Romo deja un vacío grande
El supuesto acuerdo sobre la permanencia de Alfonso Romo Garza como jefe de la Oficina Presidencial, durante solo dos años, pareciera sacado de la chistera.
Romo hizo un compromiso distinto cuando aceptó integrarse al gabinete. Su encargo duraría en función del servicio que pudiese brindar a la Cuarta Transformación.
La renuncia del empresario neoleonés se explica porque su rol como puente con la inversión privada llegó al limite. A pesar del aprecio y la amistad entre el Presidente y Romo, se agotaron los acuerdos políticos de esa alianza, nacida desde 2012.
Es evidente que en este caso no hubo una ruptura personal, el problema es que se extinguió la materia de trabajo que los unía.
López Obrador reconoció alguna vez que, en 2006, se equivocó al desconocer que las puertas del poder presidencial se abrían de adentro para fuera. Por eso en 2018 fue cauto en su trato hacia Enrique Peña Nieto.
Algo similar hizo con el poder económico. Optó por abrir las puertas de ese sector, también desde adentro, y fue justo esa la responsabilidad de Alfonso Romo.
Con compromiso y convicción, este empresario atípico dedicó energía inagotable para aportar confianza a los mercados internacionales, al gobierno de Estados Unidos, al capital mexicano y a las cúpulas empresariales.
Fue un predicador honrado de la doctrina lopezobradorista ahí donde López Obrador era temido. A Romo se le debe que el actual mandatario haya dejado de ser considerado “un peligro para México”, según la insidiosa consigna utilizada en 2006.
Sin embargo, una vez que AMLO entró a Palacio Nacional, el papel de Romo comenzó a eclipsarse, porque al Presidente se le presentaron desafíos muy distintos. En su proyecto de nación la mayoría de los empresarios del país, a excepción de unos cuantos, perdieron relevancia.
Alfonso Romo es un hombre cabal y honrado. Afirma que seguirá ayudando al Presidente en lo que le pida. No se fue aventando balazos sino abrazos.
Zoom: Su renuncia obligará a que el Presidente dialogue sin traductores con uno de los motores fundamentales para el éxito de la Cuarta Transformación. Sin el subsidio a la confianza que este empresario prestó al lopezobradorismo, las cosas tendrán que acomodarse de otro modo.
@ricardomraphael