México visto desde la izquierda democrática
El libro Balance temprano, la colección de ensayos coordinada por Ricardo Becerra y José Woldenberg, publicada por el Instituto de Estudios de la Transición Democrática y la editorial Grano de sal, tiene un subtítulo significativo: “Desde la izquierda democrática”.
Quieren decir los autores que su mirada no es neutral ideológicamente, sino una lectura desde la izquierda de un gobierno que se dice de izquierda, el gobierno de México.
Una riqueza adicional del libro es que pone este punto analítico de referencia: se trata de un balance del actual gobierno no solo como un buen o mal gobierno, sino como un gobierno que cumple o no con las políticas de la izquierda democrática.
El veredicto es muy claro: la mayor parte de las políticas sustantivas del actual gobierno no siguen las agendas de la izquierda democrática, en buen español: la de los gobiernos socialdemócratas europeos.
Muchas políticas del actual gobierno mexicano, sorpresivamente, despliegan agendas y tabúes propios de gobiernos llamados neoliberales.
No corresponde a la agenda de un gobierno de izquierda democrática la política mexicana de austeridad a rajatabla ni la negativa a rajatabla de siquiera hablar de impuestos.
Difícil encuadrar en los valores de la izquierda democrática el proceso de centralización política en el Poder Ejecutivo, el avasallamiento de los otros poderes, la destrucción de capacidades estatales en materia de salud y educación, o el litigio con la prensa crítica y con las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a investigar la corrupción, de las que este gobierno fue tan visible beneficiario en su camino al poder. Impensable, de otro lado, un gobierno de izquierda democrática sin una agenda frente al cambio climático, ausente en el actual gobierno, una de cuyas políticas centrales es, al revés, la inversión en combustibles fósiles y energías sucias.
Impensable también en un gobierno de izquierda democrática la ausencia de una política comprometida con la equidad de género, como la que ostensiblemente falta en el gobierno de México.
Impensable, finalmente, en un gobierno de izquierda democrática la deriva actual del gobierno de México hacia la militarización del país en todos los órdenes.
México tiene cualquier cosa menos un gobierno democrático de izquierda en el poder.