Incognitapro

SERPIENTES Y ESCALERAS

Cambiar o seguir igual

Hay tres caminos electorales posibles en Cuernavaca. ¿Cuál les gusta?

A unos días de que se venza el plazo de ley para que los partidos políticos registren alianzas o coaliciones el escenario para Cuernavaca sigue siendo incierto. El partido que gobierna es por razón natural el enemigo a vencer y frente a él aparecen dos posibles escenarios que llaman la atención: la candidatura del PAN y la de un candidato común en la oposición. Ningún partido tiene asegurado el triunfo, todo depende del perfil de los perfiles y de las mezclas partidistas que se hagan.

Veamos tres escenarios probables:

Si el Movimiento de Regeneración Nacional participa de la mano de los partidos que formaron parte de la coalición Juntos Haremos Historia y manda un candidato propio, sus posibilidades de ganar serían más altas que si el abanderado lo pusiera Encuentro Social, porque habría más empatía con la militancia y los simpatizantes de la 4T. En el primer caso el candidato podría ser el diputado federal Alejandro Mojica Toledo o alguien externo; si la candidatura le correspondiera al PES la mano la lleva el diputado Jorge Argüelles, aunque algunos consideran que ya no está en sus planes competir por ese espacio. Otra opción para el partido del gobernador sería convencer a Javier Bolaños de que fuera su representante y de esa manera contarían con el personaje que hasta ahora tiene más rentabilidad electoral.

El PAN es el segundo partido mejor posicionado en la capital, aunque sin estructura ni trabajo político que lo respalde ni le garantice un buen número de votos. La imagen de Acción Electoral frente a la ciudadanía es buena y parecería ser el camino más viable para competirle a Morena, aunque para que el panismo consiga los votos suficientes para ganar hacen falta dos elementos concretos: un buen candidato y la suma de otros partidos políticos. Digámoslo con claridad: al PAN lo ven bien, pero sus simpatizantes no son suficientes para ganar la elección, sobre todo si la propuesta del partido no incluye otras figuras rentables, que tengan capital político propio y abanderen un discurso de cambio. Hasta ahora Acción Nacional ha guardado silencio ante los conflictos de la capital y del estado, además de que en Cuernavaca su regidor, hermano del presidente estatal del partido, ha votado todo a favor al alcalde Villalobos, incluyendo el despido de más de 500 trabajadores. En el PAN el candidato a la presidencia municipal podría ser el diputado federal Adrián Martínez Terrazas (el otro hermano del presidente) o un candidato externo que aún no tienen, aunque coquetean con José Luis Urióstegui.

La tercera vía puede ser la suma de varios partidos de oposición en una candidatura común; ningún partido por si solo le puede ganar a Morena (que irá en coalición con otros partidos), pero si se aliaran varios organismos políticos la perspectiva puede ser diferente. La clave en radica en conseguir un candidato rentable que logre unificar a la oposición y atraiga la atención de los electores, que represente un cambio real en Cuernavaca y aproveche los errores cometidos por la actual administración para construir un discurso disruptivo que llame la atención y añada sufragios. Igual que con el PAN o con Morena, el triunfo de una alianza multipartidista no dependerá de un solo candidato, sino de la suma de varios personajes a la fórmula a las diferentes posiciones; en una candidatura común los partidos que participen pueden impulsar a un mismo personaje a la presidencia municipal y llevar sus propias propuestas en las diputaciones, lo cual además de competitivo concedería a cada uno un margen amplio de maniobra con su militancia. Un proyecto así podría generar un escenario de triunfo, porque representaría una verdadera candidatura de oposición que atraería miradas, sumaría votos, mezclaría estructuras y conseguiría patrocinio económico desde diferentes esferas. Aquí los candidatos pueden ser Javier Bolaños, José Luis Urióstegui o ambos.

