Expectación: “Los científicos lo lograron. Ahora toca el inmenso desafío de distribuirlo”: Boris Johnson. “Es la primera vez en la historia de la humanidad que se ha respondido con rapidez a una nueva amenaza biológica y que llegará a los pobres”, celebra la ONU, pero advierte que nadie baje la guardia: “El virus sigue aquí”
GB empezará a vacunar con Pfizer la próxima semana; la OMS ve “luz al final del túnel” | La Crónica de Hoy
Foto: EFE. Oficinas de Pfizer en Nueva York.
Casi un año después de que las autoridades sanitarias chinas fueran alertadas de que en la ciudad de Wuhan había personas enfermas de neumonía causada por un virus desconocido, la humanidad ha logrado en tiempo récord una vacuna eficaz y segura, aunque en este intervalo hayan muerto casi un millón y medio de personas de COVID-19 y se hayan contagiado casi 65 millones.
Ayer, Gran Bretaña se convirtió en el primer país que autoriza la vacunación masiva, tras examinar su agencia del medicamento (MHRA, en inglés) la vacuna elaborada por Pfizer (en colaboración con el laboratorio alemán BioNTech) y comprobar que es eficaz y segura, como la propia farmacéutica estadunidense anunció hace dos semanas, por lo que se animó a solicitar su aprobación con carácter de urgencia, para combatir la peor pandemia en un siglo.
“Ha pasado casi un año desde que el coronavirus irrumpió en el mundo para atormentar a la humanidad, hasta que los científicos han logrado identificar a nuestro enemigo invisible. Ahora, los científicos lo han logrado”, proclamó un emocionado Boris Johnson, uno de los líderes que, junto con el presidente de EU, Donald Trump, o el de México, Andrés Manuel López Obrador, quitaban importancia a la gravedad de la pandemia y seguían dando la mano a todo el mundo, sin usar mascarillas… hasta que el líder británico estuvo a punto de morir de COVID-19 en primavera, luego de tener que ser intubado para poder respirar.
Primera meta: 20 millones de inmunizados
Johnson recalcó que la vacuna “cumple con los requisitos sanitarios y de seguridad más estrictos”, por lo que ayer ordenó la distribución de una primera partida de 40 millones de dosis que podrán beneficiar a 20 millones de personas. “Ahora toca el inmenso desafío de distribuirlo”, declaró, tras señalar que la vacuna Pfizer debe almacenarse a una temperatura de menos 70 grados.
“Es la primera vez en el mundo que se pone en práctica esta logística complicada”, destacó, aunque la solución podría llegar muy pronto, si hay luz verde también a la vacuna de la farmacéutica Moderna, que no necesita refrigeración, lo que podría ocurrir en las dos próximas semanas, si la aprueban las agencias reguladoras de Gran Bretaña, así como las de EU y Europa.
“La lucha no ha terminado”
Al final de su comparecencia, Johnson dijo que “la idea de un regreso a la normalidad para el próximo año ya no es una esperanza; podemos estar seguros de que ocurrirá y de que podremos recuperar nuestras vidas”. No obstante, urgió a acatar las restricciones porque, “inevitablemente, pasarán meses antes de que todas las personas más vulnerables estén protegidas, así que, al tiempo que celebramos este logro científico, no nos dejemos llevar por un excesivo optimismo o caigamos en la creencia ingenua de que la lucha ha terminado”.
Pese al llamado a la cautela, la directora para la COVID-19 de la OMS, María van Kerkhove, dijo que se trata de una noticia “realmente positiva y nos da la esperanza de que haya luz al final del túnel para todos nosotros”.
Por su parte, el director de la OMS para Emergencias Sanitarias, Mike Ryan, declaró: “Es la primera vez en la historia de la humanidad que se ha respondido y contenido con tal rapidez una nueva amenaza biológica que no entendíamos y hace poco ni siquiera conocíamos”.
Asimismo, destacó que la ciencia está siendo pionera en intentar distribuir las nuevas vacunas de forma equitativa en todo el mundo, antes incluso de que se desarrollen por completo.
“Antes, las vacunas se distribuyeron de forma injusta, sólo pasados unos años surgió la conciencia de que había que llevarlos también a las poblaciones más pobres, pero esta vez desde el principio se ha tenido en mente un acceso igualitario”, afirmó en alusión a Moderna, que combina la eficacia del uso de ARN para combatir la COVID-19, como la de Pfizer, pero sin tener que ser preservada en potentes refrigeradores, lo que impediría llevar la vacuna a, por ejemplo, los indígenas del Amazonas.
Putin no quiere quedarse atrás
Poco después del anuncio de Boris Johnson, el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó que se empiece la distribución de la vacuna Sputnik V a finales de la próxima semana, empezando por el personal médico y los profesores.
En agosto, Rusia fue el primer país del mundo que anunció que tenía lista la vacuna contra la COVID-19, que la bautizó a propósito Sputnik V, para que el mundo recordase que esa nave soviética del mismo nombre fue la primera lanzada al espacio, ganando así la carrera a EU. Sin embargo, pronto se descubrió que los rusos se habían saltado la tercera y última fase —la de experimentación masiva en voluntarios—, lo que generó muchas críticas por la falta de rigor.
“No es una competición para ver quién llega primero, sino quién llega mejor. La vacuna Sputnik V es como jugar a la ruleta rusa”, dijo tras el anuncio el director de los Institutos Nacionales de Salud de EU, Francis Collins.