Pandemia y elecciones
Cuauhtémoc Blanco Bravo está luchando contra varios enemigos al mismo tiempo: por un lado están quienes abiertamente se han declarado en su contra, encabezados por los graquistas; otro frente lo representa la complejidad natural de un estado que desde hace dos décadas sufre los estragos de malas administraciones. Si se suman a la ecuación los ataques políticos, la pandemia, el proceso electoral y los resultados de estos primeros dos años de gobierno el panorama se complica aún más. Como si eso no fuera suficiente, el tiempo se ha convertido en un enemigo del otrora ídolo nacional.
La contienda electoral para renovar las alcaldías y el congreso local en el 2021 transcurre en un ambiente de tensión política, molestia social, crisis económica y falta de acuerdos entre los actores de poder. En unas semanas los partidos definirán los procesos de selección de candidatos para que el 07 de enero inicien oficialmente las precampañas; en la mayoría de los casos el eje central de los discursos será pegarle al gobernador, a su equipo y a su partido.
El arranque del proceso electoral ha tomado mal parado al ejecutivo estatal: estamos en medio de una pandemia, resentimos los efectos económicos de la cuarentena y el panorama estatal y federal no es prometedor en el corto plazo. Es probable que el partido del gobernador vaya en alianza con Morena y seguramente tendrán la candidatura de la capital, pero aún en ese escenario, por la falta de operación política y el desgaste del gobierno estatal, la lucha será a contracorriente.
Cuauhtémoc Blanco se está jugando mucho en las próximas elecciones, el refrendo de las posiciones políticas que hoy tienen y el control del congreso son solo una parte de la lucha que veremos en los meses siguientes; los adversarios y los enemigos del gobernador ven en este proceso un punto clave para atacar al jefe del ejecutivo, para acotar su poder y recuperar posiciones de cara a la sucesión.
Hay quienes observan en las elecciones del 2021 un camino para recuperar la autoridad perdida y recobrar canonjías que tuvieron en el pasado; en el horizonte estatal hay muchas figuras que por años fueron importantes en el escenario público, que ocuparon posiciones de toma de decisión, a quienes se les tomaba en cuenta, se les pedía su opinión y participaban en todos los acuerdos. Hoy casi todos ellos están en el olvido, sin poder ni participación de ningún tipo; nadie los toma en cuenta para nada.
La del 2021 es una elección muy importante para todos, no solo para el gobernador: el ejecutivo tratará de mantener el control que necesita para la gobernabilidad, para sacar adelante su administración durante la segunda mitad del sexenio y sobre todo para evitar ser perseguido políticamente.
La oposición tiene claro que la contienda del próximo año les puede dar la oportunidad de regresar al escenario político y recuperar espacios de toma de decisión, saben que en el 2021 no habrá una ola electoral morenista ni tampoco veremos a Andrés Manuel López Obrador en la boleta; en contraste el votante tendrá enfrente una realidad muy complicada en varios rubros, lo que les permitirá elaborar un discurso opositor explosivo y altamente rentable.
Es importante tomar en cuenta que aunque Andrés Manuel López Obrador mantiene una buena calificación ante la opinión pública, esa simpatía no se traslada en automático al Movimiento de Regeneración Nacional; explico: la gente avala el trabajo del presidente, pero eso no quiere decir que votaría nuevamente por Morena, ni mucho menos por sus aliados, entre ellos el Partido Encuentro Social.
La falta de operación política en el gabinete ha sido el talón de Aquiles de la actual administración; el gobierno de Cuauhtémoc Blanco mantiene muchos frentes de ataque abiertos y la oficina encargada de la política interna no ha tenido la capacidad de atender la agenda social, ni las relaciones políticas, ni la estabilidad interna en el gabinete. Las crisis que se le aparecen constantemente al gobierno de Cuauhtémoc Blanco tienen que ver con la falta de operatividad política y con la actitud reactiva y no preventiva de algunos funcionarios.
