Choque frontal Robles-Videgaray
Nos hacen ver que, hace apenas un par de años, al inicio de la 4T, había dos políticos que —aun sin fuero— parecían estar en la primera línea de defensa de lo que entonces se consideraba el legado del sexenio que concluía: Rosario Robles y Luis Videgaray. La decisión de la primera de convertirse en testigo colaborador para la indagatoria de la Estafa Maestra, mediada por declaraciones de sus abogados que apuntan hacia Videgaray, pero igual embarran a José Antonio Meade y al PRI, desató una suerte de fuego cruzado entre viejos aliados. Un “sinsentido descarado, pretender involucrarme”, respondió desde EU el extitular de Hacienda, quien calificó como una “moda” el que lo culpen a él para que se salven otros. Un choque en el que la propia Robles metió freno, pero parece que sólo para aclarar que no tiene nada que imputar al expresidente Enrique Peña, ni al senador Miguel Osorio. Que conste: sólo a ellos.
• La tremenda duda
Tremendas dudas las que surgieron ayer luego de que en las benditas redes se conociera información importante, que después se bajó, sobre el parlamento abierto que realiza el Senado de la República de la Reforma Judicial. En particular el señalamiento del senador Germán Martínez quien mostró su extrañeza al señalar: “No omito decir que trabajan algunos en la oficina de la presidencia de la Corte. (Éste) Es un parlamento abierto en el que yo espero que se mantenga el nivel académico que estamos teniendo. No es un intercambio de la oficina del presidente de la Corte con los senadores, es un parlamento abierto”. Este comentario se registró en un tuit que duró unas horas y después misteriosamente lo bajaron, aunque en las benditas redes sociales de todo queda registro. Así que la primera duda sería, ¿por qué habrán bajado esa información de Twitter? Y luego: ¿no de lo que se trata es de hacer una reforma con apertura, diálogo, transparencia y pluralidad?, ¿dónde quedaron los colegios de abogados?, ¿por qué sólo se vio a una escuela de Derecho? Uf, varias dudas en el aire.
• El primer apoyo
Nos hacen ver que el Salario Rosa, programa que ha impulsado Alfredo del Mazo en el Estado de México se ha distinguido por tener distintos aspectos positivos, como, por ejemplo, que en medio de la pandemia no se ha detenido su distribución. El apoyo es dirigido a las mujeres y, además, llega a personas que jamás han sido beneficiadas por programa social alguno. El gobernador mexiquense ha destacado que para muchas mujeres, de las más de 341 mil que han sido beneficiadas en el estado, el Salario Rosa es el primer respaldo que reciben. La situación provocada por la pandemia ha impactado en la economía familiar, y el programa impulsado en la entidad representa una garantía de ingreso y con ello la posibilidad de contener los efectos económicos.
• Vacunas, optimismos y lo que viene
Así que en la escala de optimismo respecto a la posibilidad de contar pronto con una vacuna en México siguen siendo notorias las diferencias entre dos Secretarías: la de Relaciones Exteriores, a cargo de Marcelo Ebrard, y la de Salud, en donde en temas de la pandemia el que manda es el subsecretario Hugo López-Gatell. Ayer, por ejemplo, el canciller abrió la posibilidad de empezar a poner la vacuna de Pfizer aquí: “es inminente, si todo esto sale como lo hemos dicho y la Cofepris considera que se pueda aprobar la vacuna, México estará en diciembre iniciando su proceso de vacunación”. Ah, pero horas más tarde, el subsecretario López-Gatell puso frío a las expectativas: “no cantemos victoria anticipadamente, tampoco seamos pesimistas. Creo que hay que tener una postura mesurada, amparada en el conocimiento técnico específico de las cosas”. Con visiones tan disímbolas y sin pecar de optimistas mejor hay que apostar por quien traiga el mejor récord de resultados en sus encargos.
• El desmayo episcopal
Vaya susto el que dio el obispo de Colima, Marcelino Hernández Rodríguez, ayer, cuando de un momento a otro, nos dicen, se desvaneció al salir del famoso templo El Baeterio, de la capital colimense. El desmayo del prelado se dio el mismo día en el que la secretaria de Salud estatal, Leticia Guadalupe Delgado Carrillo pidió cautela a la población, al señalar que pasar de naranja a amarillo en el semáforo epidemiológico de Covid-19 —como fue el caso de ese estado— no significa regresar a una vida normal. Quién sabe si el obispo habrá seguido estas instrucciones, pues aunque nadie ha confirmado el motivo de su malestar, fue una de las figuras que brilló por alentar a los feligreses a volver a la iglesia, incluso a oficiar bautizos, bodas, primeras comuniones… aun cuando Colima se encontraba en semáforo rojo. Quizá ese suceso —que por cierto llevó al clérigo al hospital— sea una señal de que aún no es tiempo de bajar la guardia, nos comentan.
• Progreso e inversión en Yucatán
Mientras la pandemia mantiene muchos proyectos en la congeladora y a funcionarios contra las cuerdas, es bueno saber que tanto empresas, proyectos y funcionarios no se amedrentan ante la adversidad provocada por el virus. Un ejemplo de lo anterior es la carta de intención entre el gobierno de Yucatán, a cargo de Mauricio Vila Dosal, y la empresa italiana Fincantieri para la construcción de un astillero en el puerto de Progreso para otorgar mantenimiento de cruceros y navíos de gran calado. La inversión proyectada es por 150 millones de dólares. Los directivos Giorgio Rizzo di Grado e di Premuda y Fabio Gallia reconocieron la disposición de Vila Dosal, quien destacó la coordinación con la autoridad federal para concretar el proyecto en un estado que tiene un valor agregado: paz y tranquilidad. Buena noticia.