La reflexión en Cuernavaca es una: continuar por el mismo camino que vamos o cambiar el rumbo; en el primer caso la vía es Morena, el PES o cualquiera de los partidos obradoristas; quien participe a través de ellos deberá ser cuidadoso de su discurso, no podrá lanzarse de lleno en contra del gobierno de Antonio Villalobos ni tocar de forma alguna a la administración de Cuauhtémoc Blanco. La candidatura de la coalición Juntos Haremos Historia no representa un cambio, es la continuidad a lo que ahora tenemos, incluyendo la defensa de las figuras que hoy nos gobiernan. Recordemos que aunque algunos diputados de Morena se han pronunciado por la salida del alcalde Antonio Villalobos, el partido ha guardado silencio y los morenistas que respaldan al edil se han encargado de protegerlo en varios espacios, empezando por el Tribunal Estatal Electoral.

El cambio debe venir desde la oposición y ahí hay dos caminos, dependiendo los candidatos y las alianzas posibles. Acción Nacional es una opción, pero no para un cambio radical; además del regidor panista, la familia Terrazas tiene una amplia participación en el gobierno capitalino con personas de su confianza que laboran en diferentes dependencias del gobierno municipal. El silencio panista ante los conflictos que vive Cuernavaca no es casual y quien represente a ese partido tendrá que ser muy cuidadoso de su discurso, porque si se excede en su crítica puede afectar los intereses de la familia azul. Un dato más: en Morelos la dirigencia panista ha determinado que no signarán ningún tipo de acuerdo electoral con otros partidos, es decir, no irán en alianza con nadie, salvo con la sociedad; eso deja al PAN solo con su fuerza y los votos que les pueda atraer el candidato. Reitero: la candidatura de Acción Nacional es atractiva, pero no sola.

Una candidatura común puede ser atractiva dependiendo del personaje del que se trate; varias veces en procesos electorales se ha visto que el triunfo en las urnas deriva de la suma de varias siglas en un mismo sentido, es decir, de la multiplicación de fuerzas en pro de un mismo candidato. La clave es la persona, porque de su perfil y discurso depende que la mezcla de partidos se traduzca en votos; cualquier persona puede ser postulada por varios partidos, pero no cualquier candidato es capaz de unir intereses y generar una inercia electoral que gane en las urnas.

El tiempo para que los partidos políticos definan sus alianzas y los procesos como seleccionarán a sus candidatos se está acabando. Desde septiembre inició legalmente el proceso electoral y en enero arrancarán oficialmente las precampañas; este mes es el último que tienen los partidos para registrar cualquier tipo de acuerdo con otros partidos y también es importante precisar que quienes se inscriban al proceso interno de un partido no podrán participar de ninguna forma en otro partido.

La complejidad de las alianzas es evidente y el punto más notorio de ellas en Morelos lo estamos viendo en la capital; todos los partidos aspiran a ganar Cuernavaca porque saben que desde ahí pueden construir el proyecto político de la sucesión. Por eso es difícil ponerse de acuerdo.

Para los partidos la interrogante es cómo y con quien competir en el 2021; para los ciudadanos la decisión es continuar por el mismo camino o cambiar.

posdata

Hay dos personajes que vale la pena observar de cara a la próxima elección de Cuernavaca: Javier Bolaños y José Luis Urióstegui; el primero panista y el segundo un ciudadano que ha decidido acercarse al Partido Social Demócrata.

Ambos cuentan con reconocimiento y simpatía pública, a los dos se les considera buenos candidatos para competir por la capital de Morelos; uno y otro son buscados por varios partidos para que los representen en la boleta electoral.

José Luis y Javier se vieron las caras en la elección del 2018: el primero compitió por la vía independiente y quedó en tercer lugar, desplazando al PRD que postuló a Julio Yáñez y al PRI que lanzó a Víctor Saucedo. El panista quedó en segundo lugar, cerca de ganarle a Morena a pesar de la ola electoral que provocó la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.

Con el tiempo queda claro que cualquiera de ellos pudo haber vencido a Morena si ambos hubieran estado en la misma fórmula; por separado lo que lograron fue dividir el voto y competirse entre ellos. Lo mismo puede ocurrir en el 2021.