Cuauhtémoc Blanco y su equipo deben tener claridad de lo que se juegan en el 2021 para poder anticipar los escenarios que derivarán de ello. En lo social es evidente el mal humor social que existe, el enfado colectivo por la grave situación que deja la pandemia y los costos de los ataques que recibe el gobernador desde diferentes frentes. Lo electoral va de la mano de lo político: quien diseñe la estrategia para el 2021 necesita del apoyo de quienes están a cargo de la gobernabilidad para que la propuesta sea efectiva y no se envíen a los candidatos al matadero.
Hablar de las omisiones del pasado sirve para entender el origen de los problemas, pero no los va a resolver; el ejecutivo tiene que darse cuenta de la situación que enfrenta para tomar decisiones antes de que sea tarde. Al gobierno de Cuauhtémoc Blanco le urge cambiar la forma de hacer política, necesita operadores que conozcan al estado y a su gente, que identifiquen los problemas y actúen antes de que estos exploten.
La posibilidad de que el PES gane en las urnas está directamente relacionada con el trabajo que realice el gobierno estatal en los próximos meses. Hasta ahora lo previsible es que los candidatos de Encuentro Social cargarán con el desgaste del ejercicio de los gobiernos estatal, federal y municipal, pero junto con ello también enfrentarán una embestida multipartidista porque en dos años nadie del gabinete se ha interesado por dialogar con los partidos de oposición.
Es imposible que el gobernador y su partido consoliden una buena oferta electoral si no existe un buen trabajo político, social y económico que apuntale el proyecto del 2021. Lo que no se hizo en dos años no se va a recuperar en unos meses, pero si la ausencia política se prolonga hasta que inicien las campañas, las cosas serán sumamente complicadas para los candidatos del PES en las siguientes elecciones.
En castellano: el pasado ya no se puede modificar, pero más vale que comiencen a actuar y a dialogar para tratar de recuperar tiempo perdido. Si no lo hacen antes de que se coloquen las urnas, después de que se conozca el resultado de las elecciones será mucho más difícil. O imposible.
posdata
Leo un estudio realizado por Covarrubias y Asociados sobre la situación de Cuernavaca a unos días de que inicien las precampañas. El análisis recopila la opinión de la gente sobre el contexto municipal, el desempeño de las autoridades, el posicionamiento de los partidos y el conocimiento sobre distintos personajes que podrían participar en la siguiente elección municipal.
Lo primero que destaca este análisis es la simpatía que conserva el presidente de México Andrés Manuel López Obrador y su gobierno: un 39% de los encuestados consideran que la situación del país mejorará, contra un 32% que piensa que las cosas estarán peor.
En Cuernavaca la opinión es distinta: un 52% afirma que las cosas han empeorado, 34% dicen que todo se ha mantenido igual y solo un 7% opinan que la Ciudad de la Eterna Primavera está mejor que antes; un apabullante 72% considera que Cuernavaca va por el camino equivocado.
En cuanto a la puntuación que la gente da a los representantes de los gobiernos federal, estatal y municipal los datos son los siguientes: 62% aprueba la gestión de Andrés Manuel López Obrador, 66% desaprueba a Cuauhtémoc Blanco Bravo y 65% desaprueba a Antonio Villalobos Adán.
En lo que respecta a la agenda ciudadana el tema que más preocupa a los cuernavacenses es la inseguridad, la violencia, los baches, el desempleo, la falta de agua, el alumbrado y la corrupción. En Cuernavaca el 95% de los encuestados se siente poco o nada seguro, porcentaje que pasa al 80% cuando se les hizo la misma pregunta sobre su colonia.
Todo lo anterior influirá en el proceso electoral y en la manera como los ciudadanos expresarán su opinión en las urnas.
