por los aires las instituciones estadunidenses.
@puigcarlos