Bolaños y Urióstegui son diferentes, pero coinciden en varios puntos; a los dos se les considera electoralmente rentables porque ambos representan la alternativa de que las cosas cambien en la ciudad; el problema que es que como en el 2018 pueden ir cada uno por su lado y al hacerlo quien saldrá beneficiado será el candidato de Morena, sea quien sea.

Javier y José Luis dicen representar la idea de un cambio, afirman que buscan un mejor futuro para la ciudad y tratarán de recuperar la calidad de vida en Cuernavaca; si se les pregunta, cada uno dirá que no se trata de una ambición personal, sino de una lucha en pro de los demás, para que el futuro de todos sea mejor.

Si eso fuese cierto deben ponerse de acuerdo y tomar en cuenta que separados es muy difícil que ganen; sin duda la oferta electoral de ambos es atractiva para todos los partidos, pero no hay que perder de vista que a las dirigencias lo que les interesa es conseguir el mayor número de votos para conservar el registro y ampliar el dinero que reciben en forma de prerrogativas. Ganen o pierdan ellos ganan.

Cualquier partido que los postule va a obtener dividendos, aunque ellos no alcancen la meta, por eso la decisión que deben tomar debe ir más allá de las siglas. Incluso en el terreno personal es clave que entiendan la importancia de no dividir el voto y hacerse mutua sombra, porque después de una derrota nadie los volverá a tomar en cuenta, porque a nadie le interesan los segundos lugares.

Desde un punto de vista ideológico y también de forma pragmática la clave es ganar. Y para que ganen deben competir juntos.

nota

Acuso recibo del mensaje de un ciudadano que es víctima de la corrupción municipal; se trata de una familia cuya propiedad colinda con una obra que realiza una empresa privada a nombre de la Fiscalía General del Estado. Y explica:

“Están construyendo un edificio de la fiscalía al lado de nuestra casa y han abierto ventanas que dan a nuestra propiedad, lo cual está prohibido; ya hablamos con el representante de la obra y nos explica que así están los planos; acudimos con las autoridades del ayuntamiento y expusimos nuestra queja, documentamos los hechos y sustentamos jurídicamente las violaciones cometidas. Los inspectores municipales acudieron, revisaron la obra, concluyeron que efectivamente se estaba cometiendo una infracción y actuaron en consecuencia; nos dijeron que la queja procedía y que las ventanas serían cerradas.

Pero luego todo cambió, los días pasaron y la obra continuó, solo que en lugar de un par de ventanas se abrieron cuatro; hemos vuelto al ayuntamiento y ya no encontramos respuesta, nadie nos hace caso y la gente de la empresa nos explica que ya “se pusieron de acuerdo” con los inspectores y que la obra va a seguir”

¿Cuántas veces se puede escuchar este tipo de historias en Cuernavaca?

¿No es esta la razón por la cual el alcalde Antonio Villalobos está hoy vinculado a proceso por el delito de cohecho?

¿Estará enterado el presidente municipal de lo que hacen sus inspectores?

Las personas que hacen la denuncia advierten que en breve darán a conocer públicamente la historia, acompañada de documentos que prueban sus dichos. Si así sucede, se le abrirá otro frente de ataque al edil de Morena y veremos que lo que denuncian los empresarios del autocinema no es un caso aislado, sino un patrón de conducta.

Como dice la canción: ¡Pero qué necesidad!

post it

El PAN calcula que solo, sin alianzas, le puede ganar a Morena; la lógica de los hermanos Terrazas es que el Movimiento de Renegeración Nacional los aventaja por un máximo de diez puntos y esa diferencia la pueden conseguir con un buen candidato.

Olvidan que Morena no va a competir solo, lo acompañará el PT, el Verde, Nueva Alianza y muy probablemente Encuentro Social; con esa suma es imposible que Acción Nacional les gane solo.

Las sumas electorales no son aritméticas, pero sin duda las alianzas pesan.

redes sociales

Escondido y calladito, así anda el presidente municipal de Cuernavaca.

Comentarios para una columna optimista: eolopacheco@elregional.com.mx

Twitter: @eolopacheco

Facebook: Eolopachecomx

Instagram: eolopachecomx

Ámbito: 
Local