La devastación económica: corte de caja
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No conocemos aún la dimensión del daño que la pandemia de coronavirus terminará imponiendo sobre la economía mexicana. Todavía faltan muchos meses para que la vida regrese a la normalidad y por tanto las cifras que se conocen no reflejan el alcance definitivo de la depredación.
La semana pasada el presidente del Inegi, Julio Santaella, adelantó números terroríficos a propósito de la mortalidad de las unidades económicas mexicanas y la consecuente extinción de millones de puestos de trabajo.
En mayo de 2019 existían en México 4.9 millones de unidades económicas. Diecisiete meses después, no logró sobrevivir más de 80 por ciento.
De acuerdo con la Encuesta Sobre el Impacto Económico generado por el Covid-19, murieron alrededor de un millón 100 mil negocios.
Se trata del doble de unidades económicas de Ciudad de México, tres veces el número de empresas que hay en Puebla o Jalisco y 17 veces la cifra de negocios en Quintana Roo.
La mayor parte de estos decesos afectó a las unidades micro y pequeñas, las cuales emplean a 40 por ciento de las personas trabajadoras.
También las empresas medianas sufrieron el ramalazo. Éstas proporcionan trabajo a 38 por ciento de la población económicamente activa.
Solo las empresas grandes lograron sortear la crisis. Pero tales unidades emplean únicamente a 2.5 de cada 10 trabajadores que hay en el país.
Nunca habíamos visto un hongo nuclear de este tamaño sobre la economía de las familias: el Inegi calcula que, en ese mismo periodo, se perdieron alrededor de 4.2 millones de puestos de trabajo. Esta cifra significa cuatro veces la población empleada en Nuevo León, 3.2 veces la PEA de Ecatepec y prácticamente toda la población trabajadora que hay en Ciudad de México.
Las entidades más golpeadas son aquellas que se dedicaban al turismo como lo son Quintana Roo, Baja California Sur y Campeche. Se suman también los estados que viven de la exportación, entre los que destacan Sinaloa, Tamaulipas y Nuevo León.
Zoom: Como explicación principal de esta devastación está la pandemia, pero también la política liberal ortodoxa del gobierno federal que apostó por el darwinismo económico, es decir, por el mercado salvaje y la sobrevivencia de los más aptos.
@ricardomraphael