Y es que, en castellano simple, por legal que haya sido la operación de compra (que se dice no se consumó), fue a todas luces una acción impropia, generadora de fundadas sospechas.
Con las nuevas leyes, sin embargo, la moral dejará de ser el árbol de moras que los usos y costumbres han hecho de México un santuario de la dupla más nociva de la sociedad: corrupción e impunidad.