Al promulgar las leyes que dan origen al Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), el presidente Enrique Peña Nieto pidió perdón por segunda vez por la indignación e irritación que causó el caso de la casa blanca; aceptó que cometió un error y que sintió en carne propia la irritación de la población.
“Si queremos recuperar la confianza ciudadana, todos tenemos que ser autocríticos; tenemos que vernos en el espejo, empezando por el propio Presidente de la República. En noviembre de 2014, la información difundida sobre la llamada casa blanca causó gran indignación.
“Este asunto me reafirmó que los servidores públicos, además de ser responsables de actuar conforme a derecho y con total integridad, también somos responsables de la percepción que generamos con lo que hacemos y en esto, reconozco que cometí un error”, dijo el Presidente.
Aseguró que a pesar de que siempre se condujo conforme a la ley, ese error afectó a su familia, lastimó la investidura presidencial y dañó la confianza en el gobierno.
“En carne propia sentí la irritación de los mexicanos. La entiendo perfectamente; por eso, con toda humildad, les pido perdón”, dijo, aunque ya había ofrecido disculpas en agosto de 2015.
“Les reitero mi sincera y profunda disculpa por el agravio y la indignación que les causé. Cada día, a partir de ello, estoy más convencido y decidido a combatir la corrupción. De ahí la importancia del Sistema Nacional Anticorrupción con el que estoy comprometido y que habré de impulsar con toda determinación”, dijo.
En el Patio de Honor de Palacio Nacional, enfatizó ante integrantes del gabinete, gobernadores y representantes de la sociedad, que la corrupción es un reto de gran magnitud que requiere acciones de la sociedad y de las instituciones. No obstante, se dijo convencido de que este flagelo tiene solución.
Aceptó que los mexicanos se sienten lastimados y dolidos por la corrupción. Refirió que todos los días, “en buena medida gracias a las nuevas tecnologías de la información y a la libertad de expresión”, la sociedad se entera de actos de corrupción de servidores públicos y de particulares.
Recordó que es por eso que la ciudadanía tomó la iniciativa de combatir con decisión “este cáncer social”. Añadió que a esta exigencia el Estado ha dado respuesta con la creación de dos nuevos pilares institucionales: el Sistema Nacional de Transparencia y el Sistema Nacional Anticorrupción.
Sostuvo que con el SNA se trabajará para erradicar los abusos de quienes no cumplen con la ley y dañan la reputación de millones de servidores públicos que se desempeñan de forma íntegra y honesta; dijo que este es el inicio de una nueva etapa de la democracia y del Estado de derecho en México.
El presidente Peña Nieto puso énfasis en que el SNA es fruto de la activa participación de la sociedad, académicos y expertos, en favor de la honestidad, la integridad y la rendición de cuentas, e hizo un reconocimiento al Congreso por su aprobación.
“El sistema que estamos construyendo es único. Nació de los ciudadanos, será presidido por los ciudadanos y servirá a los ciudadanos”, dijo.
Anunció que en el próximo periodo ordinario de sesiones del Congreso, que inicia en septiembre, enviará al Senado la propuesta para la ratificación del nuevo titular de la Función Pública. Dijo que así como en su momento la creación del IFE fue decisiva para la democracia, el SNA será un paso hacia la nueva era en el servicio público.
Reafirma Zaldívar compromiso. El ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, aseguró que las leyes anticorrupción obligan a los jueces del país a “reafirmar el compromiso absoluto del Poder Judicial Federal en el combate a la corrupción y a la impunidad”.
Dijo que la corrupción es un mal que afecta a todos los ámbitos de la vida, debilita instituciones y exacerba desigualdades y la injusticia.
Afirmó que ante los retos que enfrenta el país, se puede salir adelante con una alianza, por lo que los jueces no pueden ser ajenos a esa dinámica.
“No hay justicia que funcione si hay corrupción. No hay derechos efectivos si hay corrupción”, dijo.
“No la tiene ni Obama”. El presidente del Senado, Roberto Gil Zuarth (PAN), coincidió en que la promulgación de las leyes del Sistema Nacional Anticorrupción es un primer paso en contra de este flagelo, pero la tarea debe seguir adelante.
Consideró que la legitimidad del avance democrático se puso a prueba en el momento mismo en que la corrupción se evidenció como el mayor de los problemas de México y principal preocupación de la ciudadanía.
Se dio cuenta, explicó, de la bajísima capacidad de respuesta del Estado frente al acto corruptor, “frente a la subordinación corrupta”.
Destacó que la victoria de todos es un sistema potente y robusto de incentivos que “no lo tiene ni Obama”, en alusión a la frase que en un spot hizo famosa Andrés Manuel López Obrador, presidente de Morena.
Aclaró que la honestidad no está en el ADN de los mexicanos.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano (PRD), dijo que el SNA no queda completo al quedar fuera la obligación de publicitar las declaraciones de los servidores públicos, el llamado 3de3, pero es un primer paso para la construcción de un sistema integral.
El director de Transparencia Mexicana, Eduardo Bohórquez, adelantó que, como sociedad civil se asegurarán de la correcta implementación del SNA y las organizaciones impulsarán una nueva agenda legislativa.
Esta incluye, entre otras normas: una nueva ley de adquisiciones, arrendamientos y servicios; una nueva ley de obra pública; una nueva ley para ajustar el Registro Público de la Propiedad; modificaciones a la Ley de Responsabilidad Fiscal y Hacendaria, y también a los códigos de procedimientos electorales que afectan el financiamiento de la vida político-electoral.