En cuanto a partidos se refiere, Morena es el que cuenta con mayor intención de voto (20%) seguido del PRI (13%) y PAN (11%). El PRD, PT y Verde les siguen con 7, 4 y 4 por ciento, mientras que Movimiento Ciudadano, MAS, PES y Fuerza Social cuentan cada uno con el 1% de la preferencia electoral; los demás partidos no aparecen. La contraparte de la simpatía es el voto en contra, es decir, los partidos por los cual el elector nunca votaría; en ese rubro el partido más repudiado es el PRI con 36%, seguido del PAN con 12% y Morena con el 10%; el PRD está en el 7%, el PES en 3%, verde y Movimiento Ciudadano con el 2% y los demás con el 1%.
La alternancia es otro tema abordado en el estudio de opinión; en este aspecto el 36% de las personas que respondieron consideran que Morena debe continuar gobernando Cuernavaca, mientras que un 34% quiere que lo haga otro partido.
El análisis de los personajes es también interesante: los más conocidos en la capital son Maricela Velázquez, Antonio Villalobos, Alejandro Mojica, Javier Bolaños y José Luis Urióstegui. Muy abajo están Daniel Martínez, Antonio Sandoval, Gabriel Haddad, Juan Pablo Rivera y Alejandra Flores.
Covarrubias hace un análisis de escenarios cruzando diferentes candidaturas; para Morena la mayor expectativa de triunfo la tienen con el actual presidente municipal de Cuernavaca Antonio Villalobos, con el PAN es Javier Bolaños Aguilar y para el PRI la más competitiva es Maricela Velázquez. En ningún punto se hace un ejercicio de alianzas, es decir, se trata del careo uno a uno sin ningún tipo de coalición; en todos los escenarios posibles Morena tiene una ventaja mínima y el único que le puede ganar es el PAN con Javier Bolaños. El PRI es tercer lugar, pero dependiendo del personaje que postule depende su competitividad y mueve las cifras de Morena y del Acción Nacional.
La conclusión del estudio es que prevalece un marcado pesimismo sobre el desempeño del gobierno actual y un obradorismo que continua vigente, pero no se traslada a Morena. Maricela Velázquez es competitiva en el PRI, pero no le alcanza para ganar la elección, pese a su desgaste, Antonio Villalobos es la mejor oferta que puede tener el Movimiento de Regeneración Nacional en la capital de Morelos y Javier Bolaños tiene buena imagen y es el único candidato que podría hacer que el PAN gane en Cuernavaca.
Como el se Covarrubias seguramente habrá otros estudios y conforme avancen los días veremos cambios. El perfil de los candidatos, las alianzas, las coaliciones o candidaturas comunes serán importantes; la comunicación de campaña serán fundamentales en el proceso electoral.
nota
La expresidenta del Poder Judicial de Morelos, Carmen Verónica Cuevaz volvió a perder: La Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió en contra de la controversia promovida para que se invalidara el presupuesto de egresos para el ejercicio fiscal 2020 del Poder Judicial morelense; esta resolución obliga al TSJ a concluir el actual ejercicio fiscal con el presupuesto aprobado por el congreso local, toda vez que los argumentos esgrimidos por la abogada no fueron procedentes.
Si la rentabilidad electoral de Carmen Cuevas es tan buena como sus conocimientos jurídicos, quienes apoyan sus inquietudes políticas se van a topar con pared. La exmagistrada es una carga para cualquiera que la tenga cerca.
post it
Este día Antonio Villalobos acudirá a comparecer por segunda ocasión a los juzgados de Atlacholoaya; lo hará en calidad de imputado por el caso del autocinema de Rio Mayo.
Esta es una de las siete carpetas de investigación que existen en contra del munícipe. Es importante que el alcalde le de la seriedad que amerita el tema y atienda estos asuntos de una manera profesional, porque el costo de no hacerlo puede ser muy alto.
A Villalobos le urge asesoría política, legal, financiera y aliados. Esta solo, peleado con todos y tiene un pésimo manejo de comunicación.
redes sociales
Otra vez se entrampó la negociación presupuestal. ¿Dónde están los operadores políticos del ejecutivo cuando se necesitan? Cierto, no hay.
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