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Kronos se convierte en El Fénix

Editorial

Renovarse o morir, para volver nacer hay que morir primero, dicen los proverbios populares y lo confirma la Biblia, el libro sagrado de nuestra fe.

Hoy que ha muerto nuestro amigo y co-fundador del periódico Kronos Magazine, hemos decidido hacer un alto en el camino, y desandar nuestros pasos para revisar el camino, y corregir y cambiar esa es la vida.

Al morir el amigo Raúl Iragorri Montoya muere también el nombre de Kronos, con el político y empresario con quien fundamos esta casa editorial, con el propósito de darle voz a las luchas de los partidos de oposición, principalmente de izquierda, por ser víctimas de persecuciones secuestros , torturas y asesinatos.

Así fue hasta tiempos de Don Lauro Ortega y de Salinas, la zurda fue perseguida por los gobierno priistas, que diezmaron, encarcelaron, asesinaron opositores lo mismo en 1968, que en 1970 en el jueves de Corpus, y en muchos casos más culminando con Ayotzinapa y Tlatlaya por citar algunos, pero ahí están otros Aguas Blancas, Guerrero, y Acteal en Chiapas, todos genocidios políticos recientes. De esas injusticias brotaron, y ahí surgieron la apertura política y el nacimiento diversos partidos y movimientos, hasta llegar al clímax de la ruptura interna del PRI, en 1988, el Cisma el partido Revolucionario que se opuso a la designación del candidato Carlos Salinas, por la vía del dedazo; Cuauhtémoc Cárdenas, conjuntamente con Porfirio Muñoz Ledo y la maestra Ifigenia Martínez Navarrete, encabezaron la Corriente Crítica, que dividió y debilitó al partido hasta convertirlo en lo que es hoy. Raúl Iragorri, ex presidente del PRI en Morelos, renunció a su militancia y apoyó a sus amigos Cárdenas y Muñoz Ledo, fue de los primeros que se adhirieron al PRD en Morelos, y allí siguió una ruta política hasta culminar en MORENA donde creyó y respaldó siempre a su gran amigo Andrés López Obrador, que le dio la alegría inmensa de llegar a la primera magistratura y ver derrotados a los partidos PAN y PRI. Aunque el Peje no las tenga todas consigo, era la mejor opción en ese momento.

El nombre del Kronos registrado por nosotros ante las autoridades de SEP y Gobernación, ahora será “El Fénix de Kronos”.

Como el ave legendaria de la mitología griega, que frenase de sus propias cenizas hoy “El Fénix” renace de las cenizas de Kronos, alimentadas con el ímpetu de Don Raúl Iragorri, y dejamos ese nombre guardado en su honor para la historia, como el número 10 de la selección Argentina para Maradona, o, el 4 de la camiseta de la Juventus de Turin, para Andrea Pirlo; Nosotros periodistas con 46 años de ejercicio en el quehacer informativo y de la crítica política, continuamos solos con El Fénix en una nueva ruta, en una nueva historia que esta por ocurrir… Nos inspira una frase del inmortal poeta mexicano Enrique González Martínez: “Como la barca es mía, Navego Solo” / frívolamente vago donde el azar me inclina / lo mismo entre los rudos tifones de la China/Que entre las moles álgidas del Congelado Polo/.
“El Fénix” es de Kronos, y continua con su numeración seguida, a partir del número 477 y en el medianil de su portada llevará el membrete: Segunda Época, para guardar memoria histórica de continuidad, Nos hará falta Don Raúl en el Consejo de Administración, nos harán falta sus opiniones y análisis, sus tips y comentarios de noticias exclusivas de lo que ocurría en el primer nivel del presidente de la República, pero aceptaremos la encomienda y haremos periodismo para Morelos y para México con una nueva firmeza.

Seguimos llevando como bandera informar y ser testigos de las luchas populares, en apoyo de las víctimas, las viudas y los huérfanos, y contra los abusos del poder, hasta dónde el cuerpo aguante.
Échenme su bendición caros lectores, amigos y anunciantes, que aquí como El ingenioso Hidalgo, Don Quijote, cabalgamos a los 70 años de edad, renaciendo con El nuevo Fénix de Kronos.
In memoriam a Don Raúl Iragorri q.e.p.d.

++++ nota de la Redacción.- Según la leyenda , el ave fénix vivía en el Jardín del Paraíso, y anidaba en un rosal. ... El fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave fénix, siempre única y eterna. Esto ocurría cada quinientos años. (Aquí apenas vamos a cumplir 23, si llegamos, pero nos renovamos ante la imposibilidad de llegar a los cinco siglos)